EL SOLDADO QUE LLORABA PIEDRAS

El soldado que lloraba piedras vivía en Santa Lucía y hacía milagros vertiginosos: era capaz de transformar una ballena en 500 litros de leche. 

El soldado que lloraba piedras podía volar, y lloraba piedras mientras lo hacía.

El soldado que lloraba piedras jugaba con magia; era amigo de Harry Potter.

El soldado que lloraba piedras bailaba solamente la Marcha del Batallón decimoprimero de la Compañía Güipuzcoana.

El soldado que lloraba piedras nunca se cambiaba el uniforme, era su armadura inseparable.

El soldado que lloraba piedras volaba muy alto mientras bendecía a su pueblo.

El soldado que lloraba piedras era irreverente y no se le picaban los dientes.

El soldado que lloraba piedras era un héroe.

El soldado que lloraba piedras

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                                  piedras

Una tarde, no se sabe exactamente cuál, lo atraparon unos piratas. Y preso, lo  torturaban para que llorara piedras para que con las piedras recogidas se pudiera construir grandes castillos . Ese fue el caso del Castillo de Santa Lucía, que  llorando piedras se construyó.

 Pasados  treinta años, le hicieron una estatua en la entrada del Castillo, en honor a su sacrificio. Y en la placa colocada al pie de la estatua se le leía la siguiente inscripción:

             

                        “ÉSTE ES EL HÉROE MÁS GRANDE, HIJO ILUSTRE DE SANTA LUCÍA.  PODERES MÁGICOS TENÍA; PODERES CAPACES DE TRANSFORMAR TODO LO LLORADO EN REALIDAD”

 

Luis Manuel Pimentel

lupema26@yahoo.com

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