NEGOCIO O AMISTAD EN  “EL ALMA” DE JULIO GARMENDIA

A continuación nos proponemos realizar un análisis del cuento El Alma de Julio Garmendia. Segmentaremos el relato en secuencias y, si el texto lo exige, en micro secuencias. Y cómo la combinación de estos segmentos logran la unidad narrativa del relato en cuestión. Luego haremos una interpretación de cada una de las secuencias y micro-secuencias. Por otra parte, realizaremos un análisis a nivel del discurso según Tzveav Todorov.

Hemos dividido el cuento en cinco secuencias y dos micro-secuencias. A la primera secuencia la llamaremos, “Presentación”. Aquí el narrador, que es uno de los dos personajes principales, se identifica como pecador que no necesita la presencia de “Satán” para pecar. “¿Qué viene a buscar el Diablo en mi aposento? ¿Y por qué se toma la molestia de tentarme? (...) Nunca requerí su presencia para caer en pecado” [1] En este fragmento, observamos que el narrador, a quién denominaremos personaje A, no se encuentra afectado ni en lo más mínimo por la presencia del “Maligno” que está rondando por la habitación y a quien llamaremos personaje B. Este último actúa ante el personaje A como si lo hiciese ante una persona virtuosa.

Luego el personaje A invita al personaje B a pasar hacia la habitación y, de la manera más placentera, entablan una conversación que constituye la segunda secuencia del relato que llamaremos “Negocio”. En este segmento tendremos la plática crucial para el desarrollo de la obra. El personaje B, expresa el deseo de comprarle el alma al personaje A. Éste no se sorprende con la proposición, más bien siembra la duda en el personaje B de no saber si realmente posee alma. Esta proposición conforma la clave de la obra ya que la misma transcurre en probar si efectivamente el personaje A posee o no alma. Proposición clave de la obra que se agudiza cuando el personaje A le dice a B:   “Tampoco temería vendérosla si no la tuviera. Y lo haría sin sombra de escrúpulo, porque no poseyendo alma perdurable, ¿Cómo podría castigarme en otra vida por una mala acción?" [2] En este fragmento observamos cómo A pone de manifiesto de ante mano que aún no poseyendo alma, basándose en cualquiera de las dos soluciones, la vendería de todos modos. El personaje B si poner ninguna objeción le propone  al personaje A formalizar el negocio como grandes amigos.

 


[1] Julio Garmendia. La Tienda de Muñecos. “El Alma". p. 41

[2] Ibíd. p. 43.

La tercera secuencia la denominamos “Método”. Aquí se hace referencia a las diversas pruebas que ha realizado B, para comprobar si A posee alma, sin poder llegar a ninguna conclusión. Así que, le propone al personaje A la muerte, como la mejor prueba para lograr su cometido. El personaje B le explica al personaje A que le dará muerte por brevísimo tiempo y luego con su poder le regresará a la vida nuevamente. Durante ese breve tiempo que esté muerto, el personaje A podrá saber si posee o no alma. Por ello el personaje B le dice al personaje A:

“Durante el tiempo que permanezcáis muerto, si tenéis alma, ésta se expandirá en infinitas perspectivas extraterrenas y visiones celestes e infernales, de las cuales os acordaréis perfectamente después mediante una formula mágica que yo tendré cuidado de pronunciar al volveros a la vida. Si, por el contrario, carecéis de alma perdurable después de la muerte, ésta se reducirá para vos a un sueño denso del que no  conservaréis memoria”. [3]

 


[3] Ibíd. p. 42

 

Observamos cómo el personaje B le explica claramente al personaje A lo que ha de suceder en cualquiera de los dos casos. Se nota que hay una aparente sinceridad de parte del personaje B, actitud no común a lo largo de su historia. El personaje A acepta con tranquilidad la prueba y le pide al personaje B que por favor cuide su cadáver, especialmente su rostro ya que por naturaleza está algo estropeado, y así cuando muera, lo haga con los ojos fijos en la luna.

La cuarta secuencia, la que llamaremos “Engaño”, la integra lo sucedido después de la muerte cuando el personaje B regresa al personaje A de su viaje y espera deseoso el relato de lo sucedido. Aquí, encontramos dos micro secuencias: una relacionada con el personaje, A la cual llamamos “Verdad”; y otra formada con el argumento que A dice B que llamamos “Mentira”. La primera micro secuencia está dirigida al lector. En ella se presenta la angustia del personaje A en relación con lo sucedido ya que él no es poseedor de un alma y considera que fue una muerte estúpida y sin resultados beneficiosos. Sin embargo, el personaje A decide pasar por poseedor de un alma apreciable:

“Soy de opinión que no debo permanecer indiferente a los resultados, sino antes bien hacerme pasar como poseedor de un alma preciosísima, para resarcirme de este modo, con lo que Satán me entregue a cambio de ella” [4]

 


[4] Ibíd. p. 44

Pensando esto el personaje A, transcurren varios minutos cuando oyó de nuevo la voz del personaje B, pidiéndole le relate lo sucedido. Nos encontramos con la segunda micro secuencia, aquí el personaje A se dirige al personaje B. En ella se relata una historia colmada de corte celestial entre los que podemos destacar: astros, una soberbia iluminación, una puerta de oro macizo, una luz intensa, un pontífice, etc. Estos elementos sobrenaturales del relato los utiliza el personaje A como recursos para convencer al personaje B de que posee un alma realmente codiciable.

 “Al final de la galería se abrió de pronto una puerta de oro macizo que arrojó hacia fuera una gran bocanada de luz aún más intensa. Por aquella preciosa puerta apareció un Pontífice (...) que avanzó dos pasos hasta encontrarse conmigo... Luego me atrajo suavemente e imponiéndome ambas manos en la cabeza se disponía a consagrarme sabe Dios de que cosa”[5]

 

 


[5] Ibíd. p. 45

Observamos como el personaje A sabe utilizar sus conocimientos previos para engañar al personaje B. Aquí se nos presenta una incógnita que vamos a resaltar en la siguiente secuencia. Sin embargo, por ahora nos preguntamos: ¿Realmente A logró engañar a B?

 Finalmente, la quinta y última secuencia que llamaremos “Enigma”. Aquí vemos el agradecimiento que el personaje A le expresa al personaje B por haberle dado la oportunidad de probar si realmente poseía alma, exaltando, además, lo preciosa que es ésta. Luego B recuerda a A que había dado su palabra de vendérsela. A lo  que A responde:

“Si rehúso a cederlos mi alma por dinero, es porque, siendo tan digna y preciosa, la considero invalorable. Pero no tengo ningún inconveniente en cambiárosla por algo que sea igualmente sin precio. Os la cederé, pues, si me dais a cambio el don de mentir sin pestañar”.[6]

 

 


[6] Ibíd. p. 46-47

 Aquí observamos la treta del personaje A:  vende algo que no tiene precio y a cambio a cambio pide un retribución semejante ya que es poseedor de un alma realmente apreciable. Sin embargo, al personaje B no le sorprende la respuesta:

 “Satán se regocijó en extremo con esta noticia y me manifestó que, como señalada prueba de confianza y amistad, me había ya concedido de antemano el don que le pedía”[7].

 


[7] Ibíd. p. 47

Este desenlace nos hace pensar que el personaje B siempre supo del engaño del cual era víctima y simplemente le siguió el juego al personaje A sin importarle si aquel poseía alma o no. A se equiparaba con B y realmente éste encontraba en aquel a un amigo de diversión que poseía sus mismos intereses. Por eso el cuento termina con la gran amistad entre A y B. Siguen ambos con sus juegos sin entrar en discusiones, tratan de compartir sus mentiras mientras se divierten.

Todorov considera al relato como un discurso y separa sus procedimientos en tres grupos. El primero es el tiempo del relato que, en cierto sentido, debe ser lineal, es decir, los acontecimientos deben ir uno tras otro. Sin embargo, muchos autores no siguen esta sucesión natural la mayoría de las veces, ya que utilizan la deformación temporal para lograr mejores fines estéticos. Estas deformaciones temporales las clasifica Todorov de la siguiente manera: el encadenamiento que consiste en yuxtaponer diferentes historias; la intercalación que es la inclusión de una historia dentro de otra; y la alternancia que consiste en contar dos historias simultáneamente. En el discurso “El Alma” observamos que el tiempo del discurso es lineal, es decir, los acontecimientos van uno tras otro.

Por otra parte tenemos lo que Todorov denomina los aspectos del relato. El aspecto del relato refleja la relación entre personaje y narrador que, generalmente, se puede encontrar de tres tipos:

Narrador > Personaje: el narrador tiene mayor información que su personaje. La superioridad del narrador puede manifestarse en conocimiento de los secretos de sus personajes o de sus pensamientos.

Narrador = Personaje: el narrador tiene los mismos conocimientos que los personajes. Así aquel no puede ofrecernos una mayor explicación que los acontecimientos mismos.

Narrador < Personaje: el narrador sabe menos sus personajes. Sólo describe, lo que Todorov califica como un testigo que no sabe nada.

En la obra que estamos analizando podemos afirmar que se da el caso de narrador = personaje ya que el personaje A nunca logra engañar al personaje B debido a que éste siempre estuvo al tanto de las  intenciones de aquel. A vendería algo que no poseía y  B sabía el don que A pediría a cambio por algo que no tenía. Sin embargo, B nunca logró intimidar al personaje A por éste tenía también la naturaleza de pecador.

 Cecilia Urrea

ceciurrea@hotmail.com

BIBLIOGRAFIA

  • Garmendia Ju lio. LA TIENDA DE MUÑECOS. Monte Avila, Venezuela.

  • Tzvetav Todorov. “LAS CATEGORIAS DEL RELATO LITERARIO"

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