AGENDA ARTE, CIENCIA, TECNOLOGÍA Publicación del Laboratorio de Encrucijada |
Apuntes
para una propuesta fundacional 1.
En términos
generales, la tecnología especifica el conjunto de discursos sobre la
práctica que pretende idealizarse como ciencia normativa de la producción
de efectos de los conjuntos de técnicas. En el sentido que le asigna la
modernidad, hay tecnología, más allá de la repetición del gesto y la
palabra como precepto, cuando interviene explícitamente una conciencia
de racionalidad y una exigencia de matematización. La tecnología científica
presupone la ciencia moderna. 2. Pero la finalidad de la ciencia no es la tecnología, ésta es un medio o un derivado, muchas veces accidental, de aquella. La finalidad de la ciencia es gnoseológica, la finalidad de la tecnología es pragmática, aún cuando refiere a técnicas de abstracción matemática (el cálculo infinitesimal es una tecnología matemática). En este sentido es interesante la distinción que propone F. Varela entre ciencias cognitivas (neurología, neurofisiología, neuroanatomía, neuroquímica, etc.) y tecnologías cognitivas (inteligencia artificial, conexionismo, etc). 3.
Desde este punto de vista la
geometría proyectiva inaugura la tradición teórica en el arte. La
precisión de la racionalidad sobre la técnica en la teoría del arte,
sea de carácter psicológico (expresión o percepción de formas) o
cosmológico (teoría de proporciones) por citar algunas, determina la
clase de relación Arte-Ciencia desde el orden global del saber científico,
y su conocimiento califica la conciencia tecnológica del artista. 4.
El artista no emula al científico
en su relación con la tecnología, por el contrario, se posiciona en
contradicción a ella; manipula libremente, decodifica, combina,
reinventa, desmitifica y desvirtúa la práctica de la tecnología científica
desde su interior ("conjura el peligro"). Por ello, el
obligado inventario de las prácticas tecnológicas en el arte es apenas
el comienzo necesario de la relación exhaustiva de sus usos discursivos
y expresivos. 5.
Un posible inventario de las prácticas
tecnológicas en el arte puede argumentarse desde la historia del arte,
sin imponer necesariamente por ello un criterio historicista: tecnología
mecánica, tecnología electro-magnético-acústica, tecnología electrónica
y tecnología cibernética. Esto constituye un eje de carácter formal
en la comprehensión categórica de la relación Arte-Tecnología, y
cada categoría es susceptible de una subcategorización propia, como lo
hemos venido intentando con el arte cibernético. Otro eje de
categorización transversal puede ser aquel que da cuenta de lo que pudiéramos
llamar "intencionalidad" según la aplicación; a las
materias, a los instrumentos y a los procesos. Esta clasificación
articula la actitud creativa del artista en relación al hecho tecnológico,
y discrimina así la naturaleza del uso del recurso en el discurso de la
obra. 6.
Esta categorización no compromete
la relación Arte-Ciencia que pensamos debe articularse en un nivel simbólico.
Una aproximación a esta relación es sugerida en el texto del catálogo
de la exposición Arte
Ciencia Tecnología, y requiere de una especificación más
acuciosa, a los efectos de proponer un recetario práctico. 7. Es importante conferirle al proyecto general una justificación epistemológica, aunque sólo sea anunciada en carácter de comentario o línea investigativa, que conecte el tratamiento de la relación polar Arte-Tecnología con Arte-Ciencia. La precisión metodológica de la noción de Técnica (en el sentido filosófico techné-poiesis) desde los tres ámbitos es necesaria para ello. |
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