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II. Curando Arte en Internet Si
bien es cierto que las exposiciones de museos diseñadas para estar
parcialmente en línea aumentan exponencialmente, junto con ellas también
prosperan aquellas que son ideadas sólo para estar y albergar obras
realizadas en el medio web, como una alternativa que ofrece el medio a
la labor curatorial. La curaduría como disciplina museográfica no
escapa de esta situación, la labor del curador dentro de los museos se
encuentra en una posición delicada, ya que sus parámetros de acción
en la institución, no han sido plenamente definidos; pero en el medio
Web, en donde las posibilidades de exploración dentro del discurso y
montaje de exposiciones son cada vez más amplias, las opciones de las
que dispone un curador son generosas y variadas.
Como curador, al estar consciente de las repercusiones de este
nuevo medio a nivel visual, es fácil hacer pronósticos de lo que podría
ser la influencia del medio teleinformático a largo plazo, tanto para
la sociedad en general, como para las artes plásticas más específicamente.
Para Steve Dietz[1],
son los efectos del diseño de interfaz en el devenir diario del hombre,
los que merecen ser analizados con detenimiento, ya que este medio de
información generará probablemente nuevas maneras de recibir y aceptar
a la imagen. Más aún, la preocupación de dicho autor se halla
enfocada hacia la forma específica en la que los museos podrían asumir
este choque frontal con la cultura digital. ( Dietz, 1998 ). Resulta
obvia la diferencia que puede existir entre realizar la curaduría de
una exposición en espacio real para estar en línea y la curaduría de
una exhibición compuesta por arte diseñado para estar únicamente en línea.
No se trata de colocar en el ciberespacio fotografías digitalizadas y
llevadas a formato HTML de obras reales, En este caso las obras
componentes de la exposición han sido creadas por medio del empleo de
las herramientas teleinformáticas, y por ende los contenidos que se
pueden encontrar en ellas no necesariamente coinciden con los de una
obra de formato real.
Las propuestas ofrecidas en este tipo de obras, presentan para el
curador un desafío desde varios ángulos. El primero de ellos se
encuentra en el momento de precisar el discurso de la misma, los matices
que la conforman son tan variados, que al emplear las herramientas de
carácter teórico más conocidas (iconología, semiótica, etc.) estas
resultan insuficientes a la hora de establecer los parámetros que serán
utilizados en el guión curatorial. A esto se le une el hecho de que, a
diferencia de un montaje en espacio real, direccionar al espectador en
el recorrido de la exhibición, en caso de existir la necesidad,
es prácticamente imposible. El es el que decide qué camino
recorre dentro de la exposición y qué obra estudia con más
detenimiento.
La respuesta del curador se halla en variar la presentación de
las obras. Más allá de crear contenidos a ser expuestos, el desafío
se encuentra en contextualizar y presentar al mismo tiempo diferentes
aspectos de la obra de arte. Esto último ha sido hasta hace no muy poco
la propuesta del Instituto de Arte Contemporáneo de Londres ( ICA
) que generó en el año 1999 al grupo Curatours, lamentablemente fuera
de línea en estos momentos, dedicado a explorar los temas e ideas
expuestos dentro de sitios web, portadores de propuestas artísticas, la
labor de cada curador del grupo consistió en explorar temas diferentes
empleando los recursos existentes en el medio. Lo
anteriormente acotado genera una inquietud, que será el eje central
sobre el que gira el planteamiento teórico del presente texto: ¿Es
posible generar una propuesta expositiva, que de una manera visualmente
gráfica, adentre al espectador en el discurso del guión curatorial,
permitiendo su completa interpretación a través de la imagen?.
Esta hipótesis es la que direcciona la investigación. Es usual
el poder contar, en cualquier exposición de museo, de una guía de
recorrido presente en el catálogo como en los textos de sala, en el
caso de montajes realizados para estar en espacios físicos no
“virtuales”. En el caso de un montaje en línea, destinado a ser
navegado en el ciberespacio, este tipo de herramientas son difíciles de
aplicar: el espacio expositivo se recorre empleando los comandos de una
computadora, la exhibición se disfruta desde una pantalla,
probablemente en privado, y el orden de recorrido está, tarde o
temprano, sujeto a la decisión del espectador en la mayoría de los
casos.
En el montaje de la exposición “Paranoiquear. O monitoreando
el arte ciberlatinO”, se enfrentó la necesidad de conjugar de una
manera limpia los desafíos mencionados anteriormente. El guión
curatorial está basado en el ‘novum panóptico’ (Astorga,
1996:54), intentando establecer analogías fácilmente constatables con
este modelo que permitan implantar parámetros de lectura aplicables al
medio teleinformático. [1] Steve Diezt: Curador norteamericano y director del departamento de Iniciativas en Nuevos Medios del Walker Art Center, es responsable de la programación en línea de la Galería 9 del mismo centro. Ha trabajado como director de publicaciones del Museo Nacional de Arte Americano , en donde estableció uno de los primeros Sitios web de museos en la Internet y co-produjo el CD-ROM: Museo Nacional de Arte Americano, por el cual ganó el primer premio en Arte y Cultura en el festival del año 1997, MILIA. En estos momentos forma parte de la junta directiva del Museum Computer Network. |