LA HISTORIA DE LA "CREATIVIDAD "

El término de Creación según el diccionario de filosofía de José Ferrater Mora puede entenderse en cuatro sentidos: "1) Producción humana de algo a partir de alguna realidad preexistente, pero en tal forma que lo producido no se halle necesariamente en tal realidad. 2) Producción natural de algo a partir de algo preexistente, pero sin que el efecto esté excluido de la causa, o sin que haya estricta necesidad de tal efecto; 3)Producción divina de algo a partir de una realidad preexistente resultando un orden o un cosmos de un anterior caos; 4) Producción divina de algo a partir de la nada". (Ferrater, fecha, p.)

Nos dice Tatarkiewicz (1997)"Los Griegos no tuvieron términos que se correspondieran con los términos  "crear" y "creador" (p.279); es decir, que no figuraban dentro del vocabulario griego.  En los antiguos la creatividad, y por ende el creador, gozaban de unas libertad de acción, mientras que el artista y el arte griegos estaban sujetos a una serie de leyes. Por lo que el arte, es la destreza para fabricar cosas, de acuerdo con un conocimiento previo de normas, y a la capacidad para aplicarlas; por tanto, quien las conocía y aplicaba era considerado un artista.

En Grecia se le daba crédito a los logros técnicos de una obra de arte, en vez de a la creatividad. De la misma forma como se hacía con otros productos del trabajo manual, se valoraba la perfección de la obra de acuerdo con las normas y reglas del oficio. Por eso, no era de extrañar que se nombrara a artistas en compañía de barberos, cocineros y herreros.

La creatividad en el arte además de imposible, era indeseable para los griegos, ya que el arte era un destreza, y según esta apreciación, se llegó al pensamiento de que hay perfección en la naturaleza, puesto que ésta se guía por medio de leyes, y que por ende, el hombre debería parecerse a ella a través de sus actividades, descubriendo sus leyes y sometiéndose a ellas; es decir, comportándose como un descubridor, y no como un inventor.

Específicamente en el campo de la representación pictórica, la filosofía platónica tuvo gran influencia. Según Platón, la representación pictórica está muy lejos de la verdad, ya que es una imitación del mundo de las ideas, en donde la inventiva del artista es nula. Ahora bien, es importante mencionar que en su diálogo "Ión", este filósofo además de conferirle al arte la cualidad de bueno, reconoce que existe en él una inspiración divina, una especie de locura. Por lo tanto, para Platón hay algo más en el arte que verdad y bondad.

También al hablar de la representación pictórica, Platón distingue entre el tipo de representación que corrige y es fiel al objeto representado, llamada "construcción del parecido", y el tipo de representación que está totalmente apegada a la creación de ilusiones ópticas, llamada "imitación fantástica", la cual, por supuesto, es condenada por el filósofo, por estar lejos de la verdad, y porque en ella interviene la imaginación del artista. Ejemplo de ello, y aunque muy anterior a la época en la que vivió Platón es el famosísimo fresco de los delfines hallado en la sala del baño de Knossos, que data aproximadamente de los años 1700 al 1600 A.C. (ver imagen # 1) . En este hermoso fresco hay un derroche de colores, y se mezclan con libertad figuras de la naturaleza con figuras geométricas, las cuales cumplen con una función decorativa. Existe en esta obra un predominio de la línea y el dibujo.

Aristóteles en su poética habla de la imitación afirmando que en la poesía, la épica, la tragedia, la comedia, la poesía ditirámbica, la música de flauta y lira . El artista es un imitador que representa sobre todo acciones, con agentes humanos buenos o malos, habiendo tantas especies de artes como maneras de imitar las diversas clases de objetos. Además, él separa al arte del artista restándole importancia a su proceso creador para otorgarselo a su capacidad técnica, esto debido a que este filósofo, no sólo reemplazó el dualismo de la idea y la apariencia, por la relación entre materia y forma, sino que se planteó cuál es la fuente de la forma, e intenta darle respuesta a este planteamiento afirmando que ésta está en el alma del artista, pero que necesita del conocimiento de la técnica para hacerse patente.

En fin, aunque en la antigüedad griega las palabras "creatividad" "creación" y "creador" no existían, se valoraba al poeta, porque se pensaba que sólo él era capaz y tenía la libertad de crear.

"En Roma, estos conceptos griegos se alteraron en parte. Horacio escribió que no sólo los poetas, sino también los pintores, tenían derecho al privilegio de atreverse a lo que quisieran (quod libet audendi ) . Los críticos de arte del periodo de decadencia de la antigüedad pensaron de un modo muy parecido. Filóstrato escribió que uno puede descubrir una semejanza entre la poesía y el arte y encontrar que ambas tienen la imaginación en común". ( Tatarkiewicz, 1997, pág 281). Muestra de ello es el fresco de la casa de los Vetti de Pompeya, que data aproximadamente del año 79 de nuestra era (ver imagen # 2) Ejemplo famoso del IV estilo de la pintura parietal romana, llamado ilusionista, porque para enriquecer la pared se vale también de la representación de formas arquitectónicas: columnitas, frisos y ventanas, pero pintados de manera bastante irreal, creando perspectiva. Esta obra de la pintura romana, es rica en color, mezclándose en ella de manera muy armoniosa colores como el naranja y el azul.

En la Edad Media se produjo un cambio importante en la historia de la creatividad: la expresión "creatio" llegó a designar el acto que Dios realiza creando a partir de la nada "creatio ex nihilo", expresión que difiere de "facere" (fabricar), no obstante, el acto creador dejó de aplicarse a las funciones humanas. Vivo ejemplo de este pensamiento fue Plotino, y su concepción de artista, puesto que cree que éste representa al principio creador y que por eso es superior a la obra de arte, es más, Plotino afirma que el principio creador está en el artista, pero, sin embargo, éste no plasma parte de su alma en la obra de arte, es decir, que no hay una subjetivización, sino que la obra es una manifestación de Dios. Al referirse a la materia este filósofo adoptó una actitud negativa, sosteniendo que: siempre va a existir dentro de ella algo de feo y de diabólico, puesto que a la materia no se le puede dar una forma definitiva. Sin embargo, le confiere un poder intrínseco a la obra de arte porque piensa que en ella reside la idea.

Santo Tomás de Aquino, reafirma aún más el concepto de creatividad en la Edad media, puesto que para este escolástico la obra tiene que ser perfecta y el esfuerzo del artista no cuenta, pues, la obra nace del conocimiento. El artista persigue una obra análoga a la naturaleza, y ésta es una creación divina, por tanto, el artista imita a la naturaleza, a su actividad, por eso, para Santo Tomás de Aquino la imaginación no cuenta, ya que el arte es producto de una reflexión que implica el conocimiento del comportamiento de la naturaleza y de las reglas racionales de cada arte. La reproducción de lo natural es aceptable sólo cuando es útil.

Es indudable, en la Edad Media, persistió la antigua idea de que el arte no forma parte de la creatividad. Es más, en este periodo ni siquiera a la poesía se la consideraba producto de ella, pues, como arte ésta era únicamente producto de la destreza. Esta concepción también puede observarse en pensadores como Pseudo Dionisio quien siguiendo a Platón sostenía que para pintar un cuadro el pintor tiene que contemplar un arquetipo de belleza y no inventarlo; y en Hraban el Moro quien escribió que el arte posee unas leyes inmutables que no están reveladas al hombre, y que sólo los más perspicaces lo descubren.

El artista medieval era comparado con bordadores, cerrajeros, sastres, tejedores y demás artesanos, sin embargo, parecía que a éste no le importaba mucho el reconocimiento de su trabajo como arte, sino que encontraba satisfacción en la perfección técnica de su obra. A pesar de que la creatividad se consideraba nula en la Edad Media, es imposible negar que en el caudal de muestras que tenemos de ese arte, no existan rasgos de ella, a pesar de tantas restricciones, y más aún, cuando existía una herencia grecolatina y una influencia oriental en ella. Al observar las pinturas de la segunda mitad del siglo IV, de la recién descubierta catacumba de la Vía Latina (ver imagen # 3) , pertenecientes al llamado "estilo bello", es interesante apreciar cómo el artista supo plasmar fantásticos temas paganos como (la llamada Cleopatra con el áspid, en un campo de trigo y amapolas, y Hércules matando a la Hidra) con temas cristianos como (Daniel entre los leones que se percibe en el extremo izquierdo del cubículo Oeste). Además, los cubículos están enmarcados con adornos geométricos, y hay en la representación predominio del dibujo y de colores que van desde el terracota hasta el beige.

En la Edad Media, entra el concepto de fantasía, que según San Agustín era una potencia anímica de carácter inferior más vinculada a la sensibilidad que al entendimiento, y a través de este concepto puede explicarse la representación, de monstruos, demonios, etc. Ejemplo de lo anterior es la obra pictórica del catalán Lluís Borrassa "La crucifixión de San Andrés", rica en detalles y colorido, y muy típica del gótico. (ver imagen # 4).

Al llegar el Renacimiento, y una vez que desaparece la pintura espontáneamente cristiana. Los objetivos del arte se hacen más independientes, por lo que ya no se requiere de la enseñanza de los teólogos para lograr una buena pintura que sea aceptada por todos, sino de los maestros pintores. El hombre deja de anular su sensualidad, por el contrario, trata de expandirla. Además, el artista deja de ser para siempre anónimo, reconociéndosele su capacidad creadora, y se comienza a aceptar dentro de la sociedad equiparándosele en muchos casos con los intelectuales y los científicos, es más, el artista prácticamente llega a glorificarse. El Renacimiento es la época de la gran demanda de obras artísticas para la iglesia y las cortes, es la época de los estilos, de las escuelas, de los coleccionistas, del perfeccionamiento técnico, de las revoluciones intelectuales: por lo tanto, el hombre renacentista estaba consciente de su independencia, de su creatividad. Muestra de ello, es el pintor flamenco Jerónimo Van Aeken (1460-1516) . Creador de un mundo fantástico, místico y grotesco, que se perfila en todas sus obras, por ejemplo: en "La Coronación de Espinas". Oleo sobre tabla, 73 X 59; 1508, 1509. ( ver imagen # 5). Esta obra prácticamente bordea la caricatura, y existen en ella elementos que son prueba de una desbordante imaginación como por ejemplo, la mano de uno de los soldados que rodean a Cristo y que ocupa la parte superior izquierda de la composición, no es una mano como tal, sino que es una especie de casco de asno (característica diabólica); el tocado de los personajes, etc. Además, cabe destacar que en esta pintura también existe un hermoso contraste de rosas, verdes y negros con la blancura del manto de Cristo

Los escritores del Renacimiento intentaron plasmar la libertad que sentían, buscando la palabra ideal para ello. Probaron varias expresiones como "excogitatio" término relacionado con la invención, pero todavía el término creatividad no se incluyó. Alberti, teórico de la arquitectura y la pintura dijo que el artista preordena. Rafael, que adapta el cuadro a su pensamiento ; Leonardo, que utiliza formas inexistentes en la naturaleza: Vasari que a la naturaleza se la conquista por el arte; Paolo Pino quien era un teórico del arte veneciano afirmaba que la pintura consistía en inventar lo que no existe; Paolo Veronés que los pintores tienen las mismas libertades que los poetas y los locos; Zuccaro, que el artista configuraba un mundo nuevo, nuevos paraísos; C.Cesariano, dijo que los arquitectos eran semidioses. Ni siquiera quienes escribieron sobre poesía usaron la palabra "creador". "Fue a partir del siglo XVII cuando un polaco llamado Maciej Kazimiers Sarbiewski (1595-1640) Utilizó esta palabra para decir que el poeta crea tal y como lo hace Dios. También Baltazar Gracián en 1690 usó la palabra "creador" para referirse al arte como un segundo creador que completa a la naturaleza, la embellece y a veces la supera." (Tatarkiewicz 1997, pág 283.) Ejemplo de estas palabras es la obra "La liebre" Acuarela y aguada sobre papel, 21,5 X 22,6, 1502,  del pintor y dibujante alemán Alberto Durero (1471-1528). En esta obra se refleja no sólo la maestría técnica, sino también el interés científico que movía al hombre renacentista, quien sentía un gran afän en representar a los cuerpos humanos y animales con un realismo tal, que se buscaba plasmar hasta la tensión de los músculos. De hecho, se afirma que para pintar a este animal el artista lo tuvo encerrado en una habitación y con tanta perfección logró hacer lo que en el ojo de la liebre se reflejaba, la ventana de esa habitación.

En fin, aunque el concepto de creatividad entró en la cultura europea tardíamente, tuvo que vencer varios obstáculos para ello, como la resistencia y la negatividad, que desde la antigüedad venían atacándole, pese a esto, es importante admitir, que la creatividad nunca ha estado desligada del artista, muy a pesar de los antiguos filósofos, sino que por el contrario, es la esencia de su hacer.

INDEX / Indice General

Imagen # 1

 

Imagen # 2

 

Imagen # 3

 

Imagen # 4

 

Imagen # 5

 

BIBLIOGRAFIA

.- BARASH Moshe. "Teorías del arte de Platón a Winckelmann". Alianza Editorial. 1992.

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.- PANOFSKY Erwin. "Idea". Ediciones Cátedra, S.A. Madrid, 1977.

.- TATARKIEWICHZ W. "Historia de seis ideas". 1997.

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