Edad Media
La Edad Media que nunca ha perdido contacto con el fondo antiguo, se vuelve tanto a una de sus caras, como hacia la otra. Busca los fundamentos de una armonía y una imagen del hombre mientras explora los mundos fantásticos. Es un mundo atormentado, poblado de monstruos. Los elementos provenientes de la antigüedad son retomados y la representación que antes era de dioses y semidioses ahora se sustituye por la representación de los personajes de la fe cristiana. En la imagen 3 vemos como el diablo se comienza a representar. La idea del infierno se introduce con el cristianismo y así la realidad y el encuentro con tal castigador comienzan a ser representados. En La Edad Media "lo monstruoso y lo exótico pasaron a ser tanto o más reales que lo cotidiano. Pero no debe olvidarse que en aquella época lo feo era considerado incluso más significativo que la belleza misma; en lo feo se alaba y se encontraba mejor a Dios que en lo bello, porque lo monstruoso era prueba, más que la perfección de la belleza terrestre, de que las formas visibles no eran más que símbolos de una belleza mutable y no de la verdadera belleza. Lo feo libera al hombre del mundo sensible y le hacía sentir la nostalgia del ideal divino"2 La imagen número 2 y 3 son detalles de un retablo del arcángel Gabriel y Miguel; dentro de la Edad media pertenece esta obra al Románico en Cataluña. En la imagen 2 vemos al arcángel Miguel luchando con un dragón de cinco cabezas. 2 Los grandes representantes de una estética de la Edad Media fueron San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino. San Agustín declara que Dios creó todo de la nada, pero no puede admitir que Dios sea el autor del mal. Si es el Dios quien crea de la nada, es decir, que de lo no existente hace lo que existe en el mundo, cómo es posible Considerar que el mal no sea también creado por Dios. "El mal se origina en el apartamiento de Dios, que es a la vez el apartamiento del ser y de la realidad. El mal no es una sustancia, sino una privación, o si se quiere, un movimiento el movimiento hacia el no ser- Por gozar de libre albedrío, la voluntad humana puede elegir el mal, esto es, pecar". En la imagen número 4 apreciamos nuevamente imágenes de monstruos que en una perfecta composición traducen la vinculación del hombre con los seres fantásticos. Pueden algunos de ellos considerarse impresionantes, feos o grotescos, pero no por ello estarían lejanos de Dios. Recordemos el comienzo del apartado en el que escribíamos como en la Edad Media lo monstruoso era considerado como más cercano a Dios, pues representaba la mutación de la belleza terrestre. Es decir, que lo feo también es manifestación de la belleza. San Agustín se proponía establecer una teoría acerca de la belleza, el amor y lo divino vinculada enteramente a la imagen del Dios cristiano, obviando, o dejando a un lado el aporte legado por las culturas anteriores a un enriquecimiento de la imagen y su significación. El mal, la privación del bien ( San Agustín) "Aún lo que llamamos mal en el mundo, bien ordenado y colocado en su lugar, hace resaltar más eminentemente el bien, de tal modo que agrada más y es más digno de alabanza si lo comparamos con las cosas malas. Pues Dios omnipotente, como confiesen los mismos infieles, "universal señor de todas las cosas, siendo sumamente bueno, no permitiría en modo alguno que existiese algún mal en sus criaturas si no fuera de tal modo bueno y poderosos que pudiese sacar bien del mismo mal". Pues, qué otra cosa es el mal , sino la privación del bien? Del mismo modo que, en los cuerpos de los animales, al estar enfermos o heridos no es otra cosa que estar privado de la salud y por esto, al aplicarles un remedio, no se intenta que los males existentes en aquellos cuerpos, es decir, las enfermedades y heridas se trasladen a otra parte, sino destruirlas, ya que ellas no son sustancia, sino alteraciones de la carne, que, siendo sustancia y, por tanto, algo bueno, recibe estos males, esto es, privaciones de bienes naturales, y estos defectos cuando son curados, no se trasladan a otros lugares, sino que, no pudiendo subsistir con aquella salud, desaparecen en absoluto" En la imagen número 5, vemos la expulsión de los demonios de Arezzo; son 7 demonios alados que vuelan en fuga. Ya a finales de la Edad Media y específicamente en este cuadro se ve como ya la religión a conducido el pensamiento de una gran mayoría y ahora lucha por alejar a los seres fantásticos de la vida humana. Mientras que en el románico se podía apreciar la coexistencia de estos tipos de seres, ahora la tendencia será separar los contenidos. En el arte medieval se aprecia una constante y decidida búsqueda de equilibrio entre la belleza trascendental y la belleza sensible. Se parte del principio de que la belleza ha de afectar tanto al ojo como al alma, la imagen 5 muestra a través de los colores una rotunda diferenciación entre lo uno y lo otro. Los elementos dentro del espacio también se disponen con la intención de marcar dos registros, uno perteneciente al mundo humano y otro al mundo fantástico. Para Santo Tomás "la belleza requiere la satisfacción de tres condiciones: la primera es la integridad o perfección del objeto, pues lo que es defectuoso es, en consecuencia, feo; la segunda es la proporción debida o la armonía; la tercera es la claridad, pues de las cosas que poseen un color brillante, se dice que son hermosas". Después de haber leído este fragmento de Santo Tomás, vemos como las representaciones pictóricas elaboradas aproximadamente en su época, denuncian con viva expresión la realidad fantástica, ahora estos dos monstruos (imagen 8 y9) pintados en colores más bien opacos y oscuros, son detalles de una representación del pasaje bíblico. Las formas de cada uno son zoomorfas en algunas partes y antropomorfas en otras. Esta serie de personajes no tienen todavía características específicas comunes al resto, no hay una convención establecida a la hora de representar los monstruos; no hay un canon o proporción reconocible en cada uno, pero no por ello los cuerpos dejan de ser armoniosos. Los colores usados no son brillantes, pues remiten a la idea de oscuridad, de soledad, de vacío y de muerte. A medida que el arte en la Edad Media se iba desarrollando y las doctrinas religiosas consolidando, la imagen pictórica se convirtió en representaciones simbólicas, todavía un tanto esquematizadas pero sin dudas conformes a un nuevo pensamiento dentro de la sociedad, el pensamiento religioso cristiano. Las ideas de ambos Santos fueron de importancia para el estudio de la estética medieval, pero sin duda, la realidad de los artistas es muy distinta a la de los filósofos. Mientras es el pintor quien engendra imágenes, colores, sueños y palabras para plasmarlos en su obra, estos estetas proponen, una forma nueva de comprender el mundo, plantean a Dios como el creador y la fuerza capaz de descubrir lo bello, con lo cual lo que deja de estar vinculado a Dios, dista de ser bello. 2 Historia Universal del Arte. Edad Media. Románico y Gótico. Planeta Editorial 1992. pág.166. |
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