Virgen de la Rosaleda. Martín Schongauer 1473 detalle

 

 

 

 

La Virgen adorando al niño. Tabla del políptico de Dresde 1496-1497

 

 

 

 

El Infierno "Visiones del más allá" Detalle. Gerónimo Bosch El Bosco 1500-1504

Renacimiento

En el renacimiento, como todos sabemos, hay un intento de retomar los principios e ideas de la cultura greco-romana. Comprende la idea de belleza como armonía de proporciones y sus artistas se preocupan por encontrar y establecer el canon más perfecto.

En la Edad Media la expresión de los personajes era muy simbólica, ahora en el Renacimiento se convierte en psicológica. La concepción renacentista de la belleza contrasta con la visión abstracta y distorsionada de la Edad media.

Entre la imagen 10 y 11 podemos notar grandes diferencias entre la representación de finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento. En la 10 el demonio expresa su estado de ánimo, pero tal información está apenas insinuada, la expresión es mucho más superficial. En la imagen 11 se percibe la preocupación del hombre de esta época por vincular aún más la obra con la realidad, le introduce mayor dramatismo y expresión. La intensidad dramática no se logra sólo con la gesticulación sino a través del movimiento.

La representación no ha dejado de estar vinculada a la religión pero ahora como una invitación que se le hace al hombre a participar en la vida religiosa, las imágenes poseen otra carga formal, los colores son brillantes, el manejo de las luces y de las sombras contrasta con la representación opaca y hasta tenebrosa de la Edad Media.

Las imágenes de los ángeles se introducen en abundancia en los repertorios de los artistas. En la imagen 12 vemos como la representación angelical contiene una significación un tanto monstruosa. Bajo la figura angelical se dibuja pequeños hombrecillos, casi inexpresivos.

En la imagen 13 vemos como la pintura se hace más completa, se narra una historia, los monstruos intervienen, dominan, ejercen acción. Posee esta imagen una belleza especial, belleza que no se define a partir de proporciones o disposiciones. En el conjunto los monstruos que gritan, que hunden, que espantan producen junto a la imagen del hombre y junto a los otros elementos una belleza total, que se basta y explica a sí misma.

En el Renacimiento se vuelve al pensamiento greco romano y por lo tanto las concepciones de la belleza como producto de la perfecta proporción, del orden, de la mesura, etc., vuelven a ser recordadas. El hombre a partir de estos conceptos constituye su expresión artística, viendo en lo bello y sublime la manifestación de lo espiritual.

La imagen 14, imagen del Bosco, muestra toda una variedad de seres fantásticos que intervienen en un pasaje religioso. Son inspiradas todas ellas en las representaciones de la Edad Media. Es curioso, pues mientras la mayoría de las imágenes del renacimiento lo que tratan es de encubrir, de borrar o poner a un lado toda imagen fea, toda imagen que conmueva los sentidos a través del mal o del dolor, este detalle pone de nuevo a la luz una cantidad de seres extraños.

El renacimiento busca la depuración no sólo de la línea sino también de los temas, se quiere expresar lo sublime; ahora un monstruo o un demonio es sustituído por la imagen de ángeles o amorcillos. De una u otra manera, el arte del renacimiento encerrará un profundo sentimiento a representar lo sublime.

Ceninni decía: "bajo la sombra de lo natural había de encontrarse lo "no visto".

Así el renacimiento bajo muchas de sus manifestaciones sigue escondiendo el recuerdo de la época que le antecedió. Una tendencia, una nueva forma de expresión no se desliga nunca de su parte generadora, un cordón umbilical ata y vincula cada expresión artística se regenera a partir de las que le antecedieron.


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