Diferencia entre revisiones de «Rada, José de la Merced»

Escultor y pintor. Según tradición oral era hijo de un ebanista. Su obra conocida data del siglo XIX, no obstante, está vinculado a la tradición colonial, la cual se hace evidente en la solución formal y temática —exclusivamente religiosa— de sus piezas. De igual manera, la herencia colonial se revela en la combinación que hace del oficio artesanal con el quehacer artístico. En 1814 pintó un cuadro de ánimas, hoy en la Iglesia de San José de Chacao. En marzo de 1821 recibió 14 pesos por pintar unos ángeles para un trono de la cofradía del Rosario (Duarte, 1971, p. 175). El 10 de marzo de 1825 —previamente convocado por la Municipalidad de Caracas— figura al lado de Juan Lovera y otros personajes en la comisión constituida para elaborar y promover la edificación de un monumento al Libertador. El proyecto, una estatua ecuestre en bronce apoyada sobre una columna de mármol, estaba destinado a la Plaza San Jacinto, para ese momento recién denominada Bolívar, pero no pudo ser concluido por limitaciones de recursos (Duarte, 1985, pp. 29 y 121). En el año 1833 hizo el Nazareno de Achaguas, escultura para vestir tallada en madera de cedro y policromada, réplica del Nazareno de San Pablo (Basílica de Santa Teresa y Santa Ana, Caracas), la cual elaboró por solicitud del general José Antonio Páez, quien la ofrendó a la Iglesia de Achaguas (Edo. Apure). El 20 de marzo de 1837 recibió del mayordomo de la Iglesia de San Pablo cuatro pesos por realizar y colocar cuatro pares de pestañas a las imágenes de Jesús Nazareno, Dolores, Cirineo y Magdalena (Duarte, 1971, p. 175). Posteriormente, compuso la imagen de Nuestra Señora del Carmen de la Iglesia de San Pablo, construcción demolida en 1876, percibiendo 12 pesos el 21 de julio de 1837, y dos pesos más, por "asegurarle ciertas quebraduras a unos floreros de la misma imagen" (ídem). En 1841 figura un Merced Rada entre los artesanos invitados a participar en la Compañía de Artistas de Caracas promovida por Juan García y establecida el 8 de diciembre de 1840 con el propósito de "crear un fondo de ahorros y además el fomento y adelanto de las artes" (El Venezolano, 24 de marzo de 1841).

En 1844 ejecutó un Cristo crucificado, de bulto, acompañado de un San Juan y una Dolorosa (colección Antonio Pérez, Caracas) e integró la comisión de escultura de la "Exposición nacional de productos naturales y de las artes liberales y mecánicas del país" en diciembre de ese mismo año. En 1846 y 1847 pintó en Caracas dos lienzos (colección Ascanio, Calabozo, Edo. Guárico). También en el año 1847 pintó San Felipe Neri, realizado sobre latón (colección Carlos F. Duarte) y esculpió un altorrelieve (colección Joaquín Urbano), considerado por Duarte como su mejor trabajo conocido, donde se muestra a "San Antonio [identificado también como San Francisco] en su biblioteca, con la Trinidad y enmarcado en nicho de marquetería" (1979, p. 120). En el año 1854 hizo una imagen de vestir sentada, de paradero desconocido, construida, según la inscripción de la pieza, por acuerdo con el señor José del Carmen Díaz el 15 de noviembre y posteriormente modificada en los ojos por el mismo escultor el 29 de diciembre de 1858 (ibídem, p. 121). En 1855, según Leszek Zawisza, el ingeniero Alberto Lutowski le encomendó una imagen de la Virgen como voto y símbolo protector que colocó en su casa a fin de proteger a su familia de la epidemia de cólera; años después la misma fue trasladada a la Iglesia de Nuestra Señora de Altagracia (Caracas) proyectada por Lutowski y concluida en Caracas en 1870 (ídem). Y en fecha no precisada, realizó una imagen escultórica de Nuestra Señora de Valvanera, destinada a la Ermita de El Calvario (Caracas) y, posteriormente, a causa de la demolición de ésta en 1873, a la Iglesia de San Juan en Caracas (Zawisza, 1988-1989, III, p. 213). Rada recibió sepultura eclesiástica en la catedral y según los archivos parroquiales falleció a los 70 años. Estuvo casado con Gorgonia Mendoza. Un hijo de él, Felipe Rada Mendoza, fue también escultor aunque falleció prematuramente. "A mediados del siglo XIX, ya pasada la guerra y tal como sucedió en el campo de la pintura con Juan Lovera y en el de la orfebrería con Casimiro Arias, la escultura tuvo un representante que fue José de la Merced Rada. Estos tres artistas fueron los últimos herederos y únicos soportes de la tradición hispana" (Duarte, 1979, p. 35).