Palacios, Eloy
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9.7495068,-63.1908166 ~ Maturín Edo. Monagas, Venezuela. Lugar de nacimiento y Lugar de su Obra; 10.4683918,-66.8903658 ~ Caracas, Venezuela. Lugar de su Obra; 9.9356143,-84.1133451 ~ San José, Costa Rica. Lugar de su Obra }}
Contenido
Biografía
Escultor y Pintor. Hijo de Félix Palacios y Margarita Cabello. Con el propósito de continuar su educación, su padre lo envía a Alemania en 1858. En 1862 ingresó a la Academia de Bellas Artes de Múnich (Alemania), donde realizó estudios de las técnicas del bronce y del modelado durante cinco años, obteniendo el diploma en escultura y fundición. En 1867 regresó a Venezuela por unos meses y viajó de nuevo a Alemania para continuar sus estudios, los cuales, a la muerte de su padre, debió interrumpir y regresar a Maturín. En 1873 se traslada a Caracas, buscando nuevas oportunidades en su profesión, las que obtuvo mediante la protección del presidente Guzmán Blanco, quien le encomienda dictar la recién creada cátedra de escultura en la UCV. La Opinión Nacional del 3 de enero de 1874 anuncia la apertura de los cursos para el 7 de ese mes. Palacios acapara en ese momento las comisiones oficiales: realiza el busto de Guzmán Blanco que serviría de modelo para Bailly —el escultor de Saludante y Manganzón— (La Opinión Nacional, 10 de enero de 1874), y en agosto, mes en el que se casa con Hercilia Torres en la Catedral de Caracas, se encuentra trabajando en el frontón del Capitolio, donde realiza el escudo de armas entre dos figuras alegóricas, la Clemencia y la Sabiduría, al lado de las cuales se erigían dos bustos, el de Antonio Leocadio Guzmán y el de José María Vargas (La Opinión Nacional, 1 de agosto de 1874). Esos trabajos fueron realizados por Palacios con ayuda de su asistente Rafael de la Cova. Además de los trabajos en bajorrelieve, a Palacios se le comisiona para realizar tres esculturas en bulto: en la Gaceta Oficial del 12 de septiembre de 1874 se le cancelan 500 venezolanos por la "hechura y colocación" de las estatuas de Cristóbal Colón, Simón Bolívar y Guzmán Blanco; el 14 de octubre de 1875 la misma publicación anuncia la colocación de la de Cristóbal Colón, y el 18 de octubre la instalación en la parte este y oeste de las estatuas del Ilustre Americano y la del Libertador. Las esculturas fueron realizadas en arcilla quemada (Memoria del Ministerio de Obras Públicas, 1875, p. LXXIII). En un grabado del libro de Miguel Tejera, Venezuela pintoresca e ilustrada (I, París: Librería Española de E. Denné Schmitz, 1875), aún se podían observar las tres imágenes, pero pronto fueron removidas. Palacios también licitó, por sugerencia de Luciano Urdaneta, para la realización del escudo nacional, de cuatro metros y las dos cariátides, de seis metros, que ornarían el Palacio Federal y por las cuales el escultor pedía 1.281 venezolanos. Las esculturas serían realizadas también en arcilla y yeso, pero un malentendido con Guzmán Blanco —debido a la pose de su propia escultura en el Capitolio, según D.I. Ojenes, uno de sus primeros biógrafos (en El Cojo Ilustrado, 1 de abril de 1892)— hace caer en desgracia a Palacios, quien pierde sus comisiones y es remplazado el 12 de febrero de 1876 en la cátedra de escultura por Manuel González (Gaceta Oficial).
Después de este suceso toma el camino del exilio hacia Trinidad; allí realiza una serie de monumentos y después se traslada a Costa Rica, donde también hace varias obras (entre ellas Bienaventurados los que mueren en el señor, en el Cementerio de San José, reproducida en El Cojo Ilustrado, 1 de noviembre de 1898). En 1877 retornó a Múnich, ciudad en la cual instaló un taller de escultura y fundición que le ganó renombre internacional; desde dicho taller comenzó a atender numerosos encargos, tanto de la corte de Baviera como de gobiernos latinoamericanos. En 1890 viajó a Venezuela contratado para realizar la estatua de José María Vargas que se colocaría en el Hospital Vargas (Caracas). Ese año talla en mármol el monumento a Julieta Blanco en el Cementerio General del Sur (El Cojo Ilustrado, 1 de enero de 1890), talla en madera una Dolorosa, para el templo parroquial de Maturín (hoy en la Catedral de Nuestra Señora del Carmen) y pinta un óleo de Bolívar en gran formato para el Concejo Municipal de esa misma ciudad. Hacia 1892 la Comunidad Artística de Múnich le nombró miembro activo; también fue distinguido de igual manera por la Sociedad de Bellas Artes del imperio alemán. En esta época se le encomendó el monumento a José Félix Ribas, en el cual trabajó durante dos años y luego viajó a Venezuela para dirigir la instalación de la obra en La Victoria (reseñado en El Cojo Ilustrado del 15 de febrero de 1892). En 1893 inicia los trabajos para el monumento ecuestre a Bolívar para Cartagena (El Cojo Ilustrado, 15 de junio de 1893), el cual vaciará en Múnich y será colocado en 1894 (El Cojo Ilustrado, 5 de septiembre de 1894). La pieza fue copiada para la Plaza Bolívar de Maracaibo en 1904. Efectuó después un segundo viaje por las Antillas y volvió a Múnich en 1895. En 1896 talla en mármol el busto de Arístides Rojas (Palacio de las Academias), una de sus obras más célebres, y en la que demuestra su gran virtuosismo técnico. En 1898 se encuentra de nuevo en Caracas (El Cojo Ilustrado, 15 de octubre de 1898). De ese año es el perfil de Bernardo Blanco (panteón de la familia Blanco en el Cementerio General del Sur), en bronce, vaciado en Múnich. El Cojo Ilustrado, en su edición del 15 de julio de 1901, publicó fotos del taller del escultor en Alemania, donde quedaba subrayada la importancia y cantidad de sus comisiones. Ese año, el 10 de septiembre, fue nombrado cónsul de Venezuela en Múnich (Alemania). En 1904 se le encargó la fundición de la estatua ecuestre de José Antonio Páez, proyectada por Andrés Pérez Mujica y que fue instalada en la Plaza de la República en El Paraíso. Palacios firmó la copia, lo que creó por años confusión sobre la autoría de la pieza.
El 20 de julio de 1905 firmó contrato con el Ejecutivo para el modelado y fundido en bronce de varias partes del monumento a Carabobo (Leyes y decretos, 28, 9943), que fundió en Alemania y trajo él mismo al país para ser inaugurado en 1911 en Caracas y no en el campo de Carabobo como inicialmente se había proyectado. Es ésta quizás la más conocida de las obras de Palacios y popularmente se la denomina La india del Paraíso, aunque el propósito del escultor no era representar la raza indígena sino la joven República. Para su realización trabajó con vaciados en bronce y mezcla de granito gris y verde y rocas naturales. La figura desnuda en la cima de la columna-palmera fue tan sugestiva para su época que escritores como el joven Miguel Otero Silva le dedicaron encendidos poemas. Palacios describió dicho monumento en los siguientes términos: "inspirado pues en el recuerdo de la Patria, como también conmovido por los relatos de nuestro eminente historiador e investigador Arístides Rojas, quien dice en sus leyendas históricas, de nuestros primitivos pobladores, que éstos creían que sus Dioses habitaban las palmeras, concebí la idea de todo el monumento. Además, también soñó Bolívar la Gran República de Colombia bajo las palmeras de Casacoima, sueño que realizó más tarde franqueando las tortuosidades de los Andes, tras las huellas de Humboldt […]. En el primer cuerpo del monumento, están alegóricamente representadas Venezuela, Colombia y Ecuador. Este primer cuerpo, es un triángulo de cuyo punto central se levantan las tres palmas unidas y alrededor de las tres palmas están sentadas entrelazándose las tres figuras simbólicas de Venezuela, Colombia y Ecuador […]. De entre las tres figuras salen formando una columna las tres palmas, de granito gris en la parte inferior, y en la superior de color verde, que son los colores naturales propios de esas Palmeras; la parte superior es toda de bronce, y de su centro elévase grandiosa y resplandeciente, la joven República" (citado en 1974).
Para la época en que publicó este texto (1911), Palacios había decidido instalar a su familia en Caracas, después de lo cual, viajó a Nueva York (El Universal, 7 de noviembre de 1912) para efectuar varios encargos de personalidades de esa ciudad, entre ellos el busto de W.Y. Gaynor, alcalde de la misma. En 1915 se trasladó a La Habana para realizar los retratos de la familia presidencial y estableció allí su taller, en el cual trabajó intensamente hasta su muerte en 1919. En un catálogo publicado ese año se registraban algunas de las obras realizadas por Palacios en Cuba, entre ellas los bustos de Mario G. Menocal, el presidente; Máximo Gómez; Antonio Maceo; Calixto García Iniguez; Francisco Carrillo; los relieves (medallones) de Marianita Seva de Menocal; Margarita Lamar de Velasco; Gonzalo de Quesada; José Enrique Montoro; una Pietá (dos copias); y relieves (rectangulares) de Laudelina Machado y Machado y Margarita Lamar de Velasco. Palacios fallece en Camagüey (Cuba), donde se encontraba realizando encargos a personalidades de esa ciudad. Considerado por la crítica como el más importante escultor venezolano del siglo XIX, Eloy Palacios es el primero en adquirir durante ese siglo pasado una sólida y completa formación técnica en el extranjero dentro de su especialidad: fue un reconocido fundidor y tallista en madera y esculpía el mármol con igual calificación. Desafortunadamente se desconoce la ubicación de muchas de sus obras y hasta ahora no se dispone de un catálogo completo de su producción en el exterior. Para Juan Calzadilla "la obra de Palacios se inscribe en la esfera de influencia del naturalismo europeo y está marcada por la tendencia monumentalista de la época, que tuvo derivaciones en Latinoamérica, particularmente a través del espíritu de exaltación nacionalista que siguió a la guerra de Independencia. En Venezuela, el estilo conmemorativo nace con el gobierno de Guzmán Blanco, para quien trabajó durante algún tiempo Eloy Palacios. Después de un período naturalista (Monumento a José Félix Ribas) siguió en la manera ecléctica de Palacios, un estilo imbuido de referencias simbolistas, en el que se ha creído ver la influencia de Gaudí (Monumento a Carabobo o La india del Paraíso). Si bien es cierto que Palacios no alcanza a ser un escultor de expresión moderna y sus interpolaciones biomórficas, como palmeras y cóndores, no dejan de estar tratados de una manera linealmente naturalista, como reproducciones de un escenario tropical, para reflejar, en suma, una visión europea de América" (1969, p. 226).
Colecciones
Esculturas
Pinturas
Colecciones
Catedral de Nuestra Señora del Carmen, Maturín / Cementerio de San José, San José de Costa Rica / Cementerio General del Sur, Caracas / CIV / Concejo Municipal, Maturín / Hospital José María Vargas, Caracas / Palacio de las Academias, Caracas
Fuentes
- Archivo Catedral de Caracas, Matrimonios, 16.
- Archivo Manuel Landaeta Rosales, Academia Nacional de la Historia, Caracas, v. II, 78.
- Archivo MRE, Alemania, 19.
- Arcila Farías, Eduardo. Historia de la ingeniería en Venezuela, II, Caracas: CIV, 1961.
- Briceño, Pedro y Rafael Pineda. La escultura en Venezuela. Caracas: Inciba, 1969.
- Calzadilla, Juan y Pedro Briceño. Escultura/escultores. Un libro sobre escultura en Venezuela. Caracas: Maraven, 1977.
- Calzadilla, Juan. El arte en Venezuela. Caracas: Ediciones del Círculo Musical, 1967.
- Cinap, P 8.
- De la Plaza, Ramón. Ensayos sobre el arte en Venezuela. Caracas: Imprenta de La Opinión Nacional, 1883.
- El Cojo Ilustrado (no citados). Caracas, 15 de enero de 1899 y 1 de febrero de 1911.
- Palacios, Eloy. "Ofrenda del escultor Eloy Palacios en el centenario de la Independencia de Venezuela". En: Eloy Palacios, una crónica del llano (catálogo de exposición). Caracas: Museo Boggio-Concejo Municipal del Distrito Federal, 1974.
Enlaces relacionados
Créditos
- Galería de Arte Nacional (GAN)
- Fundación Museos Nacionales (FMN)
- Foto en la ficha técnica por Biografías.wiki
- Wikipedia [1]
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