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Cambios
→2. La Colonia. Señales de la dominación
El arte colonial no alcanzó en Venezuela un esplendor comparable al logrado en otras posesiones españolas en América, más favorecidas por el desarrollo económico, por un más fácil poblamiento o por una mayor concentración de poder en las tierras conquistadas. Las expresiones de arte en la América colonial fueron determinadas por el signo evangelizador que suponía, en su más alto contexto y en sus fines, la empresa de colonización llevada a cabo en nuestras tierras. La producción artística tuvo, por lo tanto, valor funcional y se entendía como manifestación que servía más a los fines de inculcación de la fe religiosa y a la dominación que a la voluntad de los artistas, tal como esta voluntad se expresaba, simultáneamente a los primeros hechos de la conquista de América, en la Europa renacentista y del manierismo. Este rasgo o carácter funcional contribuye a la escasa evolución de las formas artísticas y a la separación de éstas de la corriente universal de la que se habían desprendido, para reflejar, en cada área o subregión americana, modalidades fuertemente marcadas por el proceso de hibridación y simbiosis natural al que las conduciría el aislamiento territorial.
===3. Período poscolonial===
Durante el período que sigue al surgimiento de la República, apreciamos un arte que se nutre de la herencia del legado técnico de los imagineros coloniales. Sus cultores adoptan los íconos, mitos y símbolos de la naciente República, apartándose cada vez más de la temática religiosa del período colonial o asumiéndola en sus obras al mismo tiempo que se dedican a realizar un arte laico, de características primitivas, o neoclásicas, siguiendo el patrón técnico heredado de la Colonia y la tendencia al retrato que procede del siglo XVIII. El ejemplo más destacado nos lo da la obra de Juan Lovera.