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→13. La rebelión informal y El Techo de la Ballena
Este movimiento artístico de vanguardia surge en el panorama de la plástica nacional hacia finales de la década del cincuenta. Reunió a un grupo de pintores que apostaron por un lenguaje figurativo de nuevo tipo, que redefinía la figura con elementos provenientes tanto del arte abstracto, como del realismo y el expresionismo, conjugados con contenidos ideológicos que denunciaban la problemática sociopolítica venezolana de aquellos años, opuestos al optimismo implícito en las propuestas de los artistas abstractos. Otros artistas asociados a la figuración de nuevo signo, orientaron sus trabajos creativos hacia contenidos críticos de carácter existencial, para evidenciar las vicisitudes y conflictos que se generan en las sociedades modernas.
===[http://vereda.ula.ve/gan/?p=23#14 13. La rebelión informal y El Techo de la Ballena]===
La propuesta informalista emprendida en nuestro país recurrió al azar, lo aleatorio, la gestualidad del trazo, la mancha y la reivindicación de materiales extrapictóricos, para la creación de diversos valores texturales y expresar así una actitud existencial marcada por la contestación y el desengaño. En este sentido, grupos de intelectuales, artistas y literatos, con disímiles afinidades ante el compromiso estético, conformaron el perfil sociocultural de una heterodoxa resistencia que se mantuvo activa, desde los tiempos de la dictadura Pérezjimenista, y que venía reagrupándose para enfrentar la desilusión ante el nuevo régimen. Algunas de estas personalidades organizaron la primera exposición del movimiento informalista (“Espacios vivientes”, Maracaibo, 1959). En este contexto nace, posteriormente, la vanguardia más incendiaria y subversiva que ha dado el país: El Techo de la Ballena asume el arte, la literatura, el cine, la fotografía, el performance, el conceptualismo, el arte objetual, el diseño editorial y el activismo político como detonantes para la conformación de una conciencia estéticosubversiva latinoamericana; escándalo, ironía, sarcasmo, delirio, contestación y contracultura, fueron estrategias que les permitieron denunciar el fraude que percibían dentro de la nueva casta política en el poder.