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==Biografía==
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Pintor. Hijo del escultor catalán Ángel Cabré i Magrinyà y Concepción Alsina, de origen mallorquín. Llegó con su familia a Venezuela el 18 de mayo de 1896, procedente de Barcelona (Agencia Pumar, 18 de mayo de 1896). En esa época el gobierno de Joaquín Crespo había propiciado la presencia de artistas y artesanos catalanes para la realización de obras públicas y privadas en Caracas. Cabré se inscribe en la Academia de Bellas Artes en 1898, donde su padre había comenzado a dictar clases de escultura; sin embargo, comienza formalmente sus estudios en 1904 tras la inauguración de la nueva sede de la Academia. Desde 1909 hasta 1920 trabajó en la marmolería de Eusebio Chellini ornamentando al óleo estatuillas de yeso. Formó parte del grupo de alumnos que, en enero de 1909, dirigieron una carta al entonces ministro de Educación, Samuel Darío Maldonado, pidiendo que se modificara la forma de enseñanza académica que en aquel entonces propiciaba el director de la Academia, Antonio Herrera Toro. Aunque años después Cabré reconocería la injusticia de aquella queja, a la cual no se adhirieron pintores como Armando Reverón, la Academia se vio severamente cuestionada. Cabré fue en 1912 miembro fundador del Círculo de Bellas Artes (El Universal, 28 de agosto de 1912) y formó parte activa de las exposiciones del grupo. En la primera exhibición del Círculo, realizada en enero, expuso su célebre autorretrato y un retrato de Julio Planchart, posteriormente reproducidos en El Cojo Ilustrado (15 de abril de 1913) y admirados por Jesús Semprum por estar "impregnados de vida y de energía" (1969, p. 114). En el I Salón Anual del Círculo de Bellas Artes (Teatro Calcaño, Caracas, 1913) expuso paisajes, retratos e interiores; "sin desviación, ni vinculaciones, ni miedo, su pincel corre libre", escribió Leoncio Martínez (El Universal, 10 de septiembre de 1913). En el II Salón Anual del Círculo de Bellas Artes (Teatro Calcaño, Caracas, 1914) fueron alabados sus paisajes, entre ellos, un interior del Cementerio de Los Hijos de Dios y estudios del Ávila, "que tienen un sentido recóndito, sin que deje de sentirse en ellos el natural" (A.M.H., El Nuevo Diario, 5 de septiembre de 1914). De esa época es su Fragmento de Ávila, que adquirió Domingo Lucca por 35 bolívares. En el III Salón Anual del Círculo de Bellas Artes (Teatro Calcaño, Caracas, 1915) expuso El Guaire, Los samanes, El balcón y Un jardín: (La Revista, 12 de septiembre de 1915). "Las telas de Cabré tienen la luminosidad tropical, potente […], como hasta ahora no la había pintado nadie", concluía Leo (El Nuevo Diario, 13 de septiembre de 1915).
Los períodos artísticos de Cabré han sido clasificados por Juan Calzadilla. La etapa académica (1906-1913), se caracteriza por los tonos terrosos y ocres y la rapidez de ejecución. De ese período es su retrato de Antonio Edmundo Monsanto (acuarela, 1906) y su Paisaje de Sabana del Blanco (1908, colección Museo Caracas, Palacio Municipal, Caracas), premiado por la Academia; después de 1910 trabaja tomando apuntes del natural. La época azul (1913-1920) está marcada por una interpretación plástica del paisaje, con pinceladas y materia en tonos por lo general azules y grises. En esta época inicia su serie interpretativa del Ávila aprovechando los pliegues y las sugerencias compositivas de la montaña que modela con gran libertad. La etapa francesa (1920-1931) muestra el interés de Cabré por acceder, frustradamente, a las corrientes de la modernidad y, más que seguidor de Paul Cézanne, su obra señala su interés por la escuela esteticista parisina. Tras su retorno a Venezuela, Cabré se aparta de las tendencias contemporáneas del arte y de sus incursiones en una pintura de carácter matérico para trabajar en adelante sus obras de manera convencional, tanto a nivel formal como compositivo. El período de síntesis (1931-1937), que marca su regreso al país y en la cual realiza paisajes de La Urbina, la laguna de Boleíta y una serie de San Bernardino (el período Vollmer, hacia 1938) que precede a la explotación urbanística de esa zona. En 1942, y por tres meses, desarrolla su breve etapa de los paisajes andinos a partir de la sugerencia del entonces presidente venezolano Isaías Medina Angarita. A partir de ese momento interpolará dos métodos en su producción: el intelectual y la observación directa. Su obra Vista de Capacho Viejo, recibirá el premio popular del Salón Planchart de 1957. Desde 1945 hasta 1965, Cabré trabajará el Ávila con iluminaciones plenas y de manera hiperrealista. En su última época, entre 1965 y 1979, se ha remarcado la exaltación cromática. Cabré reservó al aspecto artesanal una gran importancia a lo largo de su actividad, y su paleta, según sus palabras, era "sencilla y lógica". "Cabré es un naturalista no en relación con la realidad sino con el sentimiento objetivo de su experiencia visual de la realidad. Para él la naturaleza es un móvil más que un objeto tomado al pie de la letra como tema. En sus paisajes él trata de configurar un orden paralelo al de la naturaleza, y en esa medida obliga al espectador no a reconocer en su obra un fragmento recortado del paisaje natural, tal como podría verse a través de una ventana, sino a enfrentarse a su capacidad de inventiva del espacio" (Calzadilla, 1980, s.p.)
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Imagen:Wh pv GramckoElsa Artista PR 111215 9.jpg | Pedro Ángel González, Simón Alberto Consalvi, Manuel Cabré, Elsa Gramcko, el presidente del Instituto Nacional de Hipódromos Dr. Francisco A. Urbina Romero, Mateo Manaure y la señora de Alirio Rodríguez. Fotografía correspondiente a la entrega de los premios del 1er Salón Anual "Marcos Castillo" realizado en La Rinconada. Caracas, 16-01-1967 Foto: Dimas Ibarra - El Nacional
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