Cambios

Narváez, Francisco

1 byte añadido, 15:24 21 oct 2014
Biorafía
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==BiorafíaBiografía==
Escultor y pintor. Hijo del ebanista y alarife José Lorenzo Narváez y Vicenta Emilia Rivera. Su padre era conocido por sus tallas decorativas realizadas en la Iglesia del Valle del Espíritu Santo de La Asunción y por la construcción del faro de navegación de Porlamar (Edo. Nueva Esparta). Narváez asiste a la escuela de Carúpano, donde su familia se residencia hacia 1908, tras la caída de Cipriano Castro, y empieza a realizar tallas de muebles en miniatura con materiales como tiza o madera y una navaja como herramienta. Cuarto en una familia de 11 hijos, su aprendizaje inicial se basó en las prácticas del taller de su padre (1912-1921). Se interesó por la figura humana y copió en tiza los santos restaurados por su padre, realizó retratos de sus familiares y probó materiales como la greda para modelar figuras. Ayudó a su padre en los trabajos de reconstrucción y restauración de la Iglesia de San José de Orocual (Edo. Monagas), para la cual repintó las figuras y talló las partes faltantes de algunas imágenes religiosas. En 1916 participó en una exposición de artesanía en Cumaná con una talla de muebles en miniatura y recibió un diploma de reconocimiento. Posteriormente se le encargó un San Rafael para la Iglesia de Carúpano, a partir de un solo bloque de cedro; esta figura, según el artista, se conservaba en la iglesia aún en 1968. En 1918, la familia vuelve a Porlamar (Edo. Nueva Esparta), donde Narváez es atraído por escenas del mercado de Punta de Arenas, con sus pescadores, vendedoras y cargadoras de bultos, figuras recurrentes en su obra posterior; en el mercado observó al pintor rumano Samys Mützner pintando motivos locales. Narváez inicia clases de teoría y solfeo, que no puede continuar al enfermar de escrófula y permanecer un año en cama. Al recuperarse se dedica a tallar figuras de nacimientos y, hacia 1920, talla en madera una imagen del Niño Jesús para las hermanas carmelitas del hospital, que llama la atención de monseñor Sixto Sosa, obispo de Guayana, quien le sugiere que estudie en Caracas, le consigue el permiso de su padre, le paga el pasaje y gestiona una beca para que estudie en la Academia de Bellas Artes.