Cambios

Navarro, Pascual

23 bytes añadidos, 21:19 29 abr 2016
Biografía
==Biografía==
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Pintor. Hijo de Enrique Navarro y Cruz Velásquez. Estudia en la escuela familiar de las hermanas Ollarves y en la Escuela J.M. Echandía. En 1934 figura inscrito en la Academia de Bellas Artes, la cual dirige el escultor Lorenzo González. En 1939 conoce a Armando Reverón, quien tendrá gran influencia en su vida y obra. Navarro recibe una beca de la reformada Academia, ahora Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas (1940), bajo la dirección de Antonio Edmundo Monsanto. Para 1941 envía sus primeras obras al II Salón Oficial, en donde se ha creado una sección especial para los alumnos de la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, y, en el salón siguiente, expone cinco pinturas y dos grabados en la sección de alumnos. Navarro recibe su primer reconocimiento en el V Salón Oficial (1944) por sus obras Quebrada, Árboles y Boceto (este último, reproducido en la Revista Nacional de Cultura, 42). En 1945, después de concluir sus estudios académicos, vive en Macuto junto con Reverón, donde realiza una serie de dibujos y pasteles e inicia su serie de Nocturnos. Ese año trascendió en la prensa una crisis nerviosa del pintor que fue reseñada por Guillermo Meneses en dos artículos (El Nacional, 4 de abril y 18 de abril de 1945). De 1946 es su célebre Muchacha con abanico (guache sobre papel, colección GAN). Ha comentado Francisco Da Antonio que "en sus obras enviadas al Salón Oficial de 1946 se confirmaba la presencia de un pintor excepcionalmente lúcido, para quien el tema significaba tan sólo el pretexto para ordenar el espacio. Su pintura abordaba, fundamentalmente, la ordenación del color como estructura básica más allá de la forma a la cual, no obstante, se sometía" (1982, p. 265). En 1947 expone con Mateo Manaure en el MBA; por su Muchacha con abanico recibe el Premio Federico Brandt y una beca para estudiar en París, a donde llega en compañía de Manaure el 18 de junio.
En 1963 es nombrado consejero artístico de la Fundación Fina Gómez y, en 1968, tras una severa crisis nerviosa en Madrid, regresa definitivamente a Venezuela, dedicándose a la enseñanza del dibujo y la pintura en la Torre de la Prensa (Caracas, 1969-1976). Navarro fue un crítico de arte destacado, inició sus colaboraciones en El Nacional, donde publicó el 26 de enero de 1947 un brillante artículo sobre Reverón bajo preceptos plásticos. Gran parte de la obra de este artista fue realizada con guache sobre papel, como la mencionada Muchacha del abanico o Macuto (1946, colección GAN), donde el artista dejaba zonas sin pintar para aprovechar el color del soporte; en los años cincuenta realiza algunas obras abstractas de pincelada libre, como Composición abstracta sobre perpendicular (1950, colección Museo Arturo Michelena); posteriormente utilizó el óleo en superficies impecablemente acabadas y delineadas (Negro, blanco y amarillo, 1952, colección Paulina Villanueva). La GAN posee de Navarro tres pasteles de su primera etapa, un autorretrato sin fecha, una niña de 1946 y un desnudo de 1948. Alfredo Boulton ha señalado sobre Navarro: "en toda relación que se haga de la pintura en Venezuela durante los años cuarenta a cincuenta, es imprescindible tener en cuenta la obra de juventud de Pascual Navarro. Su producción, limitada en cantidad, se destacó, dentro de su grupo generacional, por una personalidad muy definida […]. Dentro de la generación de los primeros estudiantes del Cuño fue posiblemente Navarro uno de los que sintió y asimiló de manera más profunda el llamado de las nuevas tendencias. Su fogosidad de carácter, su viva comprensión, su agudizada y fina percepción de los problemas, habían hecho de él una de nuestras mayores esperanzas pictóricas […]. Cuando se llevó a cabo la 'Exposición retrospectiva' de Reverón, en el CVA, en 1943, Navarro conoció entonces dos importantes lienzos sobre temas nocturnos, Procesión de la Virgen en el Valle y Patio con luna. En estas obras estaba planteado, con una tremenda fuerza de sugestión, el sentido misterioso de la imagen que Reverón se empeñó siempre en transmitir y que tuvo uno de sus más claros exponentes en La cueva. Acaso el primero entre los muchachos del Cuño en comprender esa actitud de Reverón fue Navarro, quien a partir de ese momento quedó subyugado por la obra del gran artista. El muy fino concepto analítico que poseía le permitió entonces ejecutar en 1945 una serie de Nocturnos, que son la mejor prueba de la alta sensibilidad de su espíritu […]. En 1948, Navarro vivía ya en París, donde entró en contacto con un nuevo horizonte cultural y descubrió el mensaje abstractogeométrico de los que estaban a la vanguardia de aquel movimiento. Cayó bajo la influencia de Dewasne, Herbin y Pillet y fue de los más apasionados defensores de aquella nueva modalidad. De su inicial formación guardaba algunos conceptos figurativos y le fue inevitable, a él también, probar ciertas estructuras picassianas de las que paso a paso, se fue liberando más y más hasta lograr una expresión, en cuanto al carácter, a la concepción del tema y al mensaje, que era propia a cabalidad. En los años subsiguientes, Navarro emprendió otros caminos que le apartaron de la práctica de las artes plásticas. Se volvió un estudioso de las teorías cromáticas, que habrían de llevarlo por otros rumbos, razón por la cual abandonó aquel ejercicio que había comenzado tan esperanzadamente" (1972, p. 154).
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==Obra==
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