• LA TAREA PENDIENTE DE ESCRIBIR LA HISTORIA DEL ARTE VENEZOLANO DE FORMA COLECTIVA,   
  • UN PROYECTO COLABORATIVO PARA TODOS LOS ESTUDIOSOS, ESPECIALISTAS Y ARTISTAS VENEZOLANOS,   
  • TODA LA HISTORIA DEL ARTE VENEZOLANO EN UN PORTAL AL ESTILO DE LA WIKIPEDIA.   

Quintero, José Humberto

De WIKIHISTORIA DEL ARTE VENEZOLANO
Revisión del 15:30 15 dic 2015 de Elibeth Castillo (Discusión | contribuciones)

(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar
José Quintero
JoseQuintero FotoPersonal.png
Nombre completo José Humberto Quintero Parra
Nacimiento 22 de septiembre de 1902, Mérida - Venezuela
Fallecimiento 8 de julio de 1984, Caracas - Venezuela
Nacionalidad Venezolano
Área Sacerdote, orador, escritor, retratista
Firma JoseQuintero Firma.jpg


{{

  1. display_points:

8.5917533,-71.2083159 ~ Mérida,Venezuela. Lugar de nacimiento; 10.4686988,-67.0304554 ~ Caracas, Venezuela. Lugar de su obra }}

Biografía

Sacerdote, escritor e inspirado orador. El Gobierno de Mérida publicó 3 volúmenes con sus discursos eclesiásticos y patrióticos. Celebradas son sus piezas oratorias en ocasión del centenario de la muerte del Libertador, en 1930, y el discurso “Crónica Patriótica”, pronunciado en la plaza de Belén el 19 de abril de 1951, cuando en el Pico Bolívar fue develado el busto del Libertador del escultor Marcos León Mariño.

El entonces presbítero José Humberto Quintero al pie de La Columna, ante las autoridades y fuerzas vivas de Mérida en la efemérides dijo: “En aquel fantástico palacio de La Alhambra, que parece construido no por manos de hombres sino por las milagrosas de las hadas, hicieron los emires edificar, para regalo de las sultanas, una especie de balcón, llamado el Mirador de Lindaraja, donde los decoradores moriscos extremaron su habilidad de artistas hasta convertir ese sitio del alcázar en estupenda e incomparable joya de la arquitectura. Desde allí podía la vista deleitarse en el panorama arrobador de Granada, con su río, su bosque, su monte y su famosa vega.[…] Mérida, Sultana de los Andes, tiene también su Mirador de Lindaraja,…”

José Humberto Quintero fue hombre de vida sacerdotal pura, poseedor de una sólida formación intelectual, con amplios conocimientos teológicos y canónicos, de ideas nobles y patrióticas, caracterizado en vida por una modestia que fue una de sus virtudes más singulares.

Personalidad del clero venezolano, José Humberto Quintero fue cura de Santa Cruz de Mora; secretario de cámara y gobierno, maestro de ceremonias de la catedral, vicario general del arzobispado y canónigo magistral del Cabildo Eclesiástico de Mérida. En 1953, fue nombrado arzobispo titular de Ácrida, coadjutor, con derecho a sucesión, del arzobispo de Mérida Monseñor Acacio Chacón. [1] Debe la ciudad de Mérida a ambas autoridades eclesiásticas la construcción del Palacio Arzobispal y la nueva Catedral Metropolitana de Mérida. Dentro, la serie de pinturas murales que contrata Monseñor Quintero al pintor ucraniano Iván Ch. Belsky.

Por el fallecimiento de monseñor Rafael Arias Blanco, monseñor José Humberto Quintero fue designado arzobispo de Caracas el 31 de agosto de 1960, y fue elevado a la dignidad de cardenal el 16 de enero de 1961. Fue el primer cardenal de Venezuela. Escribe Pedro M. Molina Márquez: “La labor episcopal del Cardenal José Humberto Quintero fue importante y decisiva en la historia de la Iglesia venezolana del siglo XX” […] La culminación de este esfuerzo del Cardenal Quintero se concretó el 7 de marzo de 1964 con la firma del Concordato o Modus vivendi entre el Vaticano y el gobierno venezolano –presidido entonces por Rómulo Betancourt…” [2] Molina Márquez, Pedro M.: “La Obra Pictórica del Cardenal José Humberto Quintero”.

José Humberto Quintero fue elegido Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua y de la Academia Nacional de la Historia, en 1961, y Miembro Honorario del Centro de Historia del Estado Trujillo.

Obra

Desde muy joven, el seminarista Quintero se esmeró en adquirir una sólida cultura en el campo de las humanidades. Correlativamente con sus estudios filosóficos y teológicos, se dio a la tarea de profundizar en la literatura latina, del Renacimiento y del Siglo de Oro, sin que esa dedicación le impidiese la lectura y el análisis de los clásicos escritores venezolanos y americanos. La devoción y dedicación total a la cultura sin abandonar su formación sacerdotal, lo encaminó a que despuntara siendo aun muy joven, como un escritor de impecable estilo, erudición abundante e ideas nobles y generosas.

En el Cardenal Quintero se observa, un escritor que desde su iniciación en las letras ya aparece dueño de un estilo propio, formado culturalmente; de estilo suelto. A los veintidós años escribe una prosa hermosa, fluida y atrayente, y a más de cincuenta años de haber aparecido sus primeros artículos, reproduce algunos de ellos, en forma de libro, sin que eso pueda aminorar su calidad de escritor y de pensador, ya que sus escritos juveniles resisten la crítica imparcial y justa.

Ejemplo de este aserto lo constituye en escrito de San Mariano al Cimino, el 9 de noviembre de 1924, en donde describe la Camándula de Frascati, el antiguo convento, presentando no solo el aspecto físico de la reliquia, sino que también su imaginario traza páginas hondamente evocativas y sugerentes.

De esa misma época data su iniciación triunfal en la oratoria, con el discurso que en homenaje a España, pronunció en Roma para recordar la visita que el Rey de España había dispensado al Colegio Pío Latinoamericano el año anterior. Esa oración titulada Elogio de España, constituye una página de antología, no sólo del género oratorio, sino también por los conceptos bellamente expresados sobre la Madre Patria. Después de trazar en breves líneas aspectos de Edad Antigua y Media de España, esboza un perfil del momento cumbre de su grandeza.

Quintero era hace más de medio siglo una figura esplendente de las letras venezolanas, y en los años que habrían de venir, ampliaría y consolidaría esa vocación y ese magisterio. Era el hombre nacido escritor y orador pero cultivada su mente mediante estudios y lecturas, mediante la realización de obras sólidas y perdurables.

Utilizando casi siempre la tribuna, se concentra en discursos, conferencias de contenido trascendental, sermones dichos en especiales conmemoraciones o en propias investigaciones, bien alrededor de personajes, o de hechos y situaciones especiales. Su labor tiene la solidez de ideas, con un estilo claro y limpio que constituye el patrimonio de toda su obra.

Sobre los venezolanos, su obra es muy vasta. Desde los perfiles de los grandes Arzobispos Ramón Ignacio Méndez y Antonio Ramón Silva, del historiador Tulio Febres Cordero, el paladín Rafael Urdaneta, de los patriotas merideños que declararon la Independencia y fundaron su Universidad, del sabio educador Mons. Jáuregui, del general Páez, hasta el estudio sobre el eximio orador y poeta Carlos Borges, entre muchos otros, su pluma se mueve con elegancia, justicia, erudición dentro de una sencillez admirable. Pone a vivir sus héroes, los trasporta al presente y les da una vivencia.

Simón Bolívar fue una de sus fuentes inagotables para inspirar su mente y la figura que le abrió el camino de sus incursiones en el campo histórico. En 1927, en Roma hace una reminiscencia del Libertador y de su juramento solemne en el Monte Sacro. Pero fue en 1930 cuando despunta el orador bolivariano por antonomasia durante los solemnes actos celebrados en Mérida en ocasión del centenario de la muerte del grande hombre. Sus escritos referentes al Libertador se condensan en el libro “Paginas Bolivarianas.”

Su obra continúa, no obstante sus serias responsabilidades en el magisterio eclesiástico, con ensayos de índole histórica y de locución oratoria.

En su libro Para la Historia trata de la expulsión del Obispo Salvador Montes de Oca, llevado a cabo en octubre de 1929, con ocasión de una Instrucción suya referente al matrimonio, en la cual exponía, la doctrina canónica sobre la materia. En aquel momento existía un estado de tensión del gobierno contra la Iglesia, por lo que se genero una polémica. Quintero, en defensa de su institución, redacto un documento en defensa de la Iglesia, en el cual se rebatían todos los argumentos del entonces Ministro del Interior. En aquel texto se redondea un capítulo de las luchas religiosas.

Tanto sus trabajos sobre temas generales, como los referidos a personajes venezolanos y figuras del acontecer nacional, logró desarrollarlos con seriedad, mesura y tacto. Sus obras, adornadas con las galas de una perfecta dicción, lograda por el intenso cultivo interior, son obras de especial valor.

Pintura

Fuentes

  • Felice Cardot, Carlos: entrada de José Humberto Quintero al Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas, Fundación Polar, 1993.
  • Molina Márquez, Pedro M.: “La Obra Pictórica del Cardenal José Humberto Quintero”. Boletín del Archivo Histórico. ISSN: 1316-872X. Año 12. Julio-diciembre 2013. Nº 22. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela.)
  • http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/38467/1/articulo2.pdf
  • PORRAS CARDOZO, Baltazar: (2007). Escritos de un Auxiliar. Mérida: Ediciones del Rectorado.
  • QUINTERO, José Humberto. (1979). Confidencias de un Septuagenario. Caracas: Editorial Arte.
  • FELICE CASTILLO, Carlos: (1976). La Labor Histórica y Humanística del Cardenal Quintero. Caracas: Italgrafica SRL.
  • FEBRES CORDERO, Antonio: (1975). El Cardenal Quintero en los Apuntes de un Amigo. Mérida: Imprenta Oficial.
  • SALCEDO BASTARDO, José Luis: (1977). Las Pinturas del Cardenal Quintero, Ediciones de la Presidencia de la Republica. Caracas: Editorial Arte.

Créditos

  • Autor: Maldonado Bourgoin, Carlos
  • Osvaldo Encinas. Estudiante de la Licenciatura en Historia del Arte de la ULA. Correo electrónico:

Comentarios