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La Hija del Rayo
Taraara Emüyü Relato Kariña Adaptación de Juan Antonio Calzadilla. Ilustrado por Henriette Arreaza
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El rayo, Tarara, tenía una hija y quería un
Qué bonita era, hombres, enamorados de ella. LLegaba gente de todas partes para verla. Taraara tamüyyüne tuwayye iyyomeero
tüpuaarimümue vüküürü
Potchome amüamejkoyompo ye'ijo, mojko
tuntatoonopooko piookonookon.
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Y llegó Viarakaru, el mono, y preguntó: -¿Está la hija del rayo? -Sí. está cocinando una piedra -le respondieron.
Viaarakaarü tutunta iyyomeero tuwwooturupuo: -Etaakoyyeke -tükka mojko vüküürü -aau amaaro wojkajse awwa
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Más tarde, cuando Viarakaru, el mono, estaba enamorando a la
muchacha, ella le dijo:
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Y la muchacha decía:
Viaarakaarü taürüopooko: -Oorono'ne, ü'wa pioorijchomaarümüa! tuwoojserejshapojse-sereei! sereei! -mooropoorotutajse taka'ne, anippiorijchomaja tuwayye. Iyyomeero Taraara emüyyükkaa:
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Después llegó el araguato. La muchacha lo recibió bien creyendo que éste a lo mejor aguantaba a su papá. El araguato se sentó en el chinchorro y cogió el cuatro. -Yo sí te voy a ganar a ti -decía -yo sí aguanto a tu papá. Si es así, me caso contigo -dijo la hija del rayo. Luego volvió a tronar. -¡Allí viene, allí viene! -decía la hija. -¡Déjale que venga, yo lo aguanto! -decía el araguato. Entonces llegó el rayo, sacudió la puerta de su casa y lo cegó. El araguato se perdió. -¡Cómo si fueras hombre llegas a enamorar a mi hija! -dijo Tarara.
Amüddajko'va yujpummue tatenderojto, mojse'va tuduumü poorijchoorü poorijchoomaarü ajkarümmüa. Araavata'va shiñña tanuññe iyyomeero kaneekaneeta tuwootarujka.
-Ü'wa tejere akaanarojtorümmüa -taürüopooko -Ü'wa tejere pioorijchomaarümüa
aduumü poorijch -Iyyovaarajta, amaaro vojkaae -Okka Taraara emüyyü. Iyyoviññompo Taraara tümOooruwa'ro. -Mooropo konojsa! -taürüopookoo Taraara emüyyü! -Ooro no'ne, pioorijchomaarü'wama! -taüruopooko Araavata. Iyyomeero Taraara tutunta, peenatütüürünkajkoroote i'via, tanukkejkarooro i'via. T aka'nejkoroote Araavata tutajse. -Vüküürümüetajtavaatü düeemüyüpooko konojsa-tükka Taraara.
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Y después llegó el rabipelado... y no aguantó. y después llegó el acure... y tampoco aguantó. Y después llegaron muchos... pero nadie aguantó. y después llegó un negro, Purake, el temblador, que estaba enamorado de la muchacha. Se acostó en el chinchorro y empezó a enamorar a la hija del rayo. Ella le dijo que si aguantaba a su papá se casaba con él. -Yo sí lo aguanto, yo soy el que se casa contigo- dijo Purake, el temblador. -¡Allí viene, allí viene!- dijo la muchacha cuando se escuchó el trueno. -Déjalo
que venga, yo lo aguanto!- gritaba el temblador.
anippiorijchomaja' ro tuwayye. Iyyoviññompojkopoore Akuuri teeropa tutunta..... anippioorijchomaja'ro tuwayye. Iyyoviññompo amükkonkoopoore tutunta ye'ijshankon..... aamujkopai anippiorijchomaja tuwayye. Iyyoviññompo meekoro aamu teeropa tutunta, Püraake mojko tuwayye, amüddajko pooko'ro tuwojse. Kaneekanetaapo tuwootarujka iyyomeero. Taraara emüyyü eeruppuaarüpüooko tuwootapoyye. Amüddajko tükka, tuduumü poorijchomajoto i'via miaaronaaka tuwayyüpüooko. - Ü'wa tejere pioorijchomaarümüa, aau tejere amaaro vojkatooto awwa -tükka Püraake " -Mojko yoopürü! -tükka amüddajko, Taraara moorü etajomeero. - Ooro no'ne, ü'wa pioorijchomaarümüa! -kojtaanoopoko Püraake.
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Y llegó el rayo y reventó deslumbrante en la puerta de la casa, y volvió a relampaguear y... ¡ay caramba!... el temblador hizo llorar al papá, al tío y a la mamá. Purake aguantó al rayo. - ¡Usted sí es un hombre, así quiero un yerno mío. ganaste ami hija!- le dijo el rayo. El temblador fue desde entonces yerno del rayo, por eso ahora es tan fuerte, no se deja agarrar y si lo agarran suelta un corrientazo que fulmina como un golpe de centella.
parijpierooro peenapo, tuwojserejshapojse, tuwojserejshapojse, shaano tajshajkoroote. Püraake'va, Taraara tüpüoorijchoma. -Amooro tejere vüküürü amooromaana, moorovaara püaarimümüe aamu ijshe awwa, düeemoyyo mishaanarotojtoi! -tükka Taraara. Mooro viññomporooro Püraake, Taraara paarimümüe tuwaññopo, iyyoke eerome parijejkopoorema, ataapoppiojama, tapo'ijoto aamu terenkaano parije Taraara'va aamu moorükaarü pa'merooro.
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Para el chamán kariña, el rayo, Tarara, es el fuego del cielo, un aliado importante en la curación de muchas enfermedades. Pero el fuego del cielo es un elemento que hay que controlar. Así como en las manos del chamán es útil a los hombres, puede ser muy peligroso librado a su propia fuerza. Purake, el temblador, con su fuerte descarga eléctrica capaz hasta de matar, es para los kariña tan poderoso como el rayo, y por eso es el ser que ayuda a los chamanes a controlar el poder de Talara. El rayo es en esta leyenda como un chamán que busca, a través de su hija, un ayudante o aprendiz. Tarara somete a los pretendientes a una prueba de fuerza en la que uno de el/os deberá demostrar su poder, el poder de aguantar la descarga del rayo. Sólo Pulake pasará la prueba, para convertirse en yerno del rayo yen ayudante que trasmite su poder a los hombres. |
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