Capilla
de Nuestra Señora de la Soledad (1956) - Felix Cándela
Nacido en Madrid, la figura de Cándela
es líder en la arquitectura de desarrollo mexicana. Al llegar a Mexico, con apenas 29
años, comenzó a difundir sus teorías para realizar delgadas cubiertas de hormigón
armado con paraboloides hiperbólicos, formas curvas que podían ser muy económicas y
construidas en moldajes planos de madera.
Puede compararse a un Gaudí racionalizado. Su
enfoque se basa en el rechazo del positivismo y evoluciona desde una cuidadosa
consideración del comportamiento de los materiales hasta un proceso de ejecución muy
simple. Sus proyectos poseen un sentido de la proporcionalidad y definición de perfiles,
inconfundible.
En sus obras, la forma estructural concebida como conjunto integrado
surge como una expresión de las cualidades plásticas del hormigón armado, como un
organismo vital que se extiende como una estructura contínua , y no como una forma
inerte, aislada. Por lo tanto, en la Capilla de los Misioneros del Espíritu Santo, el
problema de las cubiertas de parabólicos hiperbólicos y los cerramientos verticales,
fueron solucionados por Cándela con un vitral en el ábside triangular de la nave,
incorporando así otro arte plástico a la obra.
Universidad Autónoma Nacional de México
(UNAM).
El gigantesco esfuerzo de la UNAM se realizó en seis
años ( 1947 - 1953), financiado por el Estado. El plan derivaba del CIAM, con edificios
aislados en áreas verdes. Las obras más representativas son las de la Rectoría,
realizada por Enrique del Moral y Mario Pani, y la Bibloteca, de Juan O'Gorman.
El intento en estas obras fue combinar el
modernismo arquitectónico internacional con el muralismo mexicano y, así, época y
lugar. En la UNAM se intentó simbolizar una síntesis entre el progreso universalista de
la época y un camino propio mexicano. El primero expresado en la versión más
característica del estilo internacional: el muro-cortina; y el segundo, se basó en el
muralismo de Rivera, Siqueiros y Orozco, O'Gorman y otros que le cantaban al pasado
indígena y a la Revolución, llegando así a la integración de las artes. La
arquitectura sirve de telón para los murales. De esta manera, la Ciudad Universitaria de
Mexico puede considerársela como el epicentro del movimiento nacionalista.
Es la Bibloteca Nacional el ejemplo más
importante y destacado dentro de la historiografía de la arquitectura del progreso
latinoamericano, en donde con una composición de "placa y torre", se invierte
el programa normal y se coloca los despósitos de libros en la torre. De este modo, su
volúmen sirve de tela tridimensional para los gigantescos murales de O´Gorman. En la
Rectoría, los murales ocuparon un espacio horizontal, en donde el pesado decorado de
Siqueiros traspasan la torre.
El gran Estadio de la Ciudad Universitaria, de
los arquitectos Augusto Perez Palacios, Raúl Salinas y Jorge Bravo, con la colaboración
de Diego Rivera, autor del relieve realizado con piedras minerales y de diversos colores,
cuyas distintas texturas se integran acabadamente con la pared de lava en la cual
inscriben las formas escultóricas que acompañan el movimiento general de la plástica
arquitectónica.