WOLFREDO LAM.
Nació en Sagua la Grande, Las Villas. Comenzó sus estudios de arte
en la Academia de San Alejandro en La Habana, y en 1924 viajó a España para estudiar en
la Academia de San Fernando de Madrid. En 1928 realizó su primera exposición individual
en la galería Vilches de esta ciudad. Tras el estallido de la Guerra Civil española
(1936-1939), se trasladó a París (Francia) donde conoció al artista español Pablo
Picasso, quién ejerció una fuerte influencia en sus primeras obras. A través de él
entra en contacto con el mundo artístico parisiense, uniéndose al grupo de los
surrealistas junto al poeta francés André Breton y al artista alemán Max Ernst. En 1940
realizó las ilustraciones del libro Fata Morgana de Bretón.
En 1941 regresó a Cuba en donde comenzó a desarrollar un estilo
pictórico que, aunque en estrecho contacto con el surrealismo, adoptó elementos de la
cultura afrocubana que dan forma a oníricas imágenes biomórficas de una imaginación
exuberante. Uno de los ejemplos más destacados de esta etapa es
(1942, Museo de Arte Moderno de Nueva York).
Con Lam comienza un tipo de pintura, que puede ser calificada como poderosa.
En él, se reúnen cosas contrarias en perfecta armonía; cosas que se denominan clásicas
y modernas; hasta en el empleo de los materiales.
En La Jungla hay formas precisas e incisivas en su contorno con
total ausencia de su dintorno; figuras tubulares que dan sensación natural de levedad,
pero que en vez de levitar, gravitan; formas que parecen lanzadas al azar sobre el lienzo,
a veces en abigarrada confusión, y que después resulta que responden a la proporción
áurea, En fin, moderno y antiguo.
Un análisis de la obra de Lam arroja un total
insospechable a primera vista. Aparecen todas las conquistas de la pintura, tanto de
Occidente como de oriente; de los antiguos como de los modernos. Y por añadidura, tenemos
en él al pintor que por primera vez introduce en la pintura cubana la cultura negra
con sus mitos, símbolos y temas sociales (la tijera en La Jungla, simboliza el corte con
el pasado); la cultura negra como cultura, no como anécdota.
Durante la década de 1950, Lam realizó numerosos
viajes a París, Nueva York e Italia y alternó su estancia entre estos lugares. Su obra
fue madurando hacia un estilo más esquemático en tonos casi monocromos, en constante
búsqueda de un lenguaje propio de su tierra. En la década de 1970 comenzó a realizar
esculturas en bronce. También destacó en otras formas artísticas como la cerámica, el
grabado y el muralismo. En este último campo destaca la obra realizada para el palacio
presidencial de La Habana titulada Tercer mundo (1966). En 1976
ilustró el libro El último viaje del buque fantasma del escritor colombiano
Gabriel García Márquez. Ha recibido numerosos premios y su obra se conserva en museos y
colecciones públicas y privadas de todo el mundo. Murió en París en 1982 y ese mismo
año se ofreció una retrospectiva de su obra en Madrid (España).
Su sabiduría plástica le ha permitió producir en sus cuadros efectos
que pueden calificarse de mágicos. La evolución de su obra, desde lo compleja hasta lo
mas simple, puede seguirse a través de uno de sus símbolos: el escudo romboidal que
acaba siendo un rombo definido. En nadie como en él se da la relación del hombre y el
medio. La luz que gobierna nuestro paisaje lo bautiza y define en el color. La temática y
el procedimiento en el pintar lo extrae de su propia naturaleza tanto como del medio. La
luz del trópico fue redescubierta por su pintura creando un paisaje. La fuerza telúrica
de lo afrocubano, el color y su aplicación a la oriental, y la composición y
unificación del cuadro a lo occidental, lo trinifican en abundancia. La Jungla
es una reinterpretación de nuestro paisaje visto por Lam.
"Wilfredo Lam celebra la transformación del mundo en mito y
convivencia.