ESTÉTICA ALEMANA DEL SIGLO XVIII La estética alemana del siglo XVIII esta
influenciada en primer momento por lo que podríamos llamar dos corrientes de
pensamientos, una es la corriente francesa que se basa casi exclusivamente en el
racionalismo dado por los filósofos y su ciencia de los hechos; la otra corriente en la
inglesa que se caracteriza por el sensualismo donde juegan un papel importante los
sentidos y el sentimiento. Los estetas alemanes intentaron armar una síntesis original de
estas dos grandes influencias. Una vez que los pensadores alemanes lograron hacer confluir
estas dos corrientes entendieron el papel que juegan y desempeñan los sentidos en el
conocimiento de la belleza y a su vez entendieron que el pensador sería inconcebible sin
la sensibilidad. Entonces se puede afirmar lo
que dice Bayer en su libro La Historia de la Estética (pág 176) la
sensación en tanto que fuente del conocer, acompañado de un matiz afectivo, constituye
el elemento esencial de lo que se llama bello.
Refiriéndonos a la estética alemana, uno de los primeros personajes que destaca
es Winckelmann que se considera como estético, pero sin ser filósofo, que esta ligado de
cierto modo al movimiento artístico de su época. La idea de Winckelmann que origina todo
su planteamiento de belleza es indudablemente la excelencia del arte griego y por
consiguiente la necesidad de imitarlo. Winckelmann pudo comprender la belleza que en la
época antigua rodeaba al griego, esta belleza estaba en todas partes y el artista lo que
hacia era imitarla. Pero esta imitación no era una copia fiel y exacta de un solo aspecto
de la naturaleza, sino que se tomaban ciertos atributos diferentes de la naturaleza que se
imitaban y se mejoraban para crear una belleza sobrenatural. La belleza que plantea
Winckelmann no esta muy bien definida, pero lo que sí destaca es que la belleza radica en
diferentes características y no en una sola, y estas características pueden cambiar, es
decir, que no son inmutables y pueden manifestarse en obras diferentes de maneras
diferentes.
Winckelmann se sintió atraído hacia el arte griego en primer lugar porque sentía
un profundo desprecio por los artistas contemporáneos a él que buscaban en su arte
efectos violentos y contrastes que, de una manera muy radical sobrecargaban las obras de
arte contraponiéndose a una sencillez del arte griego, sobretodo al del periodo clásico.
Winckelmann consideraba al arte del post-renacimiento que no se presentaba como un
desarrollo histórico sino como una masa y colección de vidas de maestros y artistas
famosos y usualmente arreglados según las escuelas estilísticas.
Otra aporte fundamental de Winkelmann es que gracias a sus estudios del arte griego
logró periodisar y fragmentar este arte para construir una historia del arte. Su
periodisación consta de tres momentos esenciales que son: en primer lugar tenemos el
estilo antiguo que equivale al periodo arcaico, es un periodo nacimiento y formación; en segundo lugar esta el estilo
sublime y bello el cual corresponde al clásico, es un periodo de apogeo y excelencia; por
ultimo un estilo de decadencia e imitación que corresponde al periodo helenístico. Se
puede entrever que Winckelmann consideraba al arte como un ente orgánico o como ser
viviente, para él el arte era algo que nace, evoluciona y finalmente muere, y se deja
notar en cada periodo una serie de características que corresponden a cada estilo
siguiendo un ciclo evolutivo que va desde el arcaico al helenístico.
Winckelmann considera lo bello en el arte dado por una serie de elementos y
proporciones que trataré de esquematizar a continuación. En primer lugar hay que
destacar la concordancia de las partes con el todo donde entra en juego todo el cuerpo y
sus extremidades, la anatomía, el ritmo, la simetría, el color, la armonía, y también
toma en cuenta el modelado y la composición. Todo esto como lo mencione anteriormente
entra en la obra para considerarse si es bella o no, dependiendo de estos factores y de
toda su concordancia para alcanzar un equilibrio armónico denotando una belleza sensible.
Entre los cánones del cuerpo humano, Winckemann nos habla de cómo debe
representarse, en primer lugar nombra la cabeza y sus características: el perfil que es
la línea que describe la frente y la nariz, donde si la línea es más recta procura más
belleza. La frente para que sea bella debe ser baja. Los ojos, que varían de tamaño
deben tener la abertura de los párpados arqueados a guisa de globo y, generalmente
estrecho en longitud lo que produce arcos mayormente elevados. Los párpados formando
ciertos pliegues que expresan una belleza en los ojos. Las cejas formadas por un arco
sutil que describen los pelos, la forma de las cejas están producidas par el contorno
señalado por el hueso que está revestido por las mismas cejas. El mentón adquiere
belleza por su redondez graciosa y compleja. Los cabellos varían según la época y
estilo, como en el arte griego (en la antigüedad no era considerado el cabello como parte
esencial de la belleza sino una ayuda para hacerla resplandecer más). En cuanto a las
manos y los pies tienen que ser tratados de forma sutil. Del cuerpo en sí se menciona el
pecho hendido y amplio en las figuras masculinas, en cuanto a la figura femenina se ve
conforme a las ideas que se tienen de la belleza femenina, como por ejemplo en el arte
antiguo el ideal del pecho era de senos pequeños que se consideraban
como signo de virginidad, comparándolas con el fruto verde de la vid. LA APOTEOSIS DE
HOMERO, Por Ingres. Esta obra pertenece al Neoclasicismo y marca las pautas de este periodo que ya mencione antes. Ingres pintó un tema genial donde se puede observar un tema alegórico como lo es la Apoteosis de Homero. Lo primero que llama la atención de esta pintura son los colores de las vestimentas de algunos de los personajes, hay rojos, verdes, azules, naranjas, blancos y algunos colores oscuros como el negro y el marrón. Estos ropajes y mantos están tratados con gran naturalismo donde se ven los juegos que hacen los pliegues dando los efectos de luz y sombras que crean los volúmenes tanto en la ropa como en los personajes. Como figura central y a un nivel más alto que todos los demás personajes, exceptuando el ángel que está a su izquierda, aparece Homero de forma imponente, relajado y sentado en un trono, el tratamiento de su cuerpo coincide con las características dadas por Winckelmann sobre el arte, se puede notar una frente baja procurando belleza, los ojos tienen la abertura de los párpados arqueados y de corta longitud lo que hace que se note más el arqueo de los ojos, los párpados forman los pliegues que acentúan la belleza de los ojos. Se notan las formas de las cejas dado por el hueso de la parte baja de la frente, son arqueadas sutilmente. No se nota en este personaje la redondez del mentón ya que esta tapado por la barba, pero en los otros personajes de la pintura, sobretodo las femeninas, se observa la redondez del mentón que entran en los cánones mencionados por Winckelmann. Los cabellos y las barbas son tratados con gran naturalismo lo que acentúa la belleza de la representación, que conjuntamente con manos y pies se nota un gran trabajo que enfatiza estas extremidades cargadas de gran dinamismo y expresividad. En cuanto al cuerpo y en especial en cuanto al pecho y torso de las figuras masculinas (nótese a Homero), son hendidos y amplios que era una regla en las figuras masculinas griegas, y que aquí se cumplen ya que se representan personajes griegos y de otras razas también. En cuanto a las otras figuras que son griegos se repiten los mismos cánones, sobre todo las perfiles que denotan una línea recta formada por la nariz y la frente. En cuanto a la composición se puede decir que es triangular y crea un juego visual con el frontón del templo griego que destaca en el fondo. Algo característico en esta pintura es que hay personajes que no son de la época griega y denotan diferencia en cuanto a ropaje y características del rostro que varían según las razas, captándose también un notable naturalismo en cuanto a la figura humana y su contexto. Igualmente los gestos son expresivos y cada personaje esta en actitud diferente, algunos entregando un tipo de ofrenda a la figura principal. En fin aquí se puede decir que todo se conjuga, donde se observa la belleza de las partes configuradas en un todo único proyectando una belleza sensible que es innegable. |