Diferencia entre revisiones de «El CIELO, Espacio de Arte»

Corría el año de 1967 cuando el fundador del Museo de Arte Moderno de Mérida Juan Astorga Anta, cuyo nombre lleva hoy, recorría el país contactando artistas para adquirir por simbólicos precios una colección representativa del arte nacional, para la fundación del mencionado museo, primero dedicado al arte moderno venezolano fundado en el interior del país. En la visita a la ciudad de Maracaibo una figura era referencia obligada: Francisco – Paco – Hung (conocido como el Chino Hung), efectivamente una fantástica materia Flotante fue adquirida para la coleccíon del museo gracias a la generosidad del Chino y a su bonhomía por todos reconocida. Al finalizar la estadía, ya casi saliendo de su casa, tomó un plato de cerámica pintado con una pequeña materia flotando dentro de él y en un cálido gesto se lo regaló al joven hijo que acompañaba al Dr. Juan Astorga Anta.

Muchos años pasaron y cuando tuve que definir el logo para el espacio EL CIELO, pensando que más representativo que un logo corporativo (tan caro a los jóvenes diseñadores que quieren corporativizar la imagen del mundo) decidí usar esta pequeña obra de arte como emblema. Y dejar pensar que las obras de arte son como materias flotando en EL CIELO del arte venezolano.

Juan Astorga Junquera. 2011.

El Espacio EL CIELO no es una Galería de Arte, es más bien lo contrario a la usanza contemporánea: una antigalería.

• No es blanca impoluta, como una instalación industrial recuperada, sino una bella casa estilo alpina ,con techos y pisos de madera, pintada de azul celeste;
• No tiene iluminación industrial sino bellas lámparas de hierro forjado que extienden sus brazos como las serpientes de medusa;
• No está desamoblada para que los espectadores deambulen sacralmentalmente por el espacio, sino que tiene cómodos y mullidos sofás para sentarse en tertulia en presencia de esplendidas obras de arte;
• No tiene folletos con sesudos textos destinados a ELS QUATRE GATS (Los Cuatro Gatos, taberna del movimiento modernista en la Barcelona de finales de siglo XIX), por el contrario se habla de arte en lenguaje corriente y sensible, al mismo tiempo que se habla de cualquier tema mundano;
• No es un mero negocio donde el arte es pura mercancía, sino un lugar de encuentro festivo para celebrar la vida y el arte y para acostumbrarnos a convivir con él y aprender a disfrutarlo.

Es un Espacio de EL CIELO en la tierra, que nos acerca a la experiencia del goce de la amistad y del arte, ambos de la misma manera compartidos.