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Producían todo el tiempo, todo era crear, no había horarios ni
descansos, todos trabajaban juntos y colaboraban en el trabajo de sus cófrades.
Todos los medios y todas las tecnologías delmomento se mezclaban con ingenio y traían al mundo de todo lo que les gustara para embellecerlo y disfrutarlo más aún.
Eran radicalmente hedonistas y esteticistas.
Llegaban hasta los másoscuros y provocadores lugares.
No frecuentaban, mas de lo necesario, los espacios culturosos, total no esperaban nada,
Por ello no les dieron ni uno a ninguno de ellos.
Su arte es universal y al mismo tiempo profundamente arraigado
con nuestra geografía y tradiciones. Hecho con mínimos recursos, era y
sigue siendo pura iconología visionaria de ellos mismos: Épica y
existencia, historia y geografía, cine, video, fotografía y pintura,
escultura, alguna música y poca poesía. Todo multimediático,
frutos prodigiosos de la generación más guapa y creativa de su país.
Que podrán siempre llevar alta la frente y enseñarles a sus hijos que
no es inevitable la ignominia para vivir.
Tenían todo y por ello los ignoraron - única respuesta impotente- y
quisieron sacarlos de la historia. No repararon en que esa historia
no estaba escrita, dejaron esa asignatura pendiente. Pero se estáescribiendo ahora, y en ella tienen su merecido lugar. El lugarde la recordación de su memoria y del nombre escrito desus nombres inscritos en:
''la Generación Irreverente'''.
Ahora ya, tierra es la noche… Óscar y Diego se fueron, siempreadelantados, vanguardistas hasta en la muerte. Y ya se oyen lejanos,como murmullo palpitante, el bullicio de los restaurantes, el bum bumde las discotecas y los balbuceos de los amanecidos, engorilados entorilados enlas puertas de los antros. Solamente queda el eco de una voz lejana que grita al verlos: “destapen la champaña, comienza la fiesta, llegaron los millonarios!”
''''''Juan Astorga Junquera.