Categoría:LA GENERACIÓN IRREVERENTE ARTE DE LOS OCHENTA. ICONOCLASTAS Y POSTMODERNISMO

Vídeos

ZOOLÓGICO de Fernando Venturini

Documentos

===TIERRA ES LA NOCHE: Oda a la Generación Irreverente.===

'''Al fin juntos! Tierna es la noche y la reinante Luna acaso está en su trono rodeada por multitud de hadas luminosas; Pero aquí no hay luz, salvo la que viene del cielo exhalada por la brisa a través de la verde penumbra y las sinuosas y húmedas veredas. Oda a un Ruyseñor. John Keats'''

Fueron incomprendidos por el infortunio de ser jóvenes, agraciados y artistas en un país sometido por políticos venales, poetas aduladores y ricos ignorantes.

De nacer en hogares acomodados con madres consentidoras y padres ejemplares, con apellidos de avenidas, hospitales, institutos, museos y bibliotecas, ellos fueron unos niños bien venezolanos que no se dedicaron a hacer dinero sino arte.

Tal vez por eso admiraban a Alfredo Boulton, a sus gestos generosos con los artistas, a sus testimoniales fotos y su Historia del Arte Venezolano: a su gran vida.

Detrás, como telón de fondo, la miseria de un continente entero, preñado de infortunios agobiantes y odios confrontados.

Ellos fueron herederos de la revolución de la paz y el amor, pero angustiada transcurrió su juventud porque crecieron en una época en la cual se presagiaba una guerra atómica. Testigos de todo, estupefactos, se mantenían despiertos en la búsqueda de la belleza.

Viajában , eran cosmopolitas. Tomaban martinis secos en todos los bares del mundo: de la barra del Queen Mary en la Bahía de Long Beach, paseando por el bar del Palace Hotel de Madrid, mirando el rio Amarillo en las terrazas del Bund en Shanghái. Se citában en las cinematecas y los museos europeos, en los festivales de cine y en las grandes avenidas otoñales, andaban con sombreros y abrigos de invierno. Tenían poco pero hacían mucho, en la vida y en el arte.

Pensando que serían reconocidos solo por su talento, que por lo demás estaba a la vista, mezclában en maravillosa y cósmica conjunción el trabajo creativo, las drogas alucinógenas y el amor libre. Lo hacían con desparpajo y escándalo, con mucho humor y gracia. Provocában y solían ser tolerados por la sociedad a pesar de las satíricas criticas y burlas que los desigualaban. Carisma, elegancia y estilo eran sus sobrenombres; pero intensidad fue su único apellido.

Producían todo el tiempo, todo era crear, no había horarios ni descansos, todos trabajaban juntos y colaboraban en el trabajo de sus cófrades. Todos los medios y todas las tecnologías del momento se mezclaban con ingenio y traían al mundo de todo lo que les gustara para embellecerlo y disfrutarlo más aún. Eran radicalmente hedonistas y esteticistas.

Se rodeában de la belleza que ellos mismos producían. Sus casas eran sus museos. La galería de arte y el burdel tenían horarios corridos. Cuidaban la apariencia con esmero, todos neodandis y seductores vivían el juego de la seducción con deleite. ¿Cómo no hacerlo y agasajar el ardor de su Karibe Kontemporáneo?

Éran gregarios como lobos y andaban en manada, con sus lobas siempre hermosas, solidarias y en celo. Crearon una hermandad que se reprodujo y tienen una generación que los sobrevive, criaturas engendradas en fiestas nocturnas de señoriales casonas, penthouses de terrazas con vista a la ciudad, en cabañas de verdes campos y en churuatas de azules playas. Siempre activos, siempre urgentes: crearon una gran vida juntos a pesar de todo y de todos los que los rodeaban, a pesar de todos los pesares.

Fueron valientes en una ciudad plagada de ladrones y asesinos; no se amedrentaron ante la noche ni ante el poder. Llegaban hasta los másoscuros y provocadores lugares. No frecuentaban, mas de lo necesario, los espacios culturosos, total no esperaban nada, menos sus reconocimientos y premios nacionales. Por ello no les dieron ni uno a ninguno de ellos.

Fue la generación más imaginativa del arte de nuestra historia patria y ejercieron de venezolanos, aquí en Venezuela. Su arte es universal y al mismo tiempo profundamente arraigado con nuestra geografía y tradiciones. Hecho con mínimos recursos, era y sigue siendo pura iconología visionaria de ellos mismos: Épica y existencia, historia y geografía, cine, video, fotografía y pintura, escultura, alguna música y poca poesía. Todo multimediático, experimental, original...

En un país enfermo de codicia y despotismo, no hicieron concesiones ni ante la vanagloria ni ante el dinero. No doblaron la cerviz. La verdad no comulgaron con nadie sino con ellos mismos.

Fui testigo presencial de todo esto que digo. Y lo digo ahora porque me he propuesto contarles a sus vástagos lo maravillosa que fueron esas vidas. La alegría de su gestación gozosa y el cariño que sus padres y madres profesaron por todos ustedes. El orgullo que deben sentir de ser los frutos prodigiosos de la generación más guapa y creativa de su país. Que podrán siempre llevar alta la frente y enseñarles a sus hijos que no es inevitable la ignominia.

Tenían todo y por ello los ignoraron - única respuesta impotente- y quisieron sacarlos de la historia. No repararon en que esa historia no estaba escrita, dejaron esa asignatura pendiente. Pero se está escribiendo ahora, y en ella tienen su merecido lugar. El lugar de la recordación de su memoria y de sus nombres inscritos en:

la Generación Irreverente'.

Ahora ya, tierra es la noche… Óscar y Diego se fueron, siempre adelantados, vanguardistas hasta en la muerte. Y se oyen lejanos, como murmullo palpitante, el bullicio de los restaurantes, el bum bum de las discotecas y los balbuceos de los amanecidos, engorilados en las puertas de los antros.

Solo resuena el eco de una voz lejana que grita al verlos llegar: “destapen la champaña, comienza la fiesta, llegaron los millonarios!”

'Juan Astorga Junquera. Mérida, 13 de agosto del 2018'

Créditos

• Creador de la categoría y Editor del articulo: Juan Astorga Junquera