Familia Nuclear, Infancia

«Tuve la suerte de contar con mi familia ─que era muy pobre y muy humilde, y de la que me siento orgulloso─, sobre todo porque mi mamá, ya viuda, se permitió esa aventura de crear y hacer pintura o hacer arte, era también un modo de hacer de vida, una profesión».
«Mamá nos apoyó de modo incondicional; luego mi hermano, que ya era pintor cuando yo comencé, me agarró por un brazo y me llevó a su taller, pues yo venía de hacer oficios callejeros como vender periódico y limpiar bota, lo que era una gran preocupación para ellos porque un muchacho de 13 años en la calle estaba expuesto a cosas».
«Desde 1981 a 1983 compartí con Alí Contreras, un titiritero que llega a Tovar, me toma como su pupilo y empieza a darme libros; me obligaba a leer porque luego me preguntaba. Empezamos un diálogo bonito… Y me iba con él para Valencia o Caracas y montábamos los títeres, viajábamos mucho».

La Formación: El Taller de Arte Elbano Méndez Osuna y el Cegra

«El Taller tenía una oferta que resultaba muy interesante, el estudiante se inscribía en una diversidad de áreas como títeres, teatro, música, arcilla, etc… se rotaba cada tres meses, de modo que se trataba de una visión bastante integral»
«Ya en el Elbano Méndez en Tovar, yo trabajé para ganarme el puesto para el para el Cegra. Una manera de entrar era con el portafolio, así que me hice una carpeta abultadísima, con muchos dibujos…».
«Entre mis 18 y 20 años, el Cegra fue un despertar a nuevas experiencias…También ofrecía una formación muy integral, muy completa, con profesores como Édgar Sánchez, Ida Gramcko, María Elena Ramos, Antonio Lazo, Manuel Espinoza e invitados frecuentes de altísimo nivel como Alejandro Otero, Jacobo Borges, Pedro León Zapata. Quizás nos era muy consciente de lo que estaba oyendo, pero quería conocer mucho más, estaba muy estimulado, podía dejar de comer para irme al cine».
«Me quedé con El Altillo, el espacio que hasta entonces tenían Martín y José Luis. Fue un año pintando…».
«La figura humana fue un reto para mí, pero después sentí que no tenía más que decir con la figura… nunca fui capaz de encontrar la psicología del personaje como tema».

Consolidación: premios, viajes, influencias

«Tuve dos meses agobiantes en Londres… el viaje fue el segundo encuentro con nuevas experiencias y modos de hacer y ver el arte… pero la misma ignorancia me limitó el aprendizaje… en la Royal Academy vi a los americanos ─todos los del siglo XX─ ». (Se refiere a la exposición American Art in the 20th century).
«Sobre Gerhard Richeter sí puedo decir que fue un gran descubrimiento… o aliado. Lo conocí en ese primer viaje a Europa; con esa obra se abrieron muchas posibilidades para mí. Primero, siempre creí en una obra plural sin apego a la idea única de pintura o de coherencia temática. Richter no fue una justificación, más bien un impulsor de la opción de seguir siendo un pintor que busca en múltiples posibilidades o lenguajes una coherencia».
«Las ideas que tenía sobre las obras cambiaron cuando las vi… ¿Cómo hablas de una realidad si no la ha visto?… El Guernica o Las Señoritas de Avignon… la realidad es inimitable…»
«Me gusta el billar… desde siempre hubo resonancia con el Braque… gané con los billares el Salón Aragua y la Bienal de Mérida».
«Siempre estudie la obra de Soto… incluso hice un seminario con Gloria Carnevalli en Ciudad Bolívar… Mi sueño era ir a París cuando tuviera 27 años como Soto…Muchos artistas de mi generación tomaron a Soto como referencia, querían ser Soto, pero creo que más por su reconocimiento que por su obra. Yo particularmente tuve la atracción por su obra ─jugaba mucho con la idea de volver las cosas inmateriales… extremar la pintura─, pero nunca esa referencia apareció en mi trabajo de una manera evidente. Observé su carrera y busqué más bien en los artistas que influyeron en él, por ejemplo Mondrian».
«Supe de Jasper Johns muchísimo antes y también me interesaba, aunque es ahora cuando su obra se hace presente en mi carrera… por supuesto que el interés en él en este momento supera la razón pictórica para aprovechar su herencia universal».
«Durante mucho tiempo me dediqué a revisar la historia de la pintura y me cargue mucho de influencia de toda esa herencia de los grandes maestros. Llegó un momento que me acosaba y me enfrentaba con la necesidad de ser o imponer una personalidad y entonces comenzó esa decantación que desmantela todo ─imagen, plantillas, todo artificio técnico. Hasta que me quedé con dos cosas fundamentales: una, el formato bidimensional y otra, la tela simple, pura… esto, por supuesto, no tiene que ver con la idea folclórica de buscar un estilo propio, sencillamente es una necesidad de ser, de existir como artista».

El «autoexilio», la obra actual

«El autoexilio es una manera de definir o concluir mi situación permanentemente…Quedarme en Tovar a veces queriendo y a veces no, se manifiesta como una especie de necesidad o de castigo, ir por el mundo y volver, pareciera que hay allí una necesidad de respirar, de oxigenarse fuera y de transpirar, procesar y digerir en Tovar. Ese ir y venir dinamiza mucho la razón de ser pintor, salir y regresar siempre a un punto, a un eje, a una pista de despegue y de aterrizaje. Donde creces y te desarrollas pero sabes que no todo está allí, que tienes que ir, salir y ver las cosas también afuera».
«Yo no creo en el arte frío. Lo que estoy haciendo ahora también puede ser programado, más que programado, sólo ideado y luego lo más fastidioso sería construirlo y llevarlo a la realidad. Pero me preocupa convertir eso una fórmula, por ejemplo esas obras minimal en las que construyo el bastidor, pongo la tela, unas verticales y la obra ya está lista…En algunos casos me parece fabuloso porque es la decantación o la conclusión de muchos años de trabajo, de contradicciones, de errores, de chorrear, de artificios. Uno se vuelve artificio en la medida de aprende trucos, cómo amasar los materiales y moverlos, uno se vuelve como un ilusionista, como el que hace malabares en el semáforo y la pelota no se le cae. Eso no es todo, y el arte es más que un truco, la pintura es más y por eso esa simplificación de recursos, ir a lo mínimo, es una necesidad… y luego cuando llegas a ese extremo, ¿para dónde vas? A lo mejor siempre hay una salida. Yo no voy a ir hacia atrás, volver a empatucarme de recursos técnicos para hacer una obra…lo dudo, no es la vía más convincente para mi es decir pintura».
«Nadie está inventado nada, todos estamos afincándonos en lo consolidado, en el pasado, en lo académico, para seguir viviendo. Revisando, pero hay que preocuparse por poner parte de sí, que aparezca algo que te identifique como autor de la obra, o seria un repetir de cosas que no tienen sentido, entonces las historia se quedaría estática, involucionaría».
«Los objetos son como una conclusión, la intención de redimensionar lo que he hecho con la pintura, eso sí, respetando la naturaleza del objeto como tal. Si bien es cierto que pinto las enjalmas porque me parecen obras inconclusas, no me las he puesto solas. Por esa manía siempre de cargar un pincel en la mano, echando pintura a todo lo que pasa por el frente el pincel también se vuelve un artificio aunque lo use de manera más abstracta o convencional. Ese redimensionar el objeto está muy trabajado por otros, pero es otra experiencia particular que a veces me decepciona, porque me emociono a elaborar la pieza, siento que está bien, aunque luego al verla en una exposición me desilusiono, pero eso es una experiencia auténtica».

La familia propia

«Los hijos son la gran experiencia, el gran compromiso, los hijos y la esposa, eso ha sido aleccionador, un estimulo, una razón de vivir, de trabajar, de seguir luchando y avanzando».
«Mis hijos se han criado en el taller, sobre todo estos últimos años, viéndome pintar, viéndome allí, llenándose de pintura, hasta pasando por encima de los cuadros. No sé cómo me verán ahora, siempre tuvieron ese roce con distintas áreas de las artes pero están en su adolescencia y han cambiando sus intereses, seguro luego los retomarán. Lo que quiero es que hagan bien hecho lo que quieran hacer… o ser».

El taller de Elbano Mendez Osuna
y la Escuela de TOVAR

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JESÚS GUERRERO – ARTISTA.     Hecho con WordPress.     Tema Carmen.

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