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- LA TAREA PENDIENTE DE ESCRIBIR LA HISTORIA DEL ARTE VENEZOLANO DE FORMA COLECTIVA,
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De WIKIHISTORIA DEL ARTE VENEZOLANO
→Biografía
==Biografía==
{{justificado|'''Pintor. Hijo de Julio Pacheco e Ilia Rivas. Es un reconocido artista plástico venezolano. Con más de cuatro décadas de trayectoria ininterrumpida, ha venido desarrollando desde sus inicios como pintor un lenguaje distintivo y singular alrededor del tema del espacio y la perspectiva, que lo ha colocado de manera destacada en el arte contemporáneo de Venezuela. Nacido en Caracas en 1953, Julio Pacheco Rivas obtiene desde temprana edad altos reconocimientos que le aseguraron un puesto de primer nivel en las artes plásticas venezolanas del siglo XX y que se ha consolidado con notoriedad en esta primera década del presente siglo. En 1976, cuando apenas contaba con 23 años, le es otorgado el Premio Arturo Michelena, siendo el artista más joven en recibirlo y nunca antes obtenido por otro de menor edad hasta la actualidad. Un año más tarde viaja a París donde reside, trabaja y expone individual y colectivamente durante largos años, tanto en la capital francesa como en otras importantes ciudades de Europa. “Julio Pacheco Rivas –afirma el reconocido curador Miguel Miguel- es sin duda uno de los creadores visuales venezolanos más perseverante no sólo de su generación sino del último medio siglo y comienzos del XXI. Su obra ha contribuido enormemente a consolidar la potencialidad creadora de nuestro arte contemporáneo. Ha sido consecuente en el desarrollo de un lenguaje visual que le es propio y que lo ha llevado recientemente a planteamientos insospechados, demostrando contundentemente que la pintura no es un oficio en vías de extinción sino un elemento expresivo que renace y es capaz de todo cuando lo maneja alguien de talento”. Pacheco Rivas tenía apenas 14 años de edad cuando realiza su primera exposición individual en Caracas. Ha participado en importantes bienales internacionales como las de Venecia, Beijing, Mercosur, Cagnes sur Mer, Sao Paulo y París. Y ha obtenido premios como el de la AICA, el del Salón Nacional de Artes Plásticas de Venezuela, el del Jurado del Premio Internacional de Arte Contemporáneo de Mónaco, el Premio de la Fundación Vitry sur Seine de la Bienal de Cagnes sur Mer, entre otros. Su obra está representada en museos en Venezuela, América Latina, Europa y Asia, y en significativas colecciones tanto públicas como privadas. Entre 1959 y 1969 se radica junto a su familia en San Cristóbal y se inscribe en la Escuela de Artes Plásticas, abandonándola al poco tiempo. A los diez años presenta sus primeros trabajos en una exposición colectiva realizada en la galería de la UCV (1963), y en 1967 expone 22 obras en su primera individual, que se llamó significativamente "Experimentaciones plásticas" (Galería Isla, Caracas) y en la cual abordó la pintura abstracta. Tras su exposición en la ULA (1968), introduce texturas y materia en sus obras informalistas. En 1969 se residencia en Caracas y asiste al Taller de Arte Experimental (1969-1970) fundado por Víctor Valera; para este momento incursiona en obras de carácter cinético. Posteriormente, en 1972, abandona la actividad plástica y comienza estudios de derecho en la UCV, los cuales interrumpe en 1976. Inicia trabajos en los que crea espacios a partir de hojas de papel dobladas al azar sobre un plano indeterminado. En 1974 exhibe individualmente en la Galería Banap (Caracas) y participa en el II Premio Ernesto Avellán (Sala Mendoza) con Instrucciones para bajar la escalera. En dicha obra comienza a desarrollar la gama cromática propia que caracteriza sus trabajos posteriores; asimismo, el espacio plano comienza a adquirir forma y las hojas de papel se convierten en personajes. Este mismo año participa en el XXXII Salón Arturo Michelena y recibe el Premio Andrés Pérez Mujica. En 1975, con ¿Esa puerta lleva afuera?, obtiene una bolsa de trabajo en el IV Salón Nacional de Jóvenes Artistas, y en el Salón de Pintura Joven en Venezuela (organizado por la Galería Serra, Caracas) gana el premio único con Tempus et solitudo. Figura además en "Once tipos" (Sala Mendoza) y en una colectiva de pintura en la Casa de las Américas de La Habana. En 1976 obtiene el Premio Arturo Michelena con El regreso triunfal de la infanta, donde los rimeros de papel asumen la función de protagonistas. En las obras de este período se nota la influencia de los ámbitos cerrados y laberínticos de Emerio Darío Lunar, sólo que los espacios creados por Pacheco, con una depurada técnica de planos limpios desarrollada a partir del acrílico, son más complejos. "Con gran prudencia, la obra va dando poderes mayores a las hojas de papel, que se vuelven personajes actuales, vivos. El pintor les organiza el espacio adecuado para sus movimientos, pero queda seducido por los problemas de ese espacio y se dedica a él de preferencia. Los ambientes crecen, los espacios se diversifican, una poderosa retícula de espacios imaginarios lo ocupa todo" (Sujo, 1976).
En 1977, junto a José Campos Biscardi representa a Venezuela en la X Bienal de Artistas Jóvenes del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París con Proyecto para club social de los antineoplasticistas y forma parte de las colectivas "Once tipos" (Sala Mendoza) y "Arte actual de Iberoamérica" en Madrid. Desde 1977 hasta 1987 se establece en París aunque son frecuentes sus viajes a Venezuela. En 1978 participa en "Art-9/78" (Basilea, Suiza), "The Artist Market Association Gallery" (Londres), el Salón de Mayo (París), el Salón Internacional de Arte Contemporáneo (Mónaco) y el Salón de Toulon-Draguignan (Francia). En 1979 forma parte de la colectiva "Grands et jeunes d'aujourd'hui" en el Grand Palais en París y expone en las Galeries des Éditions Le Musée de Poche y en la Unité Pédagogique d'Architecture (Nantes, Francia). En 1980 obtiene el premio del jurado en el XIII Premio Internacional de Arte Contemporáneo de Mónaco y figura en el Salón de Montrouge (Francia). En el mismo año expone 21 cuadros en acrílico sobre tela y un vitral diseñado por el artista y elaborado por Marie-Françoise e Ives Cothouit, todos realizados en París entre 1977 y 1979 (Galería Estudio Actual, Caracas). Según Roberto Montero Castro la obra presentada en esta exposición proporciona diferentes claves para la aprehensión de su pintura: "la primera clave es la irrealidad de los espacios […]; en nuestro artista la perspectiva sirve para demostrar la ficción de ese espacio virtual. La segunda clave está en los espejismos. Muchos de estos cuadros han sido planteados como imágenes especulares de ámbitos reales en los que supuestamente estaría colocado el cuadro a modo de un espejo […]. La tercera clave es la estructura del espacio. Situado en una zona de irrealidad por impulso de su metáfora del mundo, Pacheco Rivas sigue las leyes de una simetría congénita […]. La cuarta clave es el tiempo. Las alteraciones de la simetría, los cambios de la superficie pictórica ordenado según una secuencia, el movimiento de los objetos, son los datos visuales que ofrece Pacheco Rivas para introducir la dimensión tiempo en sus imágenes" (1980).
En 1987 regresa a Venezuela y en 1988 figura en cuatro colectivas: en la "União Latina" (Lisboa), en el Centro de Arte Euroamericano (Caracas), en el MACC y en el I Salón Nacional de Artes Plásticas, donde obtiene el primer premio con Compendium (políptico, 210 x 850 cm), "una especie de resumen de toda su obra, que debe ser leído por el espectador, paso a paso, de izquierda a derecha. En ella retoma momentos claves de algunas de sus obras anteriores y los replantea en un contexto diferente" (Peruga, 1989). En 1989, con Alharaca vespertina (datada de 1984) es incluido en "Dos décadas del paisaje en la colección de la Galería de Arte Nacional" y en diciembre de este año inaugura en el MBA la exposición "Una ciudad", montada posteriormente en el pabellón venezolano en la XLIV Bienal de Venecia (1990). Tres pinturas de gran formato y tres esculturas conforman la serie, acompañadas por un conjunto de muebles arquitectónicos, diseñados por el artista. En 1992, junto a Juan Iribarren, expone "Dos artistas al alcance del paisaje" en la Galería Clave (Caracas), en la que exhibe dos dípticos enfrentados entre sí, proponiendo, según Luis Ángel Duque, "nuevas vistas del inmenso hemiciclo imaginario con un resultado plástico que bien parecen bocetos renacentistas de Francesco de Giorgio o Piero de la Francesca" (1992). En 1994, en la Avenida Francisco Fajardo en dirección este-oeste se instala Mira de Altamar, una gran figura en hierro a escala urbana que simboliza un barco dentro del mar, donada por la Fundación Cultural Chacao al municipio Chacao. La obra plástica de Pacheco Rivas propone desde la pintura una visión geométrica del paisaje: la razón de la perspectiva renacentista o cibernética constituye un instrumento que permite tanto la ordenación de un pensamiento híbrido como la fijación de un paisaje utópico o posible. Sus invenciones recuerdan los juegos de perspectiva barrocos de un Wentzel Jamnitzer para quien el mundo estaba reducido a la perfección de los cuerpos regulares.
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==Obra==