Cambios

En sus dibujos, los valores de las líneas, sombras, volúmenes, ritmos y tramas están utilizados con formalidad y maestría. Esto le permite resolver los problemas formales mediante el desarrollo de luces y sombras, volúmenes y planos, figuras y fondos, tonalidades y degradaciones dentro de juegos visuales que concretan perspectivas alternas que se asemejan a montajes ópticos. Por otra parte, es remarcable la eficacia de sus materiales, que van desde el carboncillo y el grafito, hasta la tinta china. "Invocando a Goya y Rembrandt, alta filiación que no se avergüenza en confesar, Domínguez se interesó por los climas psicológicos expresados con un buen dominio del claroscuro y de una línea que, del mismo modo que cuida dar la verosimilitud en el parecido humano, apunta por gusto de lo fantástico y del humor, hacia las deformaciones y lo monstruoso visible. En este metalenguaje, tanto como en su correcto oficio, estriba el valor de su dibujo" (Calzadilla, 1981). De su obra, la GAN tiene en su colección Los vigías (óleo y acrílico sobre madera, 1962), La madre, el niño o el velasqueño —de la vida íntima de Penélope— (carboncillo y óleo sobre tela, 1981), Estudio de figura (tinta de bolígrafo sobre papel, 1974) y Rembrandt bruja II (grafito y carboncillo sobre papel, 1979).

==Exposiciones individuales==