Diferencia entre revisiones de «Michelena, Juan Antonio»

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Pintor. Hijo del general Juan Antonio Michelena y Trinidad Olivo. Entre 1837 y 1850 vivió en Caracas. Desde 1843 fue alumno de Antonio José Carranza en la Escuela Normal, donde recibió lecciones de dibujo al natural y al creyón, esfumino, paisajes a color y tinta china, acuarela y retratos en miniatura en tinta china. Desde temprano, Michelena debió mostrar aptitudes, ya que una comisión nombrada por la Diputación Provincial de Caracas para examinar a los alumnos de la Escuela, formada por Pedro Núñez de Cáceres, Antoine Damiron y Ramón Irazábal, calificó de sobresalientes dos trabajos suyos en febrero de 1846 (El Liberal, 30 de mayo de 1846). Ese mismo año, en la exposición de fin de curso de la Academia fueron presentados 28 dibujos, uno de Michelena, El sueño del niño Jesús, fue nuevamente clasificado como sobresaliente "trabajo de fantasía" (El Liberal, 9 de enero de 1847). En esa ocasión, Celestino Martínez formó parte del jurado y el primer premio fue concedido a Ramón Ramírez, con El favorito del serrallo. En 1848 realiza una de sus primeras obras, Retrato de la abuela (colección Fernando Pérez Michelena), acuarela de gran virtuosismo. Entre 1850 y 1854 trabaja en Valencia e ingresa al taller de Pedro Castillo, con quien profundiza sus conocimientos de pintura al óleo y al fresco. Michelena casará con Socorro Castillo, hija de su maestro. Por esos años, Michelena expone sus retratos, que le ganan celebridad, realiza retratos póstumos trabajando del natural y también a partir de fotos que ampliaba —como señala el propio pintor en su breve autobiografía—, por el sistema de cuadrículas. Hacia 1854 es nombrado preceptor en el Colegio Nacional establecido por la Diputación Provincial de Carabobo, y es iniciado por José María Aurrecoechea en la técnica del daguerrotipo que practicará hasta 1858. Michelena llega a asociarse con el célebre Basilio Constantin, pero la Guerra Federal trunca sus planes. En 1858, tras la muerte de su suegro, Pedro Castillo, Michelena escribe una breve biografía del pintor valenciano que había colaborado en su formación, sobre todo en sus escenas históricas y de batallas. Durante la guerra, Michelena trabaja como escribiente aunque algunos estudiosos le han adjudicado las célebres acciones de su padre, el general Michelena, en los llanos occidentales.

En 1863 nace su hijo Arturo, sobre quien tendrá una profunda influencia en sus años de formación y quien alcanzará celebridad como pintor. El 28 de octubre de 1868, su retrato del coronel Juan Uslar, una de sus mejores obras, fue colocado solemnemente en el Concejo Municipal de Valencia (González Guinán, 1964, p. 41). Desde 1876, Michelena dio clases de dibujo topográfico a la aguada y de animales y plantas en el Colegio de Carabobo (Valencia, Edo. Carabobo). Ese año participó en los homenajes por la erección de las estatuas de Guzmán Blanco con un cuadro que representaba al Ilustre Americano sobre un brioso corcel, saludando al Padre de la Patria, y Venezuela representada por una india con manto de reina (Memoria…, p. LXIV). Un retrato de Agustín Codazzi de Constancio Franco (colección Museo Nacional de Colombia), fue restaurado por Michelena en 1879. En 1883, dos obras suyas, El desembarco de Bolívar en Ocumare, del cual subsisten dos fragmentos muy retocados (colección EFOFAC), y La batalla de Carabobo (de la cual sólo perdura un boceto, colección Mireya Michelena de Ghio), lo representan en la "Exposición nacional de Venezuela" (Palacio de la Exposición, Caracas), celebrada en conmemoración del primer centenario del natalicio del Libertador. En esa ocasión fueron expuestas también obras de Arturo Michelena. En 1891 escribe una breve autobiografía (reproducida en Juan Antonio Michelena. Un testigo de la gloria), de enorme valor documental, aunque con fechas inciertas ya que señala su nacimiento en 1833. En 1908, Michelena es nombrado director de la Casa de Páez (hoy Casa-Museo General José Antonio Páez, Valencia, Edo. Carabobo), que ya entonces funcionaba como museo y albergaba una biblioteca estatal.

De Juan Antonio Michelena se han podido registrar 25 obras, algunas de ellas desaparecidas, en donde incursionó sobre todo en el retrato pero también en el género histórico, religioso y alegórico. Los cuadros de Michelena fueron celebrados por la prensa, como La regeneración de Venezuela en 1875 (La Voz Pública, 16 de octubre de 1875) y el Retrato del padre Lovera (La Voz Pública, 17 de mayo de 1881). Entre las pocas obras suyas que han perdurado se encuentran Monseñor Silvestre Guevara y Lira (1856, colección Seguros Carabobo); Retrato del Libertador (hacia 1859, colección Museo Bolivariano, Caracas); Miguel Llanos Ortolla (1860, colección Enrique Mandri Llanos); Virgen del Carmen con ánimas del purgatorio (de 250 x 1690 cm, 1874, colección Catedral de Valencia); el magnífico retrato de Anita Braum (1874, colección José Enrique López); El Nazareno de San Pablo (de 258 x 169 cm, 1883, colección Olga Cuello de Fleury), realizado con su hijo Arturo; Bolívar en Bogotá (hacia 1885, colección sucesión Michelena); Rafael Urdaneta (1888); el retrato de Arturo Michelena (colección Concejo Municipal, Valencia, Edo. Carabobo; el retrato del general José Ramón Tello Mendoza (1890, colección Museo Arturo Michelena, Caracas); los retratos de Vargas, Sucre y José Gregorio Monagas (1895); el Presbítero José Cecilio Ávila (1896, colección GAN), y Ana Joaquina Peña de González Guinán (1899, colección GAN). Sobre este último, Francisco Da Antonio ha escrito que es el primer collage en la historia del arte en Venezuela, ya que en su broche el pintor adhirió una foto del esposo de la retratada (1994, p. 18). Juan Röhl ha afirmado: "[Michelena] se especializará en el género del retrato, pero sus habilidades pictóricas no rebasarán jamás los límites de una absoluta mediocridad […]. En su vejez, la época más feliz de su vida, abandonará los pinceles para constituirse en el orgulloso padre de su hijo, cuya gloria irradia sobre él" (1966, pp. 28-30). Por su parte, Francisco Da Antonio señala: "Juan Antonio Michelena cumplió en Valencia a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, un papel semejante al desarrollado por Juan Lovera en Caracas en las primeras décadas de dicho siglo", para luego agregar sobre el retrato del coronel Uslar: "estampa de rigurosa frontalidad resuelta en un ámbito de perspectiva plana, tal el acento naïf de su concepción, la imagen se construye en base a un preciso y minucioso dibujo y a un concepto del color temperado y correcto para las carnaciones, los paños, el mobiliario y demás detalles hasta lograr una visión de conjunto tan veraz como insólita" (ibídem, pp. 10 y 17).