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==Biografía==
Artista especializado en pintura monumental (Murales), retratos, composiciones épico históricas, escenas tradicionales, paisajes y gráficos. Se distinguió por la habilidad y la rapidez de ejecución de sus obras.
Influenciado por Rubens y Rembrandt, Iván Ch. Belsky se autodefinió -en entrevista- como creador de estilo barroco propio. Dijo: “El resto es mi propia experiencia, mi propia investigación, mis propios estudios, los cuales tienen que ver con el más grande de todos los tiempos -según él- Rubens”. [2] Siguió las ideas expuestas en el libro “La superación del arte” (1923), de Alexander Dorner, teórico del arte nacido en Hannover.
Iván Ch. Belsky nace en Polonia 13 de julio de 1923, fue criado en Ucrania. Como polaco-ucraniano tuvo formación católica ortodoxa, estas creencias lo ayudarán a superar situaciones difíciles. Contaba el mismo que llegó a leer la Santa Biblia cinco veces.
Desde los 8 años tuvo aptitudes para las artes plásticas. Fue llevado por el profesor G .D. Haiworenski. Estudia en el Instituto de Bellas Artes de Dnipropetrovsk, tercera ciudad en importancia de Ucrania a orillas del río Dnieper. Participa en exposiciones en la antigua URSS y recibe varios premios nacionales y provinciales. Era políglota, hablaba ucraniano, ruso, alemán, italiano y español.
Rusia fue invadida por los alemanes nazis en 1941. Por la facilidad para los idiomas, Iván Belsky tuvo que hacer de intérprete del ejército enemigo para sobrevivir y lo movilizaron a varios países. Logra escapar de los alemanes y de los soviéticos. Gran parte de su familia había muerto.
Merece arqueo y estudio las obras de Belsky de sus años europeos, trabajó como artista profesional en Polonia, Austria, Alemania, Italia e Inglaterra.
Llega a Caracas en 1948, atraído por la fama de Venezuela como destino promisor para emigrantes y exiliados. De inmediato busca relacionarse con el ambiente artístico de la capital. Conoció y frecuentó a artistas como Tomás Golding, Manuel Cabré, Luis Alfredo López Méndez, Armando Reverón, entre otros.
El pintor tachirense, nacido en La Grita, J. A. Mora aporta el testimonio siguiente: “Hacia la mitad de la década de los ´50 conocí a Iván Belsky en los terrenos de la hacienda La Urbina, estaban allí pintando al “aire libre” maestros de la pintura como Manuel Cabré, Joaquín Caicedo, Leopoldo La Madriz, Trino Orozco y yo de pichón de artista. Hice amistad con Belsky y a él debo parte de mi carrera, lo acompañé a los Andes, cuando hizo las pinturas de la Catedral de Mérida y del Museo Histórico de Trujillo”. (J. A. Mora y su esposa Eloina Aguilar de Mora, por décadas amigos la familia Belsky, han facilitado completar los datos biográficos y la catalogación de obras para Vereda, wiki_artevenezolano).
La vocación multiplicadora de Belsky se repite a donde va. Contribuyó a la formación de artistas a donde vivió y trabajó: Caracas, Maracay, Mérida, San Cristóbal y Trujillo.
Miembro del grupo Artistas Independientes participó en varios Salones. Igualmente participó en el Salón Oficial de Arte Venezolano en el Museo de Bellas Artes; y, en exposiciones individuales y colectivas.
El emigrante con trauma de guerra Iván Ch. Belsky desarrolla una crisis de fe, la cual superará con el tiempo. Dijo a Monseñor José Humberto Quintero, con quien tuvo buena amistad, en entrevista para otorgarle el contrato de las obras de arte de la Catedral de Mérida: No creo “ni en Dios, ni en Satanás, ni en sus vírgenes. Yo no creo en nada. Yo soy de la Unión Soviética, allá no hay Dios” [2] Roldán, Iván (1991): “El Ateo que pintó la Catedral de Mérida”, en: Diario Frontera, Mérida, P-p: 6ª.(Falta fecha y año).
El artista es recordado como persona de trato afable, conversadora con momentos de espiritualidad, gran fumador y bebedor ocasional de vodka. Creía en el valor medio de la obra en el mercado del arte. “Mientras más accesibles son los precios de una pintura, más te encargan y más vendes”.
==Vida venezolana==