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Colina, Alejandro
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Alejandro Colina | |
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Nombre completo | Alejandro Colina |
Nacimiento | 8 de febrero de 1901, Caracas, Distrito Capital - Venezuela |
Fallecimiento | 23 de octubre de 1976, Caracas, Distrito Capital - Venezuela |
Nacionalidad | Venezolano |
Área | Escultor y pintor |
Firma |
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Vida y obra
Escultor y pintor. Hijo de Alejandro Colina y Herminia Viera. Nieto del célebre caudillo militar León Colina. A partir de 1913 cursó estudios en la Academia de Bellas Artes, donde fue discípulo de Antonio Herrera Toro en la cátedra de dibujo, y de Cruz Álvarez García en la de escultura. Asistió asimismo a la Escuela de Artes y Oficios, de la cual llegó a ser subdirector a los 18 años. En la UCV concurrió a las clases de anatomía dictadas por los doctores Luis Razetti y José Gregorio Hernández. En su época de estudiante realizó paisajes y retratos. En 1918, su escultura El nacer de la idea ingresó al Museo Nacional (Caracas). Hacia 1919 trabajó como delineante y calculista del arquitecto Alejandro Chataing, y asumió tareas de decorador. Colina también se desempeñó en otras actividades no relacionadas con el arte: fue mecánico, trabajó en el ferrocarril y en la marina mercante. Este último empleo, ejercido durante ocho años, le permitió entrar en contacto con poblaciones aborígenes de La Guajira y el Orinoco, lo cual incidió en forma definitiva en el desarrollo de su propuesta artística. El hombre aborigen, sus mitos y leyendas, y la flora y fauna vernácula constituyeron el centro temático de su obra más significativa. Se interesó en la pintura mural y la estatuaria de grandes dimensiones concebida para amplios espacios abiertos. La cerámica y la orfebrería también fueron exploradas por el artista como otra posibilidad de expresión plástica. Se sumergió "en el movimiento artístico americanista con una estética vernácula y universal, depurada y vigorosa, de una multiplicidad admirable" (Villanueva y López de Uralde, 1931).
En enero de 1926 donó al MBA su escultura en yeso Indolencia, hoy desaparecida. En 1930, año centenario de la muerte de Simón Bolívar, proyectó realizar en el Ávila un monumento al Libertador de 75 m de altura, cuya maqueta de 4 m realizaría tiempo después (1947-1948), sería exhibida en el Salón Planchart de 1950 y posteriormente desmantelada por el propio artista y destruida por abandono. Hacia 1931 hizo decoraciones murales en un gran salón de la residencia de John Boulton Rojas ubicada en La Quebradita, Caracas, usando motivos en piedra verde y basado en leyendas y costumbres indígenas (Élite, 27 de junio de 1931): Furruco y maraca, Epitalamio, El juramento, Sacrificio, Industria textil, La caza, La alfarería, Cosecha de maíz y El éxodo a la montaña (hoy desaparecidas). En 1933 se inauguró el Parque Aborigen de Tacarigua, ubicado en Boca de Río, lugar próximo a la laguna de Tacarigua, en Maracay. El parque nació como resultado de los hallazgos arqueológicos del doctor Rafael Requena, médico y secretario del general Juan Vicente Gómez, en las proximidades de la laguna referida, los cuales sirvieron de inspiración para la ejecución de buena parte de las piezas escultóricas y utilitarias (asientos) que adornan el lugar. El proyecto, promovido por Francisco Villanueva y Uralde, fue encargado en su parte arquitectónica al zuliano Romis y en su parte decorativa a los escultores Alejandro Colina y Santiago Núñez Nicolás, quienes venían trabajando juntos en la idea desde inicios de la década. Las figuras Oyendo la voz del ídolo y La madre tierra, concebidas y realizadas por Colina antes del hallazgo arqueológico, fueron integradas con otras piezas escultóricas, algunas de éstas —figuras de zócalos y réplicas ampliadas de las imágenes precolombinas— fueron ejecutadas por Núñez Nicolás, particularmente la llamada Venus de Tacarigua. En 1934 realizó una Mater Dolorosa para la Iglesia de Naiguatá (Edo. Vargas), que fue destruida a los pocos años por razones todavía no del todo aclaradas. En 1935, a raíz de los saqueos suscitados en Maracay después de la muerte de Juan Vicente Gómez, fue reducido a prisión y llevado al Castillo Libertador, de donde salió a los pocos meses para ingresar, en 1936, en el Hospital Psiquiátrico de Caracas. Una vez sanado de sus males (delirium tremens) realizó, en 1938, el mural Arte y ciencia de la psiquiatría (3 x 3 m), el cual, por remodelaciones posteriores de la edificación, debió reproducir al óleo a solicitud de las autoridades del Hospital en 1962.
Entre 1941 y 1943 participó en la refacción de la cúpula de la Catedral de Valencia, Edo. Carabobo. Realizó las esculturas del Indio de Tacarigua (Valencia, Edo. Carabobo, 1942), la del Indio Yare (1947), el conjunto Vigilancia, inteligencia y observación (Academia Militar de Venezuela, Fuerte Tiuna, Caracas, 1947), la del Indio Tiuna (Plaza Tiuna, Los Rosales, Caracas, 1948-1949) y la del Indio Yaracuy (San Felipe, 1952). En 1951, con motivo de los III Juegos Deportivos Bolivarianos, realizó María Lionza sobre la danta, originalmente ubicada en los predios de la Ciudad Universitaria y desde 1953 en la autopista Francisco Fajardo (Caracas), célebre escultura que ha sido objeto de veneración popular. En 1955, con motivo de la celebración del cuatricentenario de la fundación de la ciudad de Valencia (Edo. Carabobo), ofreció la maqueta La raza vencida, donde aparecía un conquistador clavando su espada, en forma de cruz, sobre el cuerpo tendido de una indígena, a cambio de la obra que se solicitaba en homenaje al fundador. Su idea no prosperó y el monumento no se concretó. Colina se ha erigido, según Juan Calzadilla, "como el más alto representante de la tendencia indigenista en nuestra escultura. Su temática constituye, en conjunto, una exaltación alegórica de la fuerza de la raza autóctona y, como tal, su trabajo adopta a menudo la forma monumental. Sus figuras están fuertemente acusadas por una construcción muscular sobresaliente que imprime un ritmo tenso y robusto, bajo el cual el movimiento es sugerido y contenido dramáticamente" (1977, p. 218). En 1968 realizó en cemento rojo el Conjuro de Caricuao para la urbanización homónima (Caracas). Siempre persiguió en sus obras murales "la armonía total de la línea y el color con el ambiente" (Villanueva y López de Uralde, op. cit.). Entre estas se conocieron Industria textil, La caza, La alfarería, Cosecha de maíz y El éxodo a la montaña (hoy destruidas). En los años finales de su vida se recluyó varias veces en el Hospital Psiquiátrico de Caracas, donde trabajó en un taller de escultura dentro de los planes de laborterapia. Durante su internado en el hospital ejecutó, en fecha aún no precisada, una serie de bustos en yeso de algunos pacientes, representativos de diversas enfermedades mentales. En 1971 fue arrollado por un automóvil y quedó inválido. En 1973 se inició el proyecto para fundir dos grandes bronces del Libertador a partir de la maqueta encomendada al escultor Martín Leonardo Funes, según el modelo original de Colina, que se situarían una en La Charneca (Caracas) y la otra en Montevideo (Uruguay); sin embargo, a pesar de haberse pagado los derechos de autor para la reproducción, por diversas circunstancias ninguna de las obras se llevó a cabo (Esteva-Grillet, 1992, p. 168). Su última obra, en bronce, fue el Indio Chacao, colocada en la plaza homónima ya fallecido el artista. La mayor parte de sus piezas fueron concebidas como monumentos públicos y de tamaño superior a la escala humana, y casi siempre trabajadas en mortero o piedra artificial.
Monumentos públicos
Cacique Manaure, Coro, Edo. Falcón / Conjuro de Caricuao, Caricuao, Caracas / El piache Yarijú, Colegio de Médicos del Estado Carabobo, Valencia / Indio Chacao, Plaza Chacao, Caracas / Indio de Tacarigua, Plaza El Indio, Valencia, Edo. Carabobo / Indio Tiuna, Plaza Tiuna, Los Rosales, Caracas / Indio Yaracuy, San Felipe / María Lionza sobre la danta, Autopista Francisco Fajardo, Caracas / Monumento a la Bandera, San Juan de los Morros, Edo. Guárico / Negra Matea, Hospital Materno Infantil, Maracay / Negro Primero y Fuente de los caimanes, San Fernando de Apure / Oyendo la voz del ídolo y La madre tierra, Parque Aborigen de Tacarigua, Maracay / Presbítero José Armando Pérez, Michelena, Edo. Táchira / Vigilancia, inteligencia y observación, Academia Militar de Venezuela, Fuerte Tiuna, Caracas
Fuentes
- Calzadilla, Juan y Pedro Briceño. Escultura/escultores. Un libro sobre escultura en Venezuela. Caracas: Maraven, 1977.
- Cinap, C 37.
- Colina, Carlos (coordinador). Alejandro Colina, el escultor radical. Caracas: UCAB-Celarg-UCV-Conac-Ateneo de Caracas, 2002.
- Esteva-Grillet, Roldán (compilador) y María Antonia González Arnal (asistente). Fuentes documentales y críticas de las artes plásticas venezolanas. Siglos XIX y XX, 2 vv. Caracas: CDCH, 2001.
- Esteva-Grillet, Roldán. Para una crítica del gusto en Venezuela. Caracas: Fundarte, 1992.
- Nucete-Sardi, José. Notas sobre la pintura y escultura en Venezuela. Caracas: Ediciones González y González, 1957 (tercera edición). Primera edición en 1940.
- Villanueva y López de Uralde, Francisco. "La misión de Alejandro Colina. Hacia un arte autóctono". En: Élite. Caracas, 27 de junio de 1931.
Créditos
- Galería de Arte Nacional (GAN) http://www.gan.gob.ve
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