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Cambios
De WIKIHISTORIA DEL ARTE VENEZOLANO
→Los ecos del manierismo
Pero las diferencias son todavía más profundas. Llama la atención, entre otros detalles, la intensa carga realista de la obra del Museo Arquidiocesano de Mérida. Esta contrasta enormemente con la atmósfera sacra y divina del cuadro del pintor español. Aquí el acto transcurre en un escenario solemne. La composición está articulada en dos planos para aislar el registro celestial del terrenal. La versión colonial es cotidiana, real, casi un hecho de crónica. El episodio está ambientado en un escenario muy humilde. Ocurre en una modesta habitación, en cuya puerta se hallan un hombre de pie, y un niño con una cesta sobre su cabeza. Ambos miran estupefactos al beato en el momento en que recibe los corazones de Jesús y la Virgen.
Se advierte también la impronta manierista en once lienzos que hasta hace poco se hallaban en la capilla Santa Ana del Hospital Urquinaona de Maracaibo, todos con la firma de Juan de Villegas. No sabemos exactamente como llegaron a esta ciudad. [http://vereda.ula.ve/wiki_artevenezolano/index.php/Boulton ,_Alfredo Boulton] pensó, en un principio, que podía tratarse de un pintor venezolano, pero se dio cuenta de que en la iglesia parroquial de San Martín de Texmelucan de Puebla (México) hay varias pinturas, firmadas también por un tal Juan de Villegas, cuyos rasgos caligráficos son los mismos que aparecen en las firmas de los once cuadros de Maracaibo.
En la obra de Villegas, Los Desposorios Místicos de la Virgen y San José, llama la atención los contrates de tonos rojos y verdes, así como el uso, tan evidente, de la llamada línea serpentinada en la conformación del cuerpo de la virgen.
De gran interés, tanto por su aspecto iconográfico como por los rasgos fundamentales de la composición, viene a ser La Adoración de los Pastores, del mismo Villegas, cuyo modelo es seguramente la obra homónima de Zurbarán. Como bien sabemos, en el tema de los pastores, al igual que en el de los Reyes Magos, los visitantes no se presentan ante el niño con las manos vacías. En algunas versiones, como la de Luca Cambiaso (1527- 1585), que podemos contemplar en el Museo de Brera (Milán), la nota más sobresaliente es el pastor con un cordero entre sus manos. Sin embargo, generalmente acuden tres pastores con sus respectivos regalos, el primero con un corderillo con las patas atadas (símbolo del sacrificio de Jesús), el segundo con su callado y el tercero con su caramillo.