Cambios

Pintor. Hijo de Josefina Espinoza. Entre 1968 y 1971 realizó estudios en la Escuela Cristóbal Rojas y en el Instituto Neumann. Participó tempranamente en el XXVII y XXVIII Salón Arturo Michelena (1969 y 1970) y en las colectivas "Joven actualidad" en la Galería Estudio Actual (Caracas) y en el I Salón Nacional de Jóvenes Artistas de Maracay (1971). En 1972 presenta en su primera muestra individual en el MBA, obras elaboradas con pintura acrovinílica negra sobre telas cortadas, dobladas, arrugadas y onduladas. Tomando como punto de partida el cuadrado, Espinoza desarrolló variaciones mediante el empleo de telas sostenidas por diferentes tensores y pliegues, modificando así los límites del formato ortogonal y eliminando los bastidores y el tensado tradicional. Ese mismo año exhibió, en el Ateneo de Caracas, Impenetrable, "parodia" de la obra de Jesús Soto, una inmensa tela cuadriculada extendida de pared a pared en el espacio de la sala expositiva, a 80 cm sobre el piso. La cuadrícula de tela viajó por toda Venezuela, primero como protagonista de un conjunto de experiencias junto a Claudio Perna (La cosa), registradas en fotografías blanco y negro, polaroid y súper ocho, y luego pintadas sobre tarjetas postales. Posteriormente a esta muestra le siguieron una serie de exhibiciones donde se presenta continuamente la opción de esa cuadrícula, no como tema recurrente de la pintura abstracta que inventaron Malevitch y Mondrian, sino, como él mismo dice: "como un objeto anónimo, como un ready made, algo que nadie inventó, que ha existido siempre, que no tiene dueño" (1990). En 1973 presentó su individual "Textiles, cuadrículas, tarjetas postales" (Galería Conkright, Caracas) y participó en diferentes exposiciones, entre ellas "Once tipos" (Sala Mendoza), I Salón Ernesto Avellán (Sala Mendoza) y "Gráfica internacional" (Galería Conkright, Caracas), en la cual la tela le sirvió de cubrecama y fue distribuida en pedazos como material del artista. En 1974, en el MBA, exhibió "Fotografías, dibujos y serigrafías", 15 fotografías de la serie Documentación falsa y 20 serigrafías sobre papel. En la Sala Mendoza figuró en "Once tipos", exposición que reunió parte de la experiencia trabajada en 1972 con Claudio Perna. En 1975 integró diversas muestras colectivas, entre las cuales destacan "9 dibujantes jóvenes venezolanos" (MBA), "Dibujos y acuarelas" (Sala Mendoza) y "Gráfica siete" (Sala Mendoza).

En 1992, el caos y la ironía se conjugan en Familia, trabajo con el cual recibió el premio de pintura y el Gran Premio en la III Bienal de Guayana. Cinco paneles recostados a la pared conforman la obra pintada con rodillos que marcan florecitas, instrumento que en alguna época se usó para estampar las paredes de las casas. En su parte posterior, mensajes aluden a la historia del arte: anunciación, deseo y obscenidad. El MACCSI exhibe ese mismo año nueve trabajos donde el artista confirma su vocación de pintor que se dirige más a las capacidades del intelecto que a la emoción misma. "La mente es más clara que los sentimientos. Desde los años sesenta he estado más interesado en el concepto de los espacios que en la expresión de la pintura. Las sensaciones no me interesan, es como bailar merengue, y yo prefiero bailar merengue bailando y no con mi pintura" (El Universal, 1992). En 1993, junto a un grupo de artistas venezolanos, participa en "CCS-10. Arte venezolano actual", en la GAN, exposición que clarifica un momento fundamental y revitalizador del arte venezolano. En esta oportunidad instala una gigantesca pantalla con luces de neón que cada cierto tiempo se encienden y proyectan a manera de anuncios publicitarios, callejeros y urbanos, eslóganes cargados de frases cotidianas e irónicas. En la Galería Leo Blasini expone "Dos imágenes de la posmodernidad" con el artista venezolano Pablo Hurtado. Milagros Bello, al referirse a los trabajos de Espinoza, los describe como de orden diferente, que no enfatizan la estructura minimalista ni los ordenamientos esotéricos de las geometrías simples. En cada obra pueden verse dibujos, escrituras, fotografías que se entremezclan en un complicado lenguaje referencial. En 1994 instala, en el Espacio Boko de El Hatillo (Edo. Miranda), "Escala 1.10", 23 pinturas con pliegues y cortes en las superficies. En 1995, las salas del MAO exhiben "Línea blanca". Esta exposición "marca un hito importante y dramático en la evolución del trabajo de Espinoza. La serie Mamá latina, suerte de diario personal del artista, arroja, si así puede decirse y si se me permite la paradoja, oscuras luces sobre la fría superficie de las piezas que conforman la serie que lleva el nombre de la muestra" (Rivero, 1995). En la Galería César Sason exhibe sus legendarios dibujos de la serie Karakana, realizadas en técnica mixta sobre papel. En 1997 formó parte de la muestra "La invención de la continuidad" en la GAN. "Eugenio Espinoza es el artista que lleva hasta el extremo esta labor de deconstrucción de la pintura, esta manifestación de las superficies del arte como ámbitos heterogéneos, plegados, anudados, cortados, interrumpidos. El denominador común es aquí una vez más la retícula. Una retícula que como el amarillo de Fuenmayor, podría recubrir toda la superficie del planeta, pero que al moldearse según el cuerpo de las cosas, se negaría a sí misma" ("Caminos contemporáneos III", 1997, p. 93). En la Galería Caelum de Nueva York expone una serie de pinturas realizadas en los noventa y, en octubre de este año, junto a un grupo de artistas del Círculo de Dibujo de Caracas, expone en la Galería A7 (Caracas). Su trabajo se ha enriquecido con los aportes de distintos movimientos posteriores a los años setenta, como el minimalismo y el conceptualismo, proponiendo una revisión permanente de la percepción del espectador sobre la obra de arte. Desde 2000 reside en Miami (Florida, Estados Unidos).

==Exposiciones individuales==