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Escultor. Hijo de Manuel Antonio González y Gertrudis Cabrices. Con Lorenzo González concluye un linaje de tallistas y escultores que había comenzado con Juan Bautista González, activo desde los años finales de la Colonia. Estudió en la Academia de Bellas Artes. En el concurso semestral de la academia, a comienzos de 1898, recibió un accésit por su busto de J. Ernst (reproducido en El Cojo Ilustrado, 15 de marzo, p. 230) y, en la "Exposición de la Academia de Bellas Artes" en la segunda mitad de aquel año, un diploma por su Cristóbal Colón (El Cojo Ilustrado, 1 de septiembre de 1898, p. 611). En 1899 mereció el Premio de Arte de la Academia en la sección de escultura con San Juan predicando en el desierto. González fue pensionado para continuar sus estudios en Francia, aunque no hay documentación de que viajara en esa ocasión. A finales de 1901, con su maestro Ángel Cabré i Magrinyà y su condiscípulo Francisco Sánchez, funda un centro artístico para fomentar las bellas artes. En Caracas realizó el busto en terracota que orna la fachada izquierda de la Escuela de Música y Declamación (actualmente Escuela Superior de Música José Ángel Lamas) de la Academia de Bellas Artes, inaugurada el 27 de abril de 1904 (el busto central fue realizado por Cabré y el de la derecha por Nicolás Pimentel). Posiblemente viajó a París a finales de ese año. En la capital francesa fue discípulo de los escultores Henri Allouard y Jean-Antoine Injalbert. En 1905 mereció menciones honoríficas en el Salón de Artistas Franceses con Eva después del pecado (colección GAN) y, en Caracas, en el concurso abierto para el monumento a Carabobo en Caracas (El Cojo Ilustrado, 15 de septiembre de 1905). En 1906 participó nuevamente en el Salón de Artistas Franceses con Profond chagrin (El Cojo Ilustrado, 1 de julio de 1906, p. 433). En 1913 recibió el cuarto premio en el concurso para el monumento a Sucre en Caracas, expuso en el Salón de Artistas Franceses un busto retrato y, en 1914, La tempestad (colección GAN), una de sus obras más sobresalientes, de tendencia realista. No debe dejar de señalarse la semejanza de esta última con otras de la misma época, como La miseria de Ernesto Concha, premiada con mención de honor en el Salón de Artistas Franceses de 1908. González se desempeñó como profesor de escultura en la Academia de Bellas Artes, siendo nombrado posteriormente director de la institución en dos oportunidades.

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