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Imagen:IvanBelsky Obra Jesus 1963.png|Jesús, 1963, Catedral de Mérida - Venezuela | Imagen:IvanBelsky Obra Jesus 1963.png|Jesús, 1963, Catedral de Mérida - Venezuela | ||
Imagen:IvanBelsky Obra MemoriaHijoGregory 1983.png|A la memoria de mi hijo Gregory, 1983, Biblioteca Bolivariana | Imagen:IvanBelsky Obra MemoriaHijoGregory 1983.png|A la memoria de mi hijo Gregory, 1983, Biblioteca Bolivariana | ||
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Imagen:IvanBelsky Obra MeridaRuralAgricolaEstudiantil 1961.png|La Mérida rural, agrícola y estudiantil, 1961, Palacio de Gobierno | Imagen:IvanBelsky Obra MeridaRuralAgricolaEstudiantil 1961.png|La Mérida rural, agrícola y estudiantil, 1961, Palacio de Gobierno | ||
Imagen:IvanBelsky Obra NaveCentral 1963.png|Nave Central, 1963, Catedral de Mérida - Venezuela | Imagen:IvanBelsky Obra NaveCentral 1963.png|Nave Central, 1963, Catedral de Mérida - Venezuela |
Revisión del 14:41 27 sep 2012
Este artículo ó sección necesita completarse con datos del artista ó fotos de las obras ó foto personal del artista y alguna otra información de interés.
Iván Belsky | |
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Nombre completo | Iván Belsky |
Nacimiento | |
Fallecimiento | 13 de Julio de 1923, Ucrania, una de las ex Repúblicas de la URSS |
Nacionalidad | Ucraniano |
Área | Pintor |
Firma |
Pintor de origen ucraniano, residenciado en varias ciudades de Venezuela a mediados de siglo XX. Fue profesor en la escuela de artes Monseñor Contreras en Valera en 1950 cuando se implementó un Plan Vocacional de Artes Plásticas cuyo objetivo era proporcionar al individuo con talento, vocación y aptitudes hacia las artes plásticas, una formación sistemática y especializada para desarrollar y cultivar conocimientos, habilidades y destrezas que les permitiera ser sensibles, creativos, valorativos, críticos e interpretativos de los valores esenciales de la pintura artística y la escultura en sus diversas manifestaciones[1] . De la misma manera colabora en las distintas ciudades donde se residenció contribuyendo a la formación de artistas.
Es contratado para la producción de murales y retratos principalmente en Caracas, Maracay, Mérida, San Cristóbal y Trujillo.
En 1927 con la llegada a Mérida Monseñor Acacio Chacón Guerra, se inicia la reconstrucción definitiva de la actual Catedral, asignándole al arquitecto español Manuel Mújica Millán la ampliación y reconstrucción arquitectónica, quedando concluido el 9 de Octubre de 1958, Cuatricentenario de la Ciudad de Mérida. Y entre 1958 y 1960 Iván Belsky, pintor venido de la antigua Unión Soviética tuvo a su cargo, luego de ganar el concurso para este trabajo, la tarea de realizar las distintas obras pictóricas que hoy decoran nuestra Basílica Menor. Residiendo varios años en Mérida, específicamente en una finca en La Loma de los Maitines, dejando un invaluable trabajo artístico en la Catedral y en las cedes de varias instituciones públicas, además de centenas de obras privadas.
Iván Belsky era políglota, dominaba el ruso, alemán, italiano, ucraniano y español.
Se casó con Nadia, quien era profesional de la medicina y con quien procreó dos hijos Gregory e Igor, afirmó para una entrevista al Diario Frontera en 1991 tener un tercer hijo, un hijo de “parranda” así lo afirmó.
Contenido
Vida
Nació en Ucrania- una de las ex Repúblicas de la URSS- el 13 de Julio de 1923. A los 8 años comienza su inclinación por la pintura. Belsky pinta desde que tenía 8 años cuando estudiaba educación primaria, en su juventud, a comienzos de la Primera Guerra Mundial el impresionismo dominaba las tendencias del arte pictórico; sin embargo se define como un profesional de tendencia propia e inventada por él y adosada con las investigaciones de los maestros más grandes de la historia, Rubens y Rembrandt.
Confesó en 1991 para el Diario Frontera que la influencia del impresionismo representa en su obra sólo el 20 por ciento. “El resto es mi propia experiencia, mi propia investigación, mis propios estudios, los cuales tienen que ver con el más grande de todos los tiempos”, según él, Rubens[2].
Vivió muy cerca el horror de la Segunda Guerra Mundial, cuando su país fue invadido por los alemanes fue interprete del ejército invasor para lograr sobrevivir a la guerra, por lo que consigue movilizarse a varios países, entre ellos Alemania, Austria, Bélgica, Inglaterra, Polonia y por supuesto Ucrania.
Vivió en Austria, Bélgica y Moscú, ciudad esta donde realiza estudios avanzados de pintura y donde obtuvo varios premios y reconocimientos. El libro del alemán Dornner sobre Las Técnicas Del Pintor lo acompañaba desde su paso por Europa. Allí investiga a profundidad las pinturas de Rubens y Rembrandt cuya técnica examinó y estudio exhaustivamente para posteriormente ponerla en práctica. Con toda aquella experiencia y en búsqueda de mejores oportunidades llega a Venezuela procedente de Rumanía a comienzos de la década del año 1950.
Sus primeros vínculos en Caracas fueron con el estrato militar, debido a sus conocimientos y experiencias en su adolescencia. Fue contratado para pintar la batalla “Vuelvan Caras” en la entrada de la Comandancia General del Ejército, un hermoso mural de 2,50x1,50. La base aérea de Maracay conserva varias pinturas de figuras humanas a caballo cuya anatomía conocía a la perfección. Sin embargo Belsky se caracterizó por ser un excelente retratista, y ésa fue la línea que siguió.
Durante su estadía en Caracas conoció y frecuentó a los reconocidos pintores venezolanos, Thomas Holding, Manuel Cabré, López Méndez, Armando Reverón, entre otros.
Llegó a Mérida en 1957 por invitación de un amigo Colombiano de apellido Méndez quien le había complementado sus conocimientos del español. Vino de Caracas a pasar uno días cuando un señor de apellido Paredes, propietario del Kontiki (hotel y bar-restaurant ubicado en la esquina de la calle 19 con Avenida 3 Independencia del casco central de la ciudad) le pide que le pinte un mural, cerrando el acuerdo por la cantidad de 5.000 bolívares.
Mientras realizaba este mural, pasó por el lugar el arquitecto Manuel Mujica Millán, quien luego envió al Dr. Valeri a invitarlo a su residencia, donde pondrían a prueba al pintor con respecto a las proporciones necesarias para la correcta percepción visual de las pinturas en relación a la lejanía, encargándole la realización de una pintura de dos ángeles, de esta manera el arquitecto lleva a Belsky a la Catedral y le pregunta la magnitud de las pinturas que se deberían colocar en cada una de las ubicaciones específicas para que al observar desde abajo cada una de ellas se lograra percibir del mismo tamaño y fuese acorde a la arquitectura.
Ingresando al concurso para la contratación de la producción de murales que llenarían muros específicos de la Catedral de Mérida, entre un grupo de 40 pintores venidos de todas partes del mundo, durante el arzobispado de Monseñor Chacón y Monseñor Quintero, quien luego sería el primer cardenal venezolano.
Iván Belsky gana el concurso luego de cumplir los requerimientos y una entrevista directa con Monseñor José Humberto Quintero, donde le afirma su posición espiritual, afirmándose como no creyente “ni en Dios, ni en Satanás, ni en sus vírgenes. Yo no creo en nada. Yo soy de la Unión Soviética, allá no hay Dios” [2] , por lo que inmediatamente es contratado para realizar los trabajos pictóricos del área externa e interna de la Catedral, por una suma de 300.000 bolívares para ejecutar desde 1958 hasta 1960. Su técnica para la elaboración de pigmentos basada en los estudios sobre Rubens y Rembrandt permiten al artista una mejor calidad en cuanto a la duración a largo plazo y la intensidad del color, realizando las mezclas ayudado con pintura al óleo (marca Sminkter) compradas directamente en Alemania, muchos óxidos, cera de abejas y clara de huevos.
En la Catedral destacan las pinturas de San Pedro y San Pablo a los lados de la entrada principal usando pinturas al encausto, resistente a la fuerte pluviosidad de la ciudad.
En el interior de la Catedral destacan las pinturas de Jesucristo, donde el artista se pintó a sí mismo (un poco más joven y con barba) y frente a esta pintura una hermosa imagen de la Virgen María, cuyo rostro muchos atribuyen a su novia de entonces; sin embargo, según un artículo del diario Frontera destaca la nota de que María Nimes afirma que es el rostro de su madre, quien habría servido de modelo y por quien Belsky sentía admiración.
En el libro de la profesora Catalina Torres La Catedral de Mérida, donde describe la arquitectura, reseña dos leyendas; bajo la imagen de Jesús.
Tú que vienes a la casa de mi padre reverénciate y ruega por tus hermanos los hombres.[3]
Y bajo el mural de la virgen: Venid todos a mí, que yo ofrezco estar siempre con vosotros[3].
Angeles y querubines dispuestos en el entorno de los altares principales fueron obras del afamado pintor, así como los murales de San Francisco de Asís y San Francisco de Sales y los cuatro evangelistas (San Lucas, San Juan, San Marcos y San Mateo) en las cuatro columnas en que descansa la capilla principal.
Se afirma que sus rostros representan a los principales líderes de la Revolución Bolchevique extraídos de una vieja revista Life. En la capilla principal estampó con brillantez y perfección 18 figuras que representan a los fundadores de las órdenes religiosas, patriarcas, santos y el propio Jesucristo. Estos personajes se hayan espaciados sobre el techo y son fácilmente visibles. El Santísimo Sacramento en el presbiterio, el padre eterno en el ábside, el decálogo de la Ley con Moisés y el profeta Elías sobre la capilla de San José son algunas muestras de la magna obra del Iván Belsky en la Catedral de Mérida.
Entre otras obras murales de gran significado y trascendencia de Belsky en Mérida, destacan el gran mural en la entrada principal en el Palacio de Gobierno que representa la Mérida rural, agrícola y estudiantil; la firma de nuestra acta de emancipación en el Consejo Municipal, el gran Mural en el salón principal de Corpoandes, la vida de José Gregorio Hernández en Isnotú. El Museo Histórico de Trujillo alberga decenas de obras del artista. En todos sus grandes murales se retrata o deja estampado el rostro de algún personaje conocido por él. Para citar a manera de ejemplo señalo el rostro de Álvaro Parra Dávila en el mural de Corpoandes o el de Jesús Rondón Nucete en la obra sobre la Firma de Nuestra independencia en el Consejo Municipal.
José Antonio Gonzáles Casanova, en Aguas Calientes, Estado Táchira, conserva más de un centenar de sus obras. Durante su estadía en San Cristóbal invitado por Pancho Baptista y el Doctor Arellano Mora se encarga de producir dicha colección. Con respecto a su obra pictórica se define personal y profesionalmente como Realista pero ha sido en algunas composiciones Barroco, sin dejar de lado la influencia de Cézanne.
En la entrevista otorgada para el Diario Frontera en 1991 el artista les explica que su vida profesional está regida por lo que él llama Los Tres mandamientos de Belsky.
Primero: Lo mejor que tú puedes: debes usar el mejor material. La gente no conoce de técnicas no sabe cómo yo pinto. A la gente le gusta o no le gusta la obra. Cuando usted paga por un cuadro 20.000 bolívares, usted ganó una plata. Por eso mi conciencia no me permite hacer una obra que a los pocos años está negra. La obra, es consecuencia, debe quedar como yo creo que es mejor[3].
Cuando un pintor pinta a gusto de otro no es pintor. Por eso yo no retoco obras y cuando lo hago por alguna circunstancia no firmo[3].
Segundo: Lo más rápido posible: cuando usted hace un cuadro en un mes y lo vende en 20.000 bolívares usted gana 20.000 bolívares al mes; cuando usted pinta un cuadro en una semana y lo vende por 20.000 bolívares usted gana 20.000 bolívares a la semana y cuando usted pinta un cuadro en tres días usted gana 20.000 bolívares en tres días. Esto significa dinero y no hay en el mundo una cosa más importante que el dinero. Solamente no compras con dinero el amor y la muerte, todo lo demás lo compras con dinero. Si tú encuentras una muchacha y no tienes con qué brindarle un café cómo la vas a “atacar”[3].
Tercero: Debes vender lo más barato posible: cuando yo pido por un cuadro 100.000 bolívares, casi nadie me lo compra. Uno debe calcular cuanto le pueden pagar. El cuadro vale el costo pagado. Este mandamiento es válido para los dueños de galerías que compran cuadros a 3.000 bolívares y los quieren vender en 100.000 bolívares. Yo no desprecio clientes. El secreto es vender mucho porque las obras se venden más baratas; en todo caso en la venta también hay ganancias y el dinero es dinero como lo pongan. Esa es mi opinión y me ha dado resultados. Por eso tengo dinero y propiedades en varios países del exterior y en Venezuela[3].
Iván Belsky el pintor de la Catedral, murió en Toronto Canadá el 23 de Noviembre de 2003, cambiando su inclinación religiosa, por lo que al morir creía en Dios y en los valores católicos.
En San Cristóbal Iván Méndez dueño de una marquetería cerca de la plaza de los Mangos, posee varios cuadros del pintor.
Obra
Sobre el muro de la escalera de honor en la entrada principal del Palacio de Gobierno, se encuentra un tríptico ejecutado por el pintor Ivan Belsky, simbolizando las tres zonas del estado Mérida donde resalta, la vida urbana, la tierra llana y la vida rural. En general es un lugar que por un lado tiene gran importancia para la ciudad por sus funciones gubernamentales, y por el otro esta el ambiente artístico que nos ofrece.
Notas
- ↑ Araujo, Carmen: “Arte trujillano del Siglo XX: Afirmación de fecundidad, belleza y simbolismo”, en: Saber ULA, http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/30386/1/ensayo1.pdf, consultado el 04 de Agosto de 2012.
- ↑ 2,0 2,1 Roldán, Iván (1991): “El Ateo que pintó la Catedral de Mérida”, en: Diario Frontera, Mérida, P-p: 6ª.
- ↑ 3,0 3,1 3,2 3,3 3,4 3,5 Torres, Catalina (1994): La Catedral de Mérida, Mérida, La India, P-p: 67.
Fuentes
- D Grupo de investigaciones de Historia (2002): “Centro de estudios Históricos de Arquitectura “Alfonso Vanegas”, Mérida, Edificar, Año 5/Número 9-10.
- Castañón, José y Noguera, Neftalí (1964): El libro de Mérida, Caracas, Editorial Arte, P-p: 189.
- Roldán, Iván (1991): “El Ateo que pintó la Catedral de Mérida”, en: Diario Frontera, Mérida, P-p: 6ª.
- Torres, Catalina (1994): La Catedral de Mérida, Mérida, La India, P-p: 67, 68.
- Varona, Julián (2006): “Iván Belsky, el pintor de la Catedral”, en: Diario Frontera, Mérida, P-p: 5b.
- Vinicio, Marco (2001): Encantadores Pueblos de Mérida, Editorial Litocentro.
- Araujo, Carmen: “Arte trujillano del Siglo XX: Afirmación de fecundidad, belleza y simbolismo”, en: Saber ULA, http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/30386/1/ensayo1.pdf, consultado el 04 de Agosto de 2012.
Agradecimientos
- José Manuel López (Estudiante de Historia del Arte).
- Hancer Gonzales (Biblioteca Tulio Febres).
- Amable Fernández Sosa (Historiador del Arte).
- Delia Avilia Meza (Licenciada en Educación).
- Juan Dugarte (Museólogo; Museo de Arte Colonial).
- Jorge La Cruz (Estudiante de Historia del Arte).
- Karina Fernández (Historiadora; Biblioteca Bolivariana).
- Luis Gerardo Matheus (Biblioteca Bolivariana).
- Jorge Nabor Avendaño Federico (Ingeniero Civil).
Créditos
- Lambda Avendaño. Estudiante de la Licenciatura en Historia del Arte de la ULA. Correo electrónico: lambdaelena@hotmail.com