El Buen Pastor
Carmen Hernández / Aracelys Rojas
“…Entonces Jesús les dijo en ésta parábola:”Si uno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el campo para ir en busca de la que se perdió hasta encontrarla? Y cuando la encuentra muy feliz, la pone sobre los hombros y, al llegar a su casa, reúne amigos y vecinos y les dice: Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido.
Yo les declaro que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelva a Dios que por noventa y nueve justos que no tiene necesidad de convertirse.”
Lucas 15,3-7.
El tema del Buen Pastor fue fundamental en la iconografía del arte cristiano primitivo a partir del siglo II, es una alegoría bíblica, referida a Jesucristo, representado como Jesús de Nazaret adolescente que vive como de pastor de ovejas, el cual tiene un cordero entre los brazos o cargado en hombros y se interpreta que el buen pastor es Dios, que salva a la oveja descarriada, alegoría del alma cristiana o del alma del pecador que ha perdido el camino de la salvación.
Para crear esta representación, se toma como modelo griego antiguo de Orfeo, personaje perteneciente al culto pagano. En el mito de Orfeo se cuenta que encantaba a los animales con la música que producía con su lira. Y se une con el arte pagano de Roma, el cual consideraba la figura del Buen Pastor como un símbolo de filantropía, con lo cual el significado se construyo a partir de la filosofía moral romana, y esta doctrina de pensamiento es el fundamento de su contenido simbólico dentro de la religión cristiana.
El Buen Pastor generalmente va a estar representado con los rasgos de un joven pastor adolescente, aunque en algunos ejemplos aparece barbado. Esta vestido con una túnica hasta las rodilla generalmente sin mangas. Lleva las piernas vendadas (fascias crurales) y en las manos tiene un cayado (pedum), un recipiente para ordeñar (mulcra) o una flauta de pan (syrinx).
La representación del Buen Pastor comienza a desaparecer aproximadamente en el siglo V, debido a que Jesús comienza a representarse de manera directa, con un rostro adulto bien definido y no alegóricamente.
En la Edad Media no se va a representar; pero en el siglo XVI reaparece este motivo en Francia y Portugal. Incluso un siglo antes, en el siglo XV hacia 1635, en la India aparece una escultura del Buen Pastor en marfil, cuya iconografía no tiene origen en Jesús sino en las representaciones de Buda. Esta asimilación de Buda al Buen Pastor fue hecha por misioneros portugueses.
En el siglo XX este tema aun tiene vigencia, quizá ya no como una alegoría a Jesús, ni con ese sentido simbólico del cristianismo, sino más bien, para mostrar la capacidad que tiene un hombre de sacrificar su vida por defender y cuidar a su prójimo; un ejemplo de esto puede verse en la escultura del “Hombre con la Oveja” de Picasso.
El Señor es mi pastor, nada me falta,
en verdes pastos él me hace reposar
y adonde brote agua fresca me conduce.
Fortalece mi alma,
por el camino del bueno me dirige
por amor a su nombre.
Aunque pase por quebradas muy oscuras
no temo ningún mal
porque tú estás conmigo
tú bastón y tu vara me protegen….
Salmo 23
IMAGENES
Orfeo, siglo III, Roma
Orfeo, siglo III d.c, Mosaico de Tarsus, Roma
Mercurio o Hermes como el Buen Pastor
Moscóforo, siglo V a. C., Griego Arcaico
Moscóforo, H. 570 a.C, Griego Arcaico
Buen Pastor, siglo II, Catacumbas de San Calixto, Roma
Buen Pastor, siglo II, Cripta de Lucina, Catacumbas de San Calixto, Roma
Buen pastor, siglo II, sin datos
El Buen Pastor,siglo III, Catacumbas de Priscila, Roma
El Buen, Pastor Bartolomé E. Murillo,1665
Orfeo trovador cansado,1970, Giorgio de Chirico
Yo soy el buen pastor, sin datos