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Al Borde del Génesis. José Vicente Aponte Isturiz.

María Giovanna Adriani.

    José Vicente Aponte Isturiz, aparece por primera vez en la Galería El Muro en 1968, causando gran impresión por la forma de producir un resplandor consciente un efecto fantástico que parecía desprenderse de la iluminación interior de la forma como si la luz viniera de adentro. Trabajo que surgía del análisis del color y de una evidente relación con la observación del natural.

    Simplemente, por así decirlo, su técnica sin desligarse del tema central que lo vincula, cambió para convertirse en impresionista clásico. La obra ha perdido en definición del dibujo y en poder de asociación fantástica lo que ha ganado en profundidad atmosférica con una intuición cromática en fuerza de observación y en sutileza. Ahora realiza una pintura de retentiva visual en la que el espacio estático se hace dinámico a través de la incesante fragmentación del color. Principalmente Aponte se nos muestra como un pintor de la naturaleza.

    En síntesis Aponte Isturiz, avanzó durante el transcurso de su carrera artística desde una perspectiva ingenua y autodidacta a una tendencia con fuerte enfoque impresionista, donde el lenguaje y la naturaleza se funden en misteriosos paisaje tal cual y conforme Armando Reverón nos regaló con su arte. Capto la luz de tal manera que la trasformó desde el exterior para hacerla brotar del interior de sus pinturas.

    Aponte Isturiz, artísta de extracción popular, con apenas breve instrucción en la Escuela de Artes y Oficios, aprendió a mezclar los colores en el trabajo de la Industria de la Construcción, sus viajes continuos le permitieron encontrar los motivos más variados para plasmarlos en el lienzo. A medida que fue creciendo su sensibilidad artística, fue cambiando su estilo hasta llegar a un impresionismo con una temática supremamente obsesiva, monótona y persistente. Es así como en cada composición va mejorando en luz y color, encontrando el camino de pintar sus cuadros desde el punto de vista del espectador y no del creador mismo. En su obra Lago de Maracaibo nos permite ser parte de la pintura sin estar en ella, demostrando armonía y proporción en los contornos, pero utilizando las degradaciones de colores para buscar la luz naciente dentro del cuadro. Es importante acotar que la obra nace de una sensibilidad innata y debe ser sentida o leída de igual forma, donde existe la belleza, puesto que produce placer y armonía. Aponte, a mi parecer, es un artista sencillo, un simple admirador de la naturaleza guiado por una fuerza apasionada por la misma belleza que desea expresar, fuerza quizás no explotada a su máxima expresión, pudiendo ser fuente y principio inagotable de riqueza. Aponte a pesar de no tener una educación formal en la pintura, nos muestra la existencia de la perspectiva, de la forma y del espacio además de un conocimiento sobre los colores. De esta forma, la pintura de Aponte es sólo para sentirla tal como es, sin teorías o conceptos empobrecedores porque podría de alguna forma alejarnos de su virtud.

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"No hay un momento en el que pueda decir: he trabajado mucho y mañana es domingo. Tan pronto como terminas, vuelves a empezar. Puedes dejar a un lado la tela diciendo que ya no la tocas más. Pero nunca puedes poner la palabra fin"

Picasso.

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