La Ornamentación. Estera Suramericana.
Alfredo Alfonso Torrealba.
Para ofrecer una pequeña noción del papel o rol que ha tenido la ornamentación en nuestra historia psiquico-artística, presentaremos la evolución de esteras o grecas de origen suramericano (específicamente de las poblaciones precolombinas de lo que hoy es el Norte de Brazil y del Perú), tomando en cuenta sus detalles más distintivos, las peculiaridades de su progreso, su extensión a lo largo del continente, así como también sus temas y objetivos iniciales y la posterior tergiversación de los mismos.
El Ornamento: marco teórico.
El carácter peculiar de la ornamentación puede establecerse desde diversos enfoques; sin embargo, en las últimas instancias de sus atributos, llegaremos a una expresión cuya pureza y claridad paradigmática reflejan la voluntad absoluta del pueblo que las realiza 1. Cuando nos remontamos al estudio de sus orígenes en las diversas civilizaciones humanas, nos encontramos con un aparente sentido en su evolución, cuyo proceso psíquico del arte (expuesto en marcos teóricos), se bifurca en dos corrientes: una promueve un estilo geométrico, origen de todas las formas ornamentales con exaltada expresión lineal o geométrica figurativa; la otra corriente afirma el estilo naturalista, basado en una visión ingenua, pero ciertamente aguda de la naturaleza2.
René Huyghe 3 ha tratado este punto con verdadero afán, al precisar tres posibles teorías del origen de las formas. A partir de su estudio podemos obtener una base común de referencia acerca de cómo el ser humano desde sus primeros tiempos ha logrado esbozar a partir del trazo (paralelas, cruces, dientes de sierra) la figura completa, el losange.
Origen de las formas.
La fuente abstracta: en las formas inventadas por el hombre, hay ante todo, una fuente abstracta. Estas surgen a veces de su cerebro o se plantean a partir de los supuestos de los que disponen las leyes fundamentales de su pensamiento, es decir, estas formas se producen a través de un acercamiento a las figuras simples de la geometría. Esta actitud confirma la practica de un principio claro e inteligible: un esfuerzo por reducirlo todo a la unidad, un esfuerzo por alcanzar la repetición, la simetría , la alternación, etc. 4
La fuente figurativa: confirma el principio animista o arte realista. Sugiere la representación del bisonte o del mamut y hasta del mismo ser humano (ejemplo: la latencia) 4
La fuente concreta: procede de las necesidades técnicas. Nace del azar, de la solución practica exigida por el uso de un objeto e impuesta también por su naturaleza material, para después convertirse en placer decorativo.
Y como si fuera una ley, dichas fuentes son proclives a combinarse en el momento en que se afrontan a que: toda forma nacida de la copia de un objeto real, tiende a estilizarse, o a obedecer cada vez más a las leyes fundamentales de simplificación y de ordenación, para luego alcanzar las formas abstractas de la figura geométrica. Sin embargo, cuando se ha llegado a este estadio, en el que se pierde su semejanza con el objeto real, el hombre no puede privarse de hacerle significar de nuevo algo en el grado de las analogías que le sugiere. Y así es obligada la representación, a hacer un esfuerzo por parecer de nuevo alguna cosa real (naturalizarse) o bien a convertirse en símbolo de alguna otra realidad 5.
Esta exigencia totalitaria que trasmuta en ordenación ornamental (fuente concreta), nos muestra uno de los sentidos del ornamento relacionado significativamente al formalismo.
Al hablar de ornamento nos referimos, en primer lugar, a la forma visual subordinada a una totalidad más amplia, que completa, caracteriza o enriquece. En segundo lugar, llamamos ornamental a un esquema organizado por un principio formal simple 6.
Estera Suramericana (período precolombino).
La estera suramericana propone una fuerte discusión a la hora de estudiar las circunstancias que enmarcan su origen.
En años recientes, la teoría más aceptada sobre el nacimiento de este tipo de estera, afirma el hecho fortuito-técnico sobre las teorías de esencial creatividad y abstracción premeditada, basados en las pruebas siguientes: aparente inexistencia de elementos artísticos previos al descubrimiento antropológico de la estera del sur de América y la existencia de un sistema manual de tejido y materia prima proclives e idóneos para sustentar un azar técnico 7.
Las esteras eran tejidas por cuartos sucesivos (a,b,c,d), y los tejedores primitivos entrelazaban sus elementos vegetales fabricando una cubierta de choza con palma de coco, ofreciendo involuntariamente un dibujo en losange. Pero cuando se yuxtaponen al azar estos fragmentos heterogéneos, el dibujo se trasforma en meandro (A,B,C).
Los ornamentos como el meandro reflejan el apogeo de este proceso a la par de otro (griego) basado también en formas en espirales. Sobre todo el meandro, que distinto en esto a la espiral, no tiene afinidad alguna con las estructuras orgánicas. Con el meandro, el afán de proyección sentimental a través de un devenir asombroso, se va apoderando de la línea muerta, rígidamente lineal, insuflándole una vida que parece orgánica por su intensidad y por su equilibrada armonía 8. Este aspecto(presencia de esteras en espiral y en lineal), permiten creer que la gama decorativa de cada una dispondrá de temas distintos. Gene Weltfisch 9 plantea que el trabajo elemental que consiste en hacer una estera entrelazando juncos, se practica por cuartos sucesivos de la superficie a obtener: resulta automáticamente un dibujo de apariencia bastante elaborada. No obstante, la pieza es de dimensión restringida. Cuando se quiere obtener una superficie más amplia añadiendo otras piezas, nos damos cuenta de que si el ajuste no es exacto o si el fragmento nuevo es de una proporción algo diferente, surgen casi milagrosamente y por pura casualidad meandros impecables.
La extensión de éste ornamento a través del continente se produjo en un principio por se elemento decorativo de peculiaridad simétrica lineal en la decoración de los exteriores de las choza. Después evolucionó en pequeñas dimensiones para reducirse más moderadamente a los interiores, conservando siempre la tradición del procedimiento del tejido y del enlace excepcional del ornamento.
Finalmente, los antropólogos han tomado parte activa en las investigaciones sobre la ornamentación y muy especialmente sobre este tipo de ornamentación primitiva de los pueblos precolombinos. Las hipótesis establecidas por ellos acerca del adorno lineal-geométrico no son muy profundas, como ya lo habíamos sugerido, pues niegan toda tendencia directa a la forma geométrica, sosteniendo que si ésta aparece en la ornamentación es debido a ciertos factores que no pasan de ser enteramente casuales.
Citas:
1.-WORRINGER, Wilhelm. Abstracción y naturaleza. Fondo de Cultura de México. México 1953. Pag. 60
2 .-WORRINGER,Wilhelm. Ibidem. Pág. 61
3.-HUYGHE, René. El Arte y el Hombre. Editorial Planeta. Barcelona. 1965, v-1. Pag. 14
4.-HUYGHE, René. Idem.
5.-HUYGHE, René. Idem.
6.-HUYGHE, René. Idem.
7.-Notas de clase de Antropología política. Escuela de Ciencias Políticas. Universidad de Los Andes.
8.-WORRINGER,Wilhelm. Op. Cit. Pag. 74
9.-WELTFISCH, Gene, citado en Artheim, Rudolf. Op. Cit. Pag. 170-173
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"El arte no es el que se ve, el arte está en la laguna...el arte es una salida hacia regiones no gobernadas ya ni por el tiempo ni por el espacio"
Marcel Duchamp, 1957.