Sed listos como las serpientes y suaves como las palomas.
San Ignacio de Loyola.

Las Reglas de Oro del Asesino

2-Valore si merece gastar una bala en ese ciudadano o ciudadana.

3-Mate solo, así nadie lo traicionará. Jamás dé su nombre y señas reales si trabaja con otros, o en el proceso del magno acontecimiento. Mate en privado, en una casa lejana, abandonada si es posible.

4-No mencione al elegido. No mencione el odio, el deseo de matar, ni a sí mismo.

5-Sepa todo sobre la víctima: gustos, costumbres, vicios, rutinas diarias, amantes, direcciones, y sobre todo qué tiene en la cabeza que vaciará el plomo.

6-Manténgase, en lo posible, lejos de la esfera social y laboral del futuro ángel, fantasma, nada (según sus creencias). Si lo encuentra por casualidad, sea simpático.

7-Elimine previamente todo sentimentalismo, culpa o alegría (no cante victoria), antes de ejecutar el acto supremo.

8-Si no logra vencer el miedo, hágalo a través de un sicario, pero tome precauciones, contrátelo indirectamente, por carta, por teléfono, etc.

9-Conozca a la perfección las características y el uso del arma: sea intriga, revolver, puñal, alambre, veneno, bomba, persona, etc.

10-Sorprenda: actúe el día, hora y lugar menos esperado. No falle.

11-Conozca la escena del crimen por ejecutar como la palma de su mano, así como todas las rutas de acceso.

12-Organice la huida con alternativas y distintas formas de transporte. Nunca use su vehículo.

13-Ensaye mental y físicamente el homicidio hasta que pueda realizarlo con los ojos vendados.

14-Esté seguro, no dude sobre la ejecución del acto y sus consecuencias (lea abajo los Fundamentos prácticos y éticos del homicidio).

15-Imagine todas las posibilidades de hechos que perturben o modifiquen el acto divino (víctima armada, guardaespaldas, alarmas, ataques de risa). Anticipe cómo reaccionar ante eventos inesperados.

16-Tenga siempre un plan B.

17-Actúe sólo cuando esté completamente planeada y organizada la ejecución del crimen.

18-Use guantes y ropa para el caso, no deje rastros o huellas: dedos, manos, piel, efluvios de glándulas sudoríparas, sangre propia (ADN), objetos, partículas, pisadas.

19-Sólo se permiten emociones en el instante de matar, pero antes y después el matador debe ser sólo razón.

20-Dese el gusto de matar con la propia mano y no estar presente, para las autoridades, en el momento del homicidio (organice su coartada).

21-Haga que el crimen parezca de otro plantando evidencia (esposa celosa o en celo, asaltante, socio).

22-Queme y desaparezca ropa, zapatos, armas, herramientas usadas. Queme fotos, cartas y todo lo que lo relacione con la víctima antes y después del crimen.

23-Si es posible, planee cómo sacar y desaparecer el cadáver. Diluirlo en ácidos es el procedimiento más eficiente, pues borra todo rastro o forma de identificación.

24-Desaparezca todo rastro de los ácidos y sus recipientes.

25-No vuelva nunca al lugar del crimen.

26-Jamás comente su epopeya (ni a su hermano del alma, nunca a su cónyuge).

27-Oculte dinero.

28-Ensaye una versión coherente de su coartada hablando lo menos posible, previendo todas las alternativas lógicas en un interrogatorio policial.

29-Tenga un escondite ajeno a sus lugares habituales, preferiblemente lejos. No salga si lo buscan.

30-Organice la manera de establecer puentes secretos con policías, fiscales, jueces, políticos en el poder, etc.

31-Si es arrestado, use su derecho constitucional a guardar silencio. Prepare la declaración con su abogado.

32-Resígnese a la cárcel si no hay alternativa.

33-Cuando cumpla su condena, vuelva a repetir el ciclo desde el numeral 1. Esa vez, le aseguro, será infalible.