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El problema de lo bello en el Hípias Mayor

Altaír Duran

Introducción

Establecer una definición de lo bello es una de las tareas más complejas que la estética y la mayoría de los filósofos relacionados con este tema se han propuesto abordar; en este sentido, Platón (427 a.c. – 347 a.c.) realizó por lo menos tres Diálogos donde aborda esta interesante y polémica temática. En esta pequeña reflexión escrita deseamos establecer algunas consideraciones acerca de la problemática de lo bello en el Hípias Mayor, para ello organizamos esta reflexión en tres capítulos.

El primero de ellos se títula El Hípias Mayor: Marcos referenciales, donde sintetizamos la relación de éste Diálogo con otras dos obras escritas por este filósofo, donde continúa explorando la problemática de lo bello pero en otros niveles. Asimismo, introducimos de manera firme la problemática de lo bello del Hípias que se irá analizando en los capítulos subsiguientes.

El segundo de los capítulos se titula El Tratamiento de la lógica en el Hipias Mayor, aquí esbozamos un pequeño análisis de lo que podríamos llamar la metodología lógica que utiliza Platón para obtener el conocimiento y el posterior estudio de las respuestas que da el sofista Hípias a las intrincadas preguntas de su interlocutor Sócrates.

Resulta interesante resaltar, que en este capítulo nos adentramos en una insipiente conclusión, en tanto que, decimos tomando del Diálogo, que lo bello no es una verdad conceptual. El tercero de los capítulos lo denominamos El problema de 1 lo bello en el Hípias Mayor, donde intentamos establecer un análisis de los ejemplos que propone Hípias, debería ser algo bello, así como también las consecuentes y lógicas refutaciones que realiza Sócrates a estos ejemplos.

En tal sentido, el Hípias Mayor propone la discusión de un tema que de por si, ya se da como complejo, es el caso que Sócrates asume que las preguntas que le dirige al insigne sofista, son realizadas por una tercera persona cuyo nombre se mantiene en incógnito en gran parte del Diálogo, lo cual nos indica la complejidad del tema a tratar en él: lo bello.

El Hípias Mayor: Marcos referenciales

El Hípias Mayor o de lo bello es un dialogo, escrito por Platón, entre Hípias (afamado sofista y embajador) y Sócrates (Filósofo), es el primer dialogo platónico que trata sobre lo bello, la belleza es el tema principal y fundamental del dialogo, porque se indaga de manera muy directa acerca de lo que es realmente lo bello y lo propone como un problema a resolver, cuando Sócrates le pregunta a Hipias qué es lo bello.

Se ha dicho que es el primer dialogo platónico que trata el tema de la belleza porque posterior al Hípias Mayor, Platón escribió el Banquete y el Fedro, en estos dos diálogos la belleza forma parte esencial del tema central, que se trata en cada uno de ellos.

En el caso del banquete el tema central es el amor, en este diálogo el amor está relacionado con la belleza porque dice que el amor busca la belleza al carecer de ella. En el Fedro que también trata del amor, la belleza se presenta como la meta final del amor y de la lógica (dialéctica). De acuerdo con esto Platón trata el tema de la belleza en tres diálogos; El Hípias Mayor, El Banquete y el Fedro.1

En el Hípias Mayor se hace poca referencia al arte, como también sucede en el Banquete y Fedro, esto demuestra que para Platón la belleza es independiente del arte pero no las desvincula, para él, entre el arte y la belleza hay un nexo frecuente de dependencia a través de la lógica, porque si se presenta el caso de relacionar una obra de arte con la belleza él no dice que la obra de arte sea una cosa separada de la belleza, por ejemplo en Hípias, se afirma que la Atenea de Fidias es una cosa bella, con esto se demuestra que por lógica una verdadera obra de arte tiene una relación de dependencia común con la belleza.

Sin embargo la belleza va más allá del arte, Platón está interesado en la belleza que se encuentra en todas aquellas cosas que se consideran bellas, y por eso él separa la belleza del arte, así se ve que en otros diálogos el problema de la poesía y del arte (como Ion y República) la belleza solo se menciona, no está unida al tema central como es el caso del Banquete y de el Fedro.

Es importante aclarar que el concepto de belleza que busca Platón en el Hípias Mayor va más allá de la belleza física, es decir; el problema no queda resuelto si solo se encuentra el resplandor de la belleza en su manifestaciones sensibles 2, o la belleza que resulta de una convención social (en este caso de la cultura griega), por tanto esta belleza que busca no puede ser pasajera, no puede ser relativa, o ser solo apariencia, la belleza verdadera (como luego lo afirma en Banquete) es eterna, permanente, general y absoluta.

El tratamiento de la lógica en el Hipias Mayor

En el Hípias Mayor Platón realiza una investigación de la belleza por cuanto considera la belleza como una de las verdades más altas, incluso en el Banquete pareciera que la belleza fuera la idea más alta y más pura, pero a diferencia del Banquete, en el Hípias el método que Platón utiliza para encontrar la respuesta que busca es un método conceptual, es decir, se propondrá obtener el concepto de la verdadera belleza a través de la lógica.

Tomar la vía lógica para Platón significa que el concepto solo se puede lograr por medio del pensamiento, porque el pensamiento tiene un compendio obtenido de las multiplicidad de las percepciones, por eso en el caso del Hípias, al buscar la verdadera belleza a través de este método, las fuentes de investigación solo pueden ser cosas perceptibles que se denominan bellos como objetos particulares (doncella, yegua, vasija, oro, marfil, etc.), convenciones sociales (las leyes, las costumbres, etc.) o los sentidos (oído y vista).

Este método solo sirve para conseguir una verdad conceptual, la verdad conceptual es aquella que se puede obtener con la lógica, por ejemplo sacar del cuerpo humano una mano, esto se puede comprobar y se cumple con el método lógico que busca comprobar si algo es verdadero o falso.

Por el contrario, no constituye una verdad conceptual aquello que no pueda comprobarse si es verdadero o falso, por ejemplo afirmar que se puede sacar de la mano un cuerpo humano esto por vía lógica no se puede comprobar, no es una verdad conceptua,l por tanto no puede obtenerse por vía lógica, en el Hípias Mayor se presenta este caso, se busca una verdad que no es conceptual con un método lógico.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Madrid: Espasa Calpe; 2001; define Lógica como: “.. La Ciencia que expone las leyes, modos y formas del conocimiento científico…”; es por ello que consideramos pertinente establecer esta definición por cuanto constituye el pilar fundamental de la metodología empleada por Platón en este Diálogo.

Por lo tanto, en el Hípias Mayor, se busca a través de la lógica el conocimiento de la idea suprema de la belleza, pero siendo la belleza una verdad que no es conceptual el camino ascendente para llegar al conocimiento más alto de, qué es verdaderamente la belleza.

Se llega solo hasta un nivel de conocimiento en el cual no se puede avanzar mas, en este nivel solo se logra entender; porque las cosas particulares que se denominan bellas no son lo bello, y la relación estrecha que existe entre el bien y la belleza. Con todo esto se demuestra que a través de una investigación científica se llega a laverdad que no es conceptual, en este caso la verdadera belleza.

El problema de lo bello en el Hipias Mayor

En el diálogo, el problema de lo bello, se plantea cuando Sócrates le pregunta a Hípias ¿Qué es lo bello?, y legitima su investigación estableciendo una analogía con otros fenómenos y sus fundamentos:

• Los justos lo son mediante la justicia.
• Los sabios lo son mediante la sabiduría.
• Todo lo bello lo es mediante lo bello

Con esto, Sócrates justifica su investigación y deja claro para Hípias que la pregunta no quedará satisfecha, si se responde con un objeto particular porque el objeto particular solo responde a la pregunta qué es bello, y lo que se busca es ¿Qué es lo bello? o sea la definición, esto quiere decir que la belleza no puede ser lo mismo que una cosa bella.

Primer ejemplo de Hipias (belleza relativa)

La primera respuesta de Hípias a la pregunta que plantea Sócrates es que lo bello sería por tanto una hermosa doncella, ésta es una cosa bella lo cual parece indicar que Hípias no logra entender la diferencia que hay entre una cosa bella y lo bello, Sócrates acepta que la hermosa doncella es una cosa bella y la compara con una hermosa yegua y una hermosa lira, Hípias confiesa que la yegua y la lira también son cosas bellas.

Cuando Sócrates le pregunta que de acuerdo a lo anterior una hermosa vasija también es una cosa bella, Hípias, aunque le cuesta, acepta que es una cosa bella con la condición de que para él la vasija es fea comparada con la doncella, con la lira o con la yegua, también admite que una diosa es más bella que una hermosa doncella, por tanto la hermosa doncella es fea comparada con la diosa, es decir, estas cosas bellas participan de mayor o menor grado de la belleza:

• Diosa
• Doncella
• Yegua
• Vasija

Con esto se demuestra que la primera definición, que propone Hípias, de lo bello no es lo bello porque la hermosa doncella es bella y fea al mismo tiempo, por lo tanto la belleza que hay en la doncella, y en todas las cosas bellas, es relativa.

Segundo ejemplo de Hípias (belleza aparente)

Hipias propone una segunda definición, que no deja de ser un ejemplo, en esta segunda definición lo bello según Hipias es un bien material, lo bello es el oro.

Sócrates acepta que si el oro es lo que hace a una cosa ser bella entonces Fídias debió usar oro para esculpir la Atenea, y sobre todo usar en las partes mas bellas de la escultura oro pero al contrario de esto lo que uso Fídias fue marfil, entonces Hipias afirma que el marfil también hace a las cosas bellas, con otro razonamiento Sócrates demuestra que en la escultura hay partes de mármol que también son bellas, por lo tanto Hipias afirma que el mármol también hace bellas las cosas.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Madrid: Espasa Calpe; 2001; define apariencia en su primera acepción corno algo: “Que parece y no es…” Definición esta que nos permite referimos al atributo que no tiene la cosa.

En este caso se estudia el oro (o el marfil y el mármol) como un atributo que le falta a las cosas bellas y al ser colocado ven las cosas estas obtienen la belleza, esto se descarta cuando Sócrates demuestra a Hipias que el oro (igual sucede con el marfil y el mármol) no son exclusivos de las cosas bellas puesto que no todas las cosas bellas son bellas porque se les coloca este material, y que de acuerdo con esto el oro, el marfil o el mármol son atributos que no tiene la cosa y no siempre hacen a las cosas bellas, esto se demuestra cuando Sócrates propone que la vasija hecha de barro no se convierte en una cosa bella si se le coloca una cuchara de oro, puesto que la vasija ya era hermosa sin este material.

En esta nueva argumentación, el oro (o cualquier atributo que no pertenezca a la cosa como el marfil y el mármol), no es aquello que hace a todas las cosas bellas, puesto que hay cosas bellas (como el caso de la vasija de barro) que no tienen estos atributos.

Todo esto también aclara que una cosa que no es bella, no conseguirá ser bella aún cuando se le coloque un atributo que se considere bello (como el oro) porque este atributo no pertenece realmente a la cosa, la belleza vendrá del exterior, es decir; en las cosas que se hacen bellas por algún atributo exterior (como el oro, marfil, mármol, etc.) hay una belleza aparente.

Primera definición de Sócrates (la belleza es lo conveniente)

En el caso anterior se demuestra que lo bello no es el oro porque una cuchara de oro no hace más bella a una hermosa vasija hecha de barro, de acuerdo con esto resuelta que una. cuchara de higuera hace más bella a la vasija, además de esto, la vasija con la cuchara de higuera puede utilizarse en la cocina y preparar con ella la comida, con lo cual se consigue que la vasija sirva para el fin específico para lo cual fue hecha, este fin específico que la vasija debe realizar no podría conseguirse si en vez de una cuchara de higuera se le coloca una cuchara de oro porque ésta, además, de no verse bien con la vasija de barro, la podría romper.

De acuerdo con este análisis Sócrates llega a la conclusión que si el atributo que se le coloca a la cosa bella, hace más bella a la cosa y además permite que logre sus fines específicos da como resultado lo bello, es decir, lo bello es lo conveniente, y esto se puede decir, es la primera definición propiamente dicha que aparece en el diálogo y que es propuesta por Sócrates: “… Lo que hace bella a una cosa es lo que a cada cosa le conviene…“. 3

En este sentido, y de acuerdo a esto, resulta que la cuchara de higuera es más bella que la cuchara de oro, para Hípias es difícil de aceptar que la cuchara de oro es menos bella que la de higuera, pero lo termina aceptando porque es más conveniente.

Entonces Sócrates partiendo del supuesto que lo bello es aquello que es conveniente, procede a tratar de probar si en realidad cumple con lo bello que se busca, pero tampoco lo conveniente resulta ser lo bello, porque como ocurre en el caso anterior, el razonamiento indica que la cuchara de higuera también es un atributo que no tiene la cosa, como ya se dijo antes si se quita este atributo de la cosa (si es bella) deja de serlo, por lo tanto, lo conveniente también es una apariencia y lo bello no es apariencia.

Tercer ejemplo de Hípias: Lo bello-temporal

Para este momento Hípias ha perdido la paciencia puesto que Sócrates le ha podido demostrar que en primer lugar, todas las definiciones que el afamado sofista ha propuesto constituyen simples ejemplos, alejándose de lo bello que están buscando y por esto Hípias se decide a exponer lo que él considera la definiciónde lo bello. Así lo argumenta:
Digo, pues, que en todo lugar, en todo tiempo, y por todo el mundo es siempre una cosa muy bella el buen comportamiento, ser ríen, verse honrado por los griegos, alargar mucho la vida, y en fin, recibir de tu posteridad los últimos honores con la misma piedad y la misma magnificencia con que han sido dispensados a sus padres y a sus mayores. 4
Con esto Hípias demuestra que como buen sofista 5, no consigue salir de los ejemplos para definir las cosas, además tiende a confundir la pregunta y responder con otra cosa como lo deja ver Sócrates; asimismo en una nueva respuesta Hípias se aleja más de lo que busca, puesto que aquí se proponen cosas cotidianas de la vida como la riqueza, la salud, el buen comportamiento, etc. Es por ello que, propone lo bello como algo temporal, manifestando su incapacidad para definirlo más cabalmente, es decir, lo bello no puede ser algo temporal.

Lo Bello como útil

Seguidamente Sócrates trata de acercarse a lo que busca retomando que lo bello puede ser lo útil, en este caso se estudia que si lo bello es lo útil, hay belleza cuando hay potencia (poder), para hacer cualquier cosa, contrariamente, lo feo es cuando no existe potencia. No obstante, si lo bello es la potencia para hacer cualquier cosa quiere decir al mismo tiempo, que lo bello es hacer tantas cosas buenas como cosas malas. Por consiguiente, esta afirmación no es cierta porque lo bello no puede ser malo, en tanto que, lo útil es diferente de lo bello.

Lo bello como el placer de los sentidos

Por último, Sócrates estudia si lo bello es el placer que produce el oído y la vista, que para los griegos constituyen los sentidos más inocentes, nobles y elevados y en esto se diferencian del gusto, el olfato y el tacto, puesto que, no son sentidos considerados nobles, inocentes y elevados. Aquí lo bello es el resultado de lo placentero, y éste es provechoso, puesto que el placer produce bienestar. Ahora bien, si lo placentero es provechoso quiere decir que el bien se produce por lo provechoso y lo útil de estos sentidos; empero, el bienestar no es algo bello.

La relación de lo bello con el bien en el Hípias Mayor

En este momento Sócrates afirma que la esencia de lo bello es un problema que, por lo menos con todas estas indagaciones no se ha logrado resolver. Aquí se demuestra que existe una relación muy estrecha entre el bien y lo bello, puesto que, en dos ocasiones se llega a una misma premisa, en que sólo se diferencia lo bello del bien.

Consecuentemente, el bien no puede ser lo mismo que lo bello puesto que, el bien es la causa y lo bello sólo puede ser efecto, de ahí que, no puede lo bello ser lo mismo que el bien. En El Banquete se retoma este mismo problema de la relación que existe entre el bien y lo bello 6, en donde se afirma que lo bello no es bien, pero no puede separarse de este; esta relación es el principio pitagórico que vincula el bien con la belleza. 7

Ya para concluir podemos aseverar que este Diálogo del Hípias Mayor establece desde el comienzo una problemática que sin duda, presenta la dificultad y complejidad de la indefinición, es decir, conceptualizar lo bello resulta para Platón una tarea que le llevaría posteriormente, en otro diálogo (Banquete) a afirmar que lo bello no es conceptual. Consecuentemente, podemos establecer que lo bello es una particularidad de la vida, del diario acontecer que se nos presenta inasible e indefinible.

Conclusión

Utilizando el método lógico Platón, en el Hípias Mayor no llega al verdadero sentido de lo bello.

El problema de lo bello es irresoluble, así lo deja ver inclusive en el primero y último párrafo del Diálogo, lo cual constituye a nuestro modo de ver una especie de advertencia a los lectores, dada la complejidad del tema a tratar en él.

En el Diálogo se comprueba que lo bello no es relativo, aparente, útil, ventajoso, provechoso, lo cual lo aleja de cualquier intento de definición total.

Sin embargo, el bien y lo bello mantienen como lo plantea Platón en el Hípias Mayor, una intensa relación que es motivo de otras discusiones.

Citas

1. Para efectos de este escrito tomaremos las siguientes ediciones: “Hípias Mayor” En: PLATÓN. Obras Completas. Vol. II (traducción Francisco Arroyo). Buenos Aires: Editorial Parrrua 1975; para el Fedro; Fedón. Madrid: Alianza Editorial; 1999. Asimismo para El Banquete. Madrid: Orbis; 1997.
2. Ángel Cappelletti. La Estética Griega. Mérida: Consejo de Estudios de Postgrado de la Universidad de Los Andes; 1991. Pág. 25.
3. Platón. Hípias Mayor. Pág. 236.
4. Ibíd. Págs. 236-237.
5. Ángel Cappelletti. Op. Cit. Pág. 20.
6. Platón. El Banquete. Págs. 85-86.
7. Esta vinculación recibe el nombre de Kalokagathía. Tomado de Ángel Cappelletti, Op. Cit. Pág. 21.

Bibliografía

CAPPELLETTI, Ángel. La Estética Griega. Mérida: Consejo de Estudios de Postgrado de la Universidad de Los Andes; 1991.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Madrid: Espasa – Calpe; 2001.
PÉREZ-RIOJA, José Antonio. Diccionario de Mitos y Símbolos. Madrid: Tecnos; 2000.
PLATÓN. El Banquete. Madrid: Barcelona; Orbis; 1997.
PLATÓN. Fedro. Madrid: Alianza Editorial; 1993.
PLATÓN. La República Tomo 1. Bogotá: Ediciones Universales; S/F.
PLATÓN. Obras Completas. Vol. II. (Traducción Francisco Arroyo). Buenos Aires: Editorial Parrua; 1975.
PLATÓN. Obras de Platón. Vol. III. Madrid: Alianza Editorial; 1974.

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