La influencia de Kant en la estética contemporánea
Adania Quintero
Preámbulo
La teoría estética de Kant es una de las teorías fundacionales de la estética en la filosofía moderna y lo es no por ser pionera, sino por ser una síntesis magistral del debate estético del siglo XVIII. La estética de Kant, se concentra en la primera parte de su Crítica del Juicio. Kant no denominó estética su teoría, sino Critica del gusto, mucho más acorde con sus intenciones.
La tradición de la crítica del arte, posterior a Kant, ha coincidido en reconocer en la “Crítica del Juicio”, una incidencia fundamental en el desarrollo de la noción de la autonomía del arte. Así, tanto las posturas que defendieron los Idealistas Alemanes, como las teorías de los Neokantianos fueron vistas y siguen siendo vistas, en cierto modo, como continuadoras de una manera de ver el arte, en su actividad autónoma, iniciada por Kant y que ha marcado pauta a lo largo del tiempo.
El presente trabajo se concentra en la autonomía de lo estético, descrito por Kant, en cuanto a como nos colocamos frente a lo bello y a lo sublime del arte y cómo este pensamiento Kantiano influyo de manera decisiva en el pensamiento de los filósofos contemporáneos. Mi propósito, en primer lugar es mostrar que en la “Crítica del Juicio” de Kant se apoyan unos y otros filósofos, es decir, quienes lo postulan como un autonomista y quienes lo niegan como tal.
En segundo lugar, busco señalar las razones que tienen tanto unos como otros para realizar dichas interpretaciones y de esta manera poder conocer la influencia de la estética de Kant en el pensamiento estético de otros filósofos, sea que éstos lo apoyen, lo rechacen o sean indiferentes.
La Estética de Kant
Justo será que, antes de comenzar a desarrollar este primer capitulo, aclare que toda la información que se pueda encontrar en el mismo esta basada en las enseñanzas dadas por el profesor en el aula de clase.
He decidido hacerlo de este modo ya que mi intención, cuando menos, es esclarecer de un modo sencillo el pensamiento estético de Kant y al investigar sobre éste personaje y su Critica del Juicio, me he percatado que las enseñanzas dadas por el profesor en el aula de clase, no sólo son lo suficientemente completas y claras, sino que a su vez son de naturaleza sencilla, para el entendimiento de todos, así, este primer capitulo se trata, de un análisis personal basado en las discusiones realizadas en clase, sobre Kant y su pensamiento estético.
Kant estuvo interesado en los juicios del gusto estético, lo que lo llevo a pensar sobre el arte y su autonomía, todo este pensamiento lo desarrolla en su estética: Según Kant la estética es la predisposición al sentimiento, puesto que incluye la capacidad del sujeto para percibir la belleza, por tal, el sentimiento para Kant será el vehículo por medio del cual se aprecia la belleza.
Según Kant, el arte da la misma satisfacción desinteresada que la belleza natural, resulta paradójico que el arte pueda cumplir un destino que la naturaleza no puede: puede ofrecer belleza y fealdad a través de un objeto, ejemplo: Una hermosa pintura de un rostro feo puede incluso llegar a ser bella. Esto es explicable gracias a que Kant no separa la obra de arte de la razón y sin embargo, le da a la obra de arte la categoría de sujeto.
En su obra “Crítica del juicio”, propone que los objetos pueden ser juzgados bellos cuando satisfacen un deseo desinteresado que no implica intereses o necesidades personales, puesto que el interés va por un lado y el gusto por otro. Además, el objeto bello no tiene propósito específico.
Los juicios de belleza no son expresiones de las simples preferencias personales, sino que son universales, pues aunque uno no puede estar seguro de que otros estarán satisfechos por los objetos que se juzgan como bellos, puede al menos decir que otros deben estar satisfechos, es decir, lo que a uno le gusta y que se exige de algún modo que también guste a los demás, por lo tanto, lo universal está en el sujeto, es una condición del mismo, pues es un carácter subjetivo.
Así, los fundamentos de la respuesta del individuo a la belleza, por lo tanto, existen en la estructura de su pensamiento, pues lo que se atrapa del objeto no pertenece al objeto, sino al sujeto mismo, sin embargo, es evidente que existe algo en el objeto que atrae al sujeto hacía él, una condición subjetiva del mismo, pero a final de cuentas para Kant todo pasa en el sujeto, es decir, la sensación queda en el sujeto, nace y muere en él.
Los juicios de gusto son juicios inútiles, son juicios estéticos que no son lógicos, no corresponden a ninguna lógica y podrán entran en el plano de lo ontológico, de esta manera para Kant, el juicio de gusto no es un juicio del conocimiento ya que nada aporta al conocimiento mismo.
Los juicios de gusto son absolutamente puros, puesto que los mismos no involucran ningún interés, cuando un juicio lleva consigo un interés específico y responde de alguna manera a una intención demostrada, no se trata entonces de un juicio de gusto, sino de una simple opinión.
Veamos, cuando un sujeto siente complacencia ante un objeto, dicha complacencia se encuentra condicionada por un juicio, si a su vez dicho juicio involucra un interés, estaríamos ante una simple opinión y el objeto sólo sería agradable, si por el contrario, el juicio no involucra ningún tipo de interés, sino un total desinterés, estaríamos ante un verdadero juicio de gusto y el objeto en sí sería bello, pues el mismo gusta sin ningún tipo de interés en ello.
Es por todo lo expuesto anteriormente, que Kant nos habla de dos tipos de belleza: La belleza adherente, la cual involucra un interés y es conceptual, por lo tanto lógica; y la belleza pura que es desinteresada y conceptual.
De este modo caemos entonces en lo conceptual y lo aconceptual, es decir, en lo lógico y lo ontológico; Kant nos habla de que existen conceptos y que estos su vez pueden ser conceptos puros y conceptos a priori, estos últimos según Kant son aquellos conceptos con los cuales nacemos y que no tienen explicación.
Sin embargo, a mi modo de ver esta idea de Kant no soluciona el problema, sólo lo encajona dentro de otro problema aún mayor, es simplemente una forma de zafarse momentáneamente del problema en sí, pues Kant, al huir de la ontología, cae, sin advertirlo, prisionero de ella.
Pese a esto, Kant descubre algo ciertamente interesante y es que existen conceptos que no funcionan como conceptos, puesto que no atrapan al objeto que se intenta conceptualizar, de allí que los verdaderos juicios de gusto sean aconceptuales y no respondan a ningún tipo de lógica o interés.
Razón que explica, por qué el arte se encuentra justo en la línea divisoria entre lo conceptual y lo aconceptual, puesto que es evidente que el arte es un concepto y bien conocido, pero a su vez el arte posee la particularidad de ser inexplicable en su naturaleza sublime, en su atemporalidad y en su estar fuera del devenir, como vida detenida, lo que lo aleja totalmente de cualquier concepto y lo lleva irremediablemente a formar parte de un plano totalmente ontológico.
Por lo tanto -y con esto termino este primer capitulo- debo decir que, la grandiosidad de la estética de Kant, recae en el hecho de que separa definitivamente los canales conceptuales y aconceptuales, es decir, establece una clara división entre los juicios lógicos y los juicios de gusto. Así, en todo caso y por ejemplo: Útil y bello son dos conocimientos completamente distintos y no son lo mismo por más que estén presentes, ambos, en un mismo objeto.
La Influencia de Kant en la Estética Contemporánea
– Reflexiones –
Durante años hemos vivido dentro del pensamiento Kantiano: Se ha respirado como una atmósfera y ha sido a la vez nuestra casa y nuestra prisión. En la estética de Kant están contenidos los secretos decisivos de la estética moderna, sus virtudes y sus limitaciones.
La estética de Kant es una de las adquisiciones eternas de la humanidad que es preciso conservar para poder avanzar a otra cosa más allá de ella; es indiscutible que el pensamiento estético contemporáneo ha aprendido algo de Kant y su estética, además ha utilizado a gran escala sus ideas.
El sistema de Kant y el de sus descendientes y seguidores ha quedado en la historia de la filosofía con un titulo muy bonito, se le llama “Idealismo” y es éste uno de los mayores edificios que han sido fabricados sobre el planeta. Más que la “Critica del Juicio” lo que caracteriza a Kant en la historia de la filosofía, es el haber hecho de la estética una pieza esencial en su sistema ideológico.
Hoy en día de algún modo, se ha juzgado el criticismo de Kant como poco riguroso y por otro lado su idealismo ha sido considerado como cargado de subjetivismo, a pesar de esto, es innegable que todo el mundo siente que Kant no ha muerto.
Entonces: ¿Qué hay de actual y de vivo en Kant? ¿Cómo se puede entender esa situación contradictoria? A mi modo de ver, la estética de Kant y los pensamientos formulados en sus libros, no han muerto, pero sí son un poco inactuales, más no erróneos y es lógico, puesto que las ideas de Kant las poseemos hoy en forma superior y más claras.
En cambio, lo que hay vivo en Kant es su gran problema, el cual toca y gracias a él llega a nuestros días, este problema es más hondo que las soluciones Kantianas, pues Kant no lo domina, se zafa del mismo diciendo que no tiene explicación, sin embargo, lo entrevé, lo palpa, lo tropieza. Ahora bien, nosotros nos encontramos casi en la misma situación, es decir, que su problema es el nuestro, es lo que no dominamos.
Aún en la contemporaneidad, por eso es lo vivo en Kant y dicho problema no es más que la “Ontología” de la cual intenta escapar Kant, pero de la que termina siendo prisionero, al igual como prisioneros seguimos siendo nosotros, al no poder explicar lo inexplicable que claramente se escapa de nuestro conocimiento, en la medida en que es y sigue siendo un problema sin explicación lógica.
Así lo da a conocer Ortega y Gasset (1983:53)
“Kant tiene, por lo pronto, otro significado que es el nuevo, el original, el insospechado. Kant — sin darse tal vez cuenta perfecta de ello — ha modificado el sentido de la pregunta ontológica y, en consecuencia, la significación de la respuesta”.
Por otro lado, el gran aporte de Kant consiste en mostrar que la actitud cognoscitiva, la moral y la estética, son disposiciones de la misma racionalidad humana, en la cual, las mismas facultades se ordenan de una manera diferente y autónoma.
La visión Kantiana sobre la estética no sólo ejerció una enorme influencia en la estética idealista, sino que, además, su influencia y la de la estética idealista, partidaria de Kant, en general, impregna más que cualquier otra el discurso estético contemporáneo y también, como ya se ha dicho, la verdadera grandiosidad de la estética de Kant, recae en el hecho de que separa definitivamente los canales conceptuales y aconceptuales, es decir, establece una clara división entre los juicios lógicos y los juicios de gusto.
La Influencia de Kant en el Pensamiento de los Filósofos Contemporáneos
– Estética Contemporánea –
Cuando se habla de influencias, a nuestra mente, viene de inmediato la reflexión acerca de todo aquello que de algún modo repercutió en otros, es decir, cuando hablamos de las influencias de Kant, podríamos pensar que se trata de todas las ideas Kantianas que animaron y estructuraron el pensamiento de otros filósofos, pero una influencia no sólo significa la aceptación y beneplácito de una idea, sino también, el rechazo y oposición a la misma, puesto que de este modo, igualmente cumple una misión, la cual consiste en descubrir que una determinada idea puede ser un error.
Así, sin esa magnifica experiencia del despertar del error, una nueva filosofía sería imposible, por lo tanto, influir en alguien no sólo es que éste acepte nuestras ideas, sino también que las rechace, puesto que aceptando o rechazando de igual forma se producen efectos sobre otros, a continuación se presentan algunas influencias de Kant sobre el pensamiento de ciertos filósofos.
Veamos: sin duda, la influencia directa más clara de la filosofía estética kantiana la encontramos en primer lugar en el llamado “Idealismo Alemán” (Fichte, Schelling y Hegel), movimiento filosófico de la primera mitad del siglo XIX y que tiene su origen en Kant; estos filósofos siguen a Kant en algunas de sus tesis principales, como es el caso de la “Critica del Juicio”, haciendo uso de sus planteamientos; por ejemplo: potencian el papel activo del sujeto; para Kant el sujeto es activo en el sentido de que influye en lo conocido a partir de sus estructuras aprióricas (conceptos a priori).
De este modo, para Kant todo pasa en el sujeto y ésta idea es radicalizada y usada por el Idealismo Alemán. Una segunda corriente derivada del pensamiento kantiano que pretendían ser una reacción frente a las interpretaciones idealistas de Kant, presentando una versión del autor mezclada con el positivismo, lo cual dio lugar a una nueva corriente filosófica, que posteriormente a estos pensadores se les llamo Neokantianos. Estos derivaron en otras propuestas, relacionadas unas con el existencialismo y otras con la fenomenología; por otro lado, el empirismo lógico no aceptó las ideas kantianas.
Sin embargo, es menester aclarar que en el presente trabajo sólo nos interesa las influencias ejercidas por la estética de Kant, sobre el pensamiento también estético de otros filósofos, en vista de esto, se han escogido tres de ellos, con la finalidad de dar a conocer, en la medida de lo posible, las repercusiones de la estética de Kant, veamos:
La idea Kantiana de una autonomía del juicio de gusto, es la clave en la idea de la determinación objetiva de la belleza en la estética de Schiller. Kant piensa en este placer desinteresado y libre que es la belleza, en cuanto es percibida en el sujeto sin representarnos ningún fin; a partir de esta definición se pueden desprender dos conceptos: El problema de la belleza pura y la belleza adherente.
Los planteamientos de Kant dejan entrever su mayor consideración por la belleza pura, en Schiller este será el punto en que desviará su argumentación de las ideas de Kant, optando por la belleza adherente para conducirla hacia la belleza artística, por lo tanto, la deducción del concepto de belleza de Schiller se aleja aquí de los presupuestos kantianos.
Otra tesis (central que analiza Schiller es la universalidad subjetiva del juicio de gusto, que Kant denominaría “La autonomía del juicio estético”, el juicio de gusto ha de ser universal, pero no una universalidad avalada por conceptos, sino más bien subjetiva. Sehiller se basa en la suposición universal de la humanidad, para el ejercicio de la razón, como una acción comunicativa, aquí tenemos cierto paralelismo con los planteamientos de Kant en torno al elemento colectivo.
Para Schiller, el sentimiento de lo sublime es mixto, es una mezcla de dolor que se eleva exteriorizándose como estremecimiento, eufòrico, hasta llegar al éxtasis y precisamente Kant postula lo sublime de una manera muy similar, para este último lo que respecta a lo sublime es un encuentro de dos emociones o sentimientos contradictorios -dolor y placer- es una combinación de emociones opuestas siendo esta, por tal, una clara influencia de la filosofía Kantiana en el pensamiento de Schiller.
El carácter preparatorio de lo estético es de procedencia kantiana, como lo dejamos en evidencia en el párrafo anterior y la herencia que Schiller recibe de Kant y que hemos expuesto, nos ayuda a corroborar la presencia de la estética kantiana en el pensamiento estético contemporáneo.
Por otro lado, la idea que Schelling va a tener de la estética Kantiana será basada en la imagen que tenía sobre las ideas del mismo, es decir, de Kant.
Según Schelling, Kant analizó el término “belleza”, mediante su crítica del juicio, pero el análisis de ese término dejó descuartizado al cuerpo de lo bello y cuando se intentó lograr la síntesis ya era tarde para recuperar lo que era un cadáver, tal va a ser, a grandes rasgos, la visión que Schelling va a tener de la estética Kantiana y él, se aplicará a intentar reunir, coser y coordinar el término “belleza”, en un nuevo cuerpo vivo.
En Kant el concepto viene a ser un límite o barrera de lo bello; sin embargo, en la belleza, a juicio de no pocos autores románticos como es el caso de Schelling, no debiera haber límites, salvo los inherentes a la materia utilizada para cada obra, cuyos moldes serían transcendidos por el sentido de la experiencia estética.
El juicio estético queda, de este modo para Kant, sólo en el ámbito de lo subjetivo negando toda objetividad, así, la posible objetividad de una obra de arte queda sepultada.
En vista de ésta separación entre lo objetivo y lo subjetivo, Schelling será justamente quien señale la noción del Todo como Absoluto, para así intentar resolver los problemas producidos por tantas separaciones y distinciones opuestas e irresolubles determinadas por Kant.
Dicha noción sería para Schelling algo no apto para clasificaciones que lo limiten como ocurría en Kant, sería un punto en el que lo bello no es sólo lo que place universalmente y que no se debería única y exclusivamente a lo subjetivo, sino también a cualquier objeto, de manera que incluso los feísmos podrían entrar de lleno en el mundo de la estética romántica que representa Schelling.
La belleza absoluta se funde con el todo, más allá del límite de lo racional, donde yace el absoluto, pero como dice Schelling, todo es belleza considerado desde el punto de vista de la totalidad; lo perverso, lo feo, en cambio, consisten en una simple privación y sólo tienen que ver con la contemplación temporal de las cosas y en este sentido es cierto que hasta lo más repugnante sería bello; lo cual no significa que todo sea igualmente bello, sino que lo que denominamos feo es menos bello que otros objetos.
Esta es la idea básica del pensamiento estético de Schelling, la cual discierne y al mismo tiempo hace uso de la idea Kantiana, puesto que la idea estética de éste último le sirvió a Schelling como un trampolín, que le permitió superar lo que para él era un error.
También, de varias maneras, Schopenhauer puede ser llamado un Kantiano, pero él no convino siempre con los detalles de las discusiones de Kant, Schopenhauer reconoce que se vio influido por Kant para su visión del idealismo trascendental.
Sin embargo para Schopenhauer, Kant incurrió en muchas equivocaciones al formular su filosofía. La clara influencia de Kant sobre Schopenhauer se expresa a través de una diferencia entre ambos, diferencia a su vez determinada mediante una disensión del pensamiento Schopenhaueriano del pensamiento Kantiano, diferencia que radica en la dicotomía sujeto-objeto de Kant, veamos:
Para Schopenhauer la relación sujeto-objeto es indisoluble, es el núcleo esencial de su metafísica y alcanza una dimensión especial en el momento de la experiencia artística y de la contemplación estética, esto es según Schopenhauer, por otro lado, Kant establece que todo pasa en el sujeto y que aquello que se atrapa del objeto no pertenece al objeto en sí, sino al sujeto mismo.
Schopenhauer defenderá su relación sujeto-objeto, pues para este el sujeto y el objeto son indisolubles, en el instante en que es posible una emancipación de las facultades cognoscitivas humanas, respecto a la voluntad, ya que, en ese estadio la inteligencia humana obtiene una libertad de movimiento tal, que puede llegar a alcanzar una visión de la realidad completamente distinta.
En múltiples ocasiones nos recuerda Schopenhauer que tal liberación es difícil y en cualquier caso, siempre transitoria; a ella pueden acceder todos los seres humanos, pero, de hecho, acceden muy pocos; experimentarla lleva consigo una profunda transformación en nuestro modo de conocer la realidad, puesto que por medio de ella damos el salto de un conocimiento conceptual a un conocimiento esencial.
En efecto, la experiencia estética es la vía Schopenhaueriana destinada a un conocimiento de la esencia de la realidad y el modo para alcanzar dicho conocimiento y liberación es a través del arte, pues es el arte, según Schopenhauer, el único estadio del conocimiento que puede convertir al hombre en un ser feliz.
De este modo para Schopenhauer, la experiencia estética y por ende el arte, es un medio que permite eludir el angustioso mundo de la experiencia cotidiana; Schopenhauer dio un fuerte sentido al valor estético, el cual será un molde intuitivo y perceptivo en sus ideas y teorías.
Schopenhauer dio a la estética y a la belleza un lugar central en su pensamiento, como muy pocos otros filósofos lo han hecho. Su realismo estético es una negación a la excesiva fundamentación subjetiva de Kant.
Kant fue un pionero filosófico, que analizó la autonomía del arte. Su mensaje básico tiene gran mérito, lo cual Schopenhauer ciertamente aprobó. Sin embargo, como pionero, mucho del trabajo de Kant es impreciso e incompleto. Schopenhauer se da a la tarea de poner en orden la filosofía de Kant y a su modo de ver de enmendar los errores que el mismo cometió.
Conclusión
Kant es sin lugar a dudas el mayor filósofo alemán del siglo XVIII y uno de los más entusiastas impulsores de la Ilustración. Desde un punto de vista estrictamente filosófico, cabe destacar la titánica tarea crítica que Kant se propone, sometiendo a la razón teórica y a la razón práctica a un riguroso examen. Kant enlaza ambas formas de razón en la “Crítica del Juicio”, en la que estudia la finalidad de la naturaleza y el juicio estético, basado en la autonomía del arte.
Por supuesto, tal cantidad de aportaciones ejercerá una influencia nada desdeñable en toda la actividad filosófica posterior y llegará hasta nuestros días. Pero, dejando a un lado la perspectiva filosófica, hay que destacar el papel que jugó Kant en su tiempo, sus reflexiones sobre aspectos prácticos como la Historia, la Política o la Religión fueron discutidas en su época y gracias a esto Kant fue una de las personalidades más influyentes del panorama intelectual europeo del siglo XVIII.
Por todo ello, Kant es sin lugar a dudas uno de los autores más influyentes de toda la modernidad y se ha convertido en un punto de referencia inexcusable en campos tan diversos como la ética, la teoría del conocimiento y como se ha visto a lo largo de este trabajo en la estética. Por lo tanto, es lógico que Kant haya servido como modelo o base de pensamiento a otros filósofos y que sus ideas hayan repercutido de una u otra forma y de manera muy influyente en la estética contemporánea.
Referencias Bibliográficas
Kant, (1790). Crítica del Juicio. Madrid: Espasa (1982).
Ortega y Gasset, J (1929). Reflexiones de Centenario. Madrid: Alianza (1983).
Pucciarelly, E (1980). Filosofo del Arte: Estudio preliminar sobre el arte en la filosofía de Schelling. Madrid: Espasa — Calpe (1980).
Schopenhauer, A (1818). El mundo como y la representación. Madrid: Dover (1969).
Sehiller, F (1800). Kallias: Cartas sobre la educación estética del hombre. Barcelona: Iberia (1957).
Nota:
El Primer capítulo se baso en las enseñanzas, ideas e informaciones dadas por el profesor en clase.