Ya que toda curaduría es una propuesta de lectura sobre una selección de objetos de valor de una colección dada, es evidente que es tan sólo una de las posibles relaciones entre dichos objetos, una elección conciente que los recorta – por decirlo así – sobre un fondo cultural particular: una intención. El curador ejerce, de esta manera, un efecto de generador de opinión o de difusor de ideología; tanto los curadores como los públicos deben estar conscientes de esta función didáctica, de la responsabilidad que implica y la primera es el respeto por el público. El curador, siendo un especialista, debe hacer su discurso accesible a todo el que quiera entenderlo y saber diferenciar a qué tipo de públicos se dirige. La importancia creciente de la figura del curador en los últimos tiempos, por su posición clave en la intermediación entre los patrimonios – sobretodo los artísticos – y los públicos, ha generado actitudes distorsionadas en sus actuaciones con mucha frecuencia. Se puede decir que – junto a la expansión del campo profesional de los curadores como operadores de negocios internacionales – se ha globalizado la actitud del curador que se erige como árbitro indiscutible del gusto popular, al punto de impedir toda comunicación espontánea de los públicos con los artitas y siempre obligándolos a someterse a la autoridad de un curador. Estos deciden quiénes son considerados artistas válidos en cualquier eventualidad, cuáles artistas son “buenos” o “malos” cual valores absolutos, cómo debe ser entendida su obra sin polisemias y – demasiado a menudo – cuánto vale su obra intelectual y monetariamente. Esto se parece demasiado a una operación de cartelización de mercados, para no pensar que algunos inconfesables fines guían las acciones de una parte significativa de los Curadores actuales. Por supuesto no todos estos profesionales se comportan de esta manera, muchos se desempeñan con dedicación y entrega a su trabajo en las incontables instituciones que resguardan los patrimonios a nivel mundial; sin embargo, sí existe una tendencia muy notoria que permite detectar fuerzas poderosas operando a un nivel más profundo.
1.- manual de estilo del arte contemporáneo.
Escrito por el prolífico artista Pablo Helguera, es un irónico, y muy realista, manual de urbanidad para desenvolverse en el competitivo medio del arte en Nueva York.
Conocer más sobre el autor: ( http://pablohelguera.net )
2.- Programa de Especialización Investigación y Curaduría de Arte Museo Alejandro Otero y Universidad de Los Andes.
Jesús Fuenmayor.
3.- Anotaciones sobre "La Curaduría en los 90".
María Luz Cárdenas.
Los textos aquí publicados y los documentos relacionados, así como los videos y sitios web incorporados, son de selección del autor pero están sometidos a debate. Esto quiere decir que si algún estudioso o especialista tiene opiniones justificadas contrarias o hasta contradictorias, ellas pueden ser incluidas en el sistema de participación mediante el envio de un comentario. Por supuesto existe una instancia de validación como en todo foro profesional. Nuestro interés es construir una superherramienta para la Curaduría Latinoamericana, que abarque realidades tan distantes culturalmente y geográficamente, pero unificadas por la historia y la biodiversidad. Y por una conciencia latinoamericana.
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El inicio del proyecto VEREDA (Venezuela Red de Arte) data del año 1997. Fue impulsado desde el Departamento de Historia del Arte y formulado en principio como un servicio provisor de contenidos destinados a la enseñanza de la mención de Historia del Arte, administrada por esa dependencia. El proyecto contó con el apoyo del Decanato de la Facultad de Humanidades y Educación de La Universidad de Los Andes.
La Universidad de Los Andes, consecuentemente suscribió la Declaración de Berlín sobre acceso libre a la información académica y científica (incluyendo las Ciencias Sociales), que presupone un mundo donde la información científica y educativa está al alcance de todos. Compartimos la creencia que es la única salida al gap tecnológico entre los países poderosos y aquellos sometidos, por su ignorancia y por la fuerza.
De la misma manera adherimos las propuestas del desarrollo del Software Libre, o no propietario y de código abierto, como la manera de democratizar el uso de las redes telemáticas: Conocimiento Libre sobre Software Libre, esa es la vía de la Internet del futuro.
Y sobre el tema de los derechos de autor que preocupa a tanta gente todavía (los que los tienen, sobretodo) hemos incluido los estándares y propuestas de la organización Creative Commons, con un video explicativo, para los que comienzan a liberar y compartir derechos autorales en Internet. Por cierto los derechos morales son inembargables en todas las legislaciones del mundo.
Es entonces un proyecto educativo para proporcionar información a nuestros estudiantes y a los de las demás universidades Latinoamericanas hispanoparlantes. Desde el principio VEREDA fue concebida como una sola base de datos que con el tiempo podrá hacer operaciones de relación de contenidos con inteligencia artificial como las propuestas por la Web Semántica. Adherimos todavía este ambicioso proyecto de la W3C.
En Venezuela las políticas sobre Internet han sido, por decirlo de algún modo, contradictorias, por eso hemos adherido la propuesta de Internet Prioritaria, iniciativa emanada desde la ULA. Contiene, además, importantes propuestas para usar racionalmente las redes telemáticas.
De la misma manera que hemos puesto en alto el nombre de las humanidades en el contexto tecnológico suramericano, nos proponemos prontamente ir al uso de redes avanzadas, es decir Internet 2, a través de REACCIUN, para conectar mejor y con visión de futuro a nuestros fieles y estudiosos Internautas, cuyas visitas nos colocan como el más antiguo y concurrido portal sobre Arte y Humanidades en lengua española, en toda Latinoamérica.
Por todo lo expuesto, a esta nueva versión de VEREDA la hemos llamado VEREDA PRO WEB 2.0. Y le deseamos, como a la anterior, suerte y larga vida, artificial por supuesto.
JAJ / Agosto 2010