Kandyskyando. Dos tipos de artistas
Carlos Gómez
Hay dos tipos de artista. El que realmente lo es y el que no alcanza tal nivel, aunque a veces no se de cuenta y siga trabajando en lo que considera arte.
Kandinsky dice que toda expresión artística es producto del contexto histórico que rodea su creación, pero su carácter artístico está determinado por como el artista, a pesar de ser determinantemente influenciado por su presente histórico, logra que su obra pueda cautivar a un espectador no solo contemporáneo, sino también a las generaciones siguientes.
Esta debería ser la meta de cualquier creador, y se tiene que lograr por medio de solo instrumento: el alma.
Ciertamente, el artista debe plasmar sus ideas, su constitución interna esencial, ese yo único que tiene dentro, con la firme intención cargar su obra de contenido.
Pintores pueden haber muchos, y de excelente técnica, capaces de reproducir la realidad de una manera perfecta, usando los mas avanzados estudios geométricos, físicos o anatómicos. Esto es muy importante y puede llegar a causar una buena impresión en el observador. Pero no es suficiente…
Un pintor que quiere trascender y ser recordado de forma eterna y universal, claro que debe pintar sin insuficiencias una técnica, estudiar con mucho rigor para dominarla.
Pero esto sería la mitad de su desarrollo, aunque ya podría empezar a vender cuadros y vivir de eso. Es así como nos encontramos con el primer tipo de artista: llamémoslo el empresario, solamente interesado en el dinero.
Esto no es criticable de ninguna manera. Este artista es un hombre con talento técnico y con cierta creatividad, y si vende muchos cuadros debe ser por algo. Pero la pregunta es: ¿Su trabajo será valorado de aquí a mil años, y su nombre aparecerá en los libros de Historia del Arte?
La respuesta la podría dar el tiempo. Pero Kandinsky nos dice: el que crea solo con un afán materialista, sin pensar en ese algo de su alma que debe proyectar, no saldrá nunca de su lujosa Mansión sin saber que hacer con el exceso de dólares.
Es por esto, que se puede definir muy fácilmente el segundo tipo de artista. Debe ser una persona capaz de hacer dinero, pero sin pensar en este cuando trabaja en su taller, dando rienda suelta a todo su saber y a todo lo que lo conmueve desde lo mas profundo de su ser. No hacer “arte por el arte”, sino representar algo con, por lo menos, una reflexión, algo que produzca en los observadores una reflexión sobre si mismo.
En este momento histórico posiblemente hay muchos haciendo lo suyo de estas dos maneras. Seguramente uno los puede distinguir siendo muy arriesgado. Pero, para mayor certeza es mejor esperar y que sean otras personas, que no han nacido aún, las que aprecien lo verdaderamente trascendental.
Moscow I, Wassily Kandinsk, 1916