Gunnar Murzi

Del amor al arte

Amar el arte puede ser sólo una relación unilateral si no se le permite actuar en nosotros mismos con naturalidad. Por ser las artes plásticas una sensibilidad a la belleza por el placer, igual que la música, tiene tanto que ver con los sentidos que con la razón. La filosofía es una habilidad meramente racional, no implica ningún movimiento de nada que no sea el pensamiento.

El arte y la filosofía, Antigua es la discordia entre la filosofía y la poesía, porque comprendemos que somos hechizados por ella, pero no es licito traicionar lo que parece verdadero. (Platon. La República 607 B)

Amar el arte es menos una razón que un estado emocional a la razón absurda, un puente cristalino e intangible que une al observador con lo observado.

Como el amor a primera vista, lo que muchos encuentran bello en el arte es también lo que enamora a primera vista.

El arte bello es como una mujer muy bella, que flirtea descaradamente con cualquiera, sin que esto pueda afectar de ninguna manera su intachable reputación.

Esta libertad de amar le permite al arte cobrar vida, fundamental para un artista, que primero debe engañarse a si mismo para poder crear en otros la ilusión que hace pensar que el arte sea bello.

Pues amo al arte porque en el consigo consuelo a mi melancolía, y se que me ama cuando se desnuda frente a mi y exige dulcemente ser amado.

Entonces a quien el arte posee otorga el donde vivir a través de sus manos.

Su concepción un inmaculado desorden de talleres donde yacen ebrios el modelo y el pintor con manchas de pintura y accesorios de teatro.

Pygmalion y Galatea

Pygmalion famoso escultor de Chipre, para no quedarse completamente solo decidió hacer una estatua femenina de marfil, tan perfecta que acabo enamorándose de ella. Durante un fiesta de Venus, Pygmalion pide a Afrodita una mujer igual. Entonces, la diosa conmovida, le dió vida a la estatua llamada entonces Galatea, quien luego le daría luz a dos hijos del escultor.

De la pureza de la línea

“La contemplación. Parecería que ella sola (el arte de contemplar) se ama por si misma; pues nada se obtiene de ella excepto la contemplación, mientras que de las actividades practicas conseguimos algo mas o menos además de la acción. Y se piensa que la felicidad esta en el ocio, estamos ocupados para tener ocio y combatimos para tener paz. (Aristóteles, Ethioca Nicomach 1177b1).

Con respecto a las imágenes eróticas griegas abundantes en su época, sencillas pero muy sugerentes.

El dibujo es como la escritura, se entiende mejor cuando se es diestro en la caligrafía. Igual que las palabras, estas otras líneas conservan intacto su contenido esencial de la cultura como un antiguo perfume bien conservado. Son líneas de una limpieza tan cristalina que permite ver directamente a través de la materia, hacia el mundo de las ideas. Mostrando con sorprendente carencia de tabúes los rincones mas oscuros de la intimidad humana con elegante discreción y mesura de detalles. Una franqueza casi infantil que hace lucir inocentes a las situaciones menos decorosas.

Eros los mitos Órficos y Homéricos de la creación

Los órficos dicen que la Noche de alas negras fue cortejada por el viento y puso un huevo de plata en el vientre de la oscuridad; Eros, llamado Phanes por algunos, fue incubado de este huevo y él puso el mundo en movimiento.

Eros, de doble sexo, alas doradas, cuatro cabezas. Algunas veces brama como un toro o ruge como un león, a veces como una serpiente o como un cordero.

La Noche se desplegaba a ella misma en una triada: Noche, orden, justicia. Vivía con Eros en una cueva, lo llamó Ericepaio y Protogenus Phaeton. Phanes creó la tierra, el cielo, el sol y la luna, pero la Diosa triple regia el Universo, hasta que su cetro pasó a manos de Urano. (Homero: Iliada XVi.201 Fragmentos Orficos 60,61 y 70).

“Eros, hijo de Afrodita por Hermes, Ares o por su propio padre Zeus; o el hijo de Iris por el viento del Oeste (Zefiro).

“Eros, un niño salvaje que no mostraba respeto por la edad ni por la estación, volaba con sus alas doradas, disparando flechas al azar encendiendo los corazones en fuego con sus terroríficas antorchas”.

“… Eros nunca fue considerado un dios suficientemente responsable para figurar entre los doce dioses regentes del Olimpo”. (Himno Orfico V Cicerone, de la naturaleza de los dioses).

Del pecado original

Idea generalmente cristiana de la que proviene el ritual del bautizo como solución a la suciedad implícita del acto de nuestra concepción.

Como resultado, se confinan a los placeres de la carne al reino de lo pecaminoso.

Solo se justifica la actividad sexual por la mera intención de procrearse.

El pudor imperante, consciente de su vulnerabilidad, se refugia en una separación de lo carnal y lo espiritual.

En la sociedad gótica, la libertad de la representación erótica era drásticamente inaceptable

Debido los dogmas culturales represivas, la representación erótica se abre a gritos en el arte eclesiástico, como en los juicios finales donde los demonios disponen de los pecadores como lo sátiros de las vasijas con sus aspectos feroces e insaciables.

Las escenas demoniacas de cualquier época, casi siempre tienen cierto aire de orgía, pero los verdaderos temas eróticos no tan encubiertos de la edad media deben de haber sido completamente destruidos durante las épocas de negación e intolerancia.

Como dice una amiga mía: “LO QUE SE REPRIME, SE PERVIERTE”

El fraude

Pulchritudo y Decorum. Pues como la belleza del cuerpo con una bien proporcionada complexión de los miembros atrae a la mirada y agrada por esto mismo, porque todas las partes armonizan entre si con una cierta belleza, así este decoro, obtiene la aprobación de aquellos con los que vive por el orden, la firmeza y la moderación de todas las palabras y hechos. (Cicerone , de officciis I 28, 98).

Lo que llamamos “el renacimiento” se parece a una onda expansiva que marca una tendencia marcadamente distinta a la anterior con respecto a la música, la pintura y el pensamiento, según la retrospección hacia los cánones estéticos de la antigüedad clásica.

La sociedad nuevamente dignificada tras un halo de refinamiento, refugia a la belleza con sus metáforas alegóricas como una fruta envuelta en papel, que se corrompe fácilmente expuesto al ojo vulgar.

“la belleza es algo que se percibe a primera vista, algo que el alma reconoce como si la conociera de antiguo, e identificando la forma en unión con ella. Pero deja que el alma se hunda en la fealdad y enseguida se retraerá, rechazara el objeto, se apartara de el disconforme, ofendido” (Plotino)

El fraude, un personaje alegórico, presente en la alegoría de Venus y Cupido, según la explicación de Erwin Panofsky, la pintura representa a Cupido besando a Venus, junto a ellos, “el juego” un niño juguetón les lanza rosas, todos ellos desnudos. Alrededor de ellos, dispuestas diferentes formas alegóricas referentes a los distintos matices en el amor, la flecha que Venus esconde a la vista de Cupido: el peligro. El brazo de Cronos descubre a la verdad tras un cortinaje, yacen las mascaras de la falsedad y la insinceridad. Los celos, una mujer transfigurada en su amargura que esta mesándose los cabellos. Y el fraude, una encantadora jovencita de apariencia engañosa, tiene cuerpo escamado son garras feroces bajo su vestido, en la mano derecha sostiene un panal de miel y con la izquierda un animalito ponzoñoso. La mano derecha es simbólica de las buenas acciones como la izquierda de las viles, entonces el engaño es doble al descubrir que el fraude tiene en cada brazo una mano contraria a su naturaleza, invirtiendo así las implicaciones alegóricas.

Bibliografía

Erwin Panofsky, Estudios sobre iconología Editorial Alianza, 1972, España.
Los mitos griegos , vol. 1 , Robert Graves Penguin books (editorial ) Gran Bretaña 1981
Diccionario Espasa, Mitología Griega y romana. Dirigido por Rene Martin Editorial Espasa ,España 1996.
Amor y sexo en la antigua Grecia Juan eslava Galan – Ediciones temas de hoy . España 1997
El erotismo en el arte del siglo XX Texto de Guilles Nenet y editado por Angélica Muthesius y Burkhard Reemshneider. Editorial Taschen Alemania 1992.
Epocas y Estilos . La pintura del renacimiento. Dirigida por Ingo f . Walther Editorial TASCHEN 1997
Panofsky, E.Idea. Contribución a la historia de la teoría del arte . Traducción de María Teresa Pumarega Ediciones Cátedra, Madrid.
Tartakiewicz. W.Historia de la estética
Historia Universal del Arte vol. IV La Edad media Románica -Gótica Juan Sureda , Editorial Planeta España 1991
Los Etruscos y la Italia Anterior a Roma Ranuccio Bianchi Bandinelli Editorial UTET 1976.