Yo, el Videasta
Carlos Gómez
Mi padre el Ingeniero, mis tíos los Ingenieros, mi hermana la Médico y yo, el Videasta. De repente conozco a alguien en la cola del comedor y me pregunta si hago algo aparte de estudiar, siendo mi respuesta la siguiente: si, soy Videasta. Entonces ocurren dos cosas, se hacen los locos por no pasar por ignorantes, o me preguntan impresionados ¿Que vaina es esa? A continuación, hago una breve explicación, de la que nunca quedan muy convencidos. Esta es la razón que me lleva a escribir este artículo.
“Videasta” es un término que aún no aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, pero que a mi entender tiene los siguientes significados:
1.- Profesión artística consistente en agarrar una Handycam u otro video-camarita, y ponerse a grabar cosas que queden para la posteridad -como diría mi abuelo: “grábeme nieto, para que me vean cuando esté muerto”-.
2.- Profesión que desempeña un fanático del cine, que quiere ser como Steven Spielberg, pero todavía no puede o no quiere meterse en el lío de hacer una producción cinematográfica.
3.- Un tipo que nadie entiende que es lo que hace, pero que llama la atención cuando carga montada en el lomo una cámara de esas.
Simplemente usted escoja una o todas las respuestas. Lo cierto es que resulta natural que la gente no sepa mucho de esta profesión, por ser algo muy reciente, tanto como el arte de la multimedia o como el diseño de páginas Web.
Por mi parte, sinceramente tomo esta actividad muy en serio, mezclando la realización de cortometrajes documentales y de ficción, con la cobertura de eventos sociales (llámese safaris o matadera de tigrillos), para pagar la cámara y los otros equipos. Todo para obtener una experiencia, que según muchos cineastas – no hay razón para que no sea de esa manera – resulta muy valiosa en el momento del gran reto, como lo es emprender una realización cinematográfica, – lo que es mi verdadera meta por tratarse de la forma de obtener la máxima satisfacción en lo que hago-, y donde se involucran tantos factores, que implican la necesidad de una persona responsablemente segura de lo que está haciendo.
Claro que no quiero decir con esto que el Videasta es un pichón de Cineasta, pues ya por el hecho de dominar un arte de este tipo, debe sentirse bien ubicado y puede perfectamente desempeñarse en esto para toda su vida, sobretodo siendo algo cada vez más aceptado y comprendido, si bien no tanto por la sociedad, si de manera cordial por el medio artístico, debido a las múltiples oportunidades que da el recurso audiovisual para expresar cualquier idea, sea a la manera de una instalación de video arte, un video alternativo, un video clip, un documental, video institucional, ficción o cuña.
Es pues hora de que la gente empiece a dejar de arrugar la cara al escuchar la palabra “Videasta”, que en Colombia se conoce mas bien como Videista, pues dadas las condiciones, en una sociedad cada vez más apegada a lo audiovisual, no es difícil imaginar que en el futuro un gran Videasta sea igual de reconocido que un gran pintor o un gran escultor.
“La noción del tiempo es lo que determina la expresión de arte, la cual a su vez, refleja la noción del tiempo”
Piet Mondrian