Tríptico de Francis Bacon
(Sin Autor)
Tríptico de Francis Bacon, 1968
Análisis Plástico
Los cuadros están realizados en óleo y pastel. La pintura, en algunos tramos, aparece untada, arrastrada y raspada, mientras que el fondo se compone de amarillo y ocre diluidos con trementina. Los tres elementos de la pintura de Bacón: la estructura, la figura, el contorno convergen en una sola unidad de color.
En Tríptico, el espacio aparece atravesado por largas estelas de color. Los tres cuadros se mantienen unidos por brillantes monocromos de ocre y amarillo dorado, así como por contornos curvilíneos que representan las franjas de unión del color y el tono.
No obstante, el contrapunto de las figuras aparece dominado por tonos quebrados de azul, violeta, rojo y los colores de la piel. La sombra del cuadro izquierdo es negra y animada, tan real como los propios cuerpos.
Lo que vemos en Tríptico es un aglutinamiento de imágenes que permite un aglutinamiento de la realidad, una taquigrafía de la sensación. Tríptico es una conmoción visual desprovista de narración.
Bacón utilizó la paleta y, especialmente, el acrílico para cubrir grandes zonas. Tan sólo se servía de la mano y del pincel para extraer de la naturaleza una forma que llamaba figura. La pintura podía cambiar al momento de realizarla. Todo lo que hacía el pincel era extraer una figura probable de todas las actividades figurativas.
Bacón era el heredero del pos-cubismo de Picasso y Braque y ello resultaba evidente en su utilización, como espacio, de las manchas de color y de los empalmes entre lo vertical y lo horizontal. No es sólo esto lo que observamos en Tríptico.Allí están las figuras desnudas a las que Bacón recurrió y deformó, haciendo énfasis en la forma de la ropa.
Este pintor sabía lo que buscaba. Por el tiempo de Tríptico, 1968, Bacón estaba pintando su vida privada y, aunque insistía en que sus trípticos no narraban historia alguna, no obstante, aquel escrutinio sobre los bordes dice mucho del nerviosismo que afectaba al estado mental del artista. Tríptico es la antesala de una tragedia: El suicidio de su compañero sentimental, Dyer
Lectura Interpretativa de la Obra
Tríptico es una prueba de que Bacón era un excelente colorista que colocaba sus figuras en una atmósfera sádica e irreal, y que su espacio no es algo fijo, inmutable, sino una entidad variable gobernada por el movimiento y la distorsión.
Con el objeto de eliminar cualquier posible sensación del espectador, la figura adopta un atletismo singular que “excluye”. La figura es la fuente de un intenso movimiento y así escapa tanto a la trampa del fondo como a la propia carne.
Los dos hombres que copulan violentamente nos acercan más a una interpretación de lo que representa a los lados. La ferocidad del juego amoroso que se desarrolla en el centro no está manchada. La copulación es violenta. Igualmente lo será la eyaculación.
Está pintado lo que el mismo Bacón sentía acerca del amor homosexual. El mismo intento de Tríptico – el de convertir cierta clase de sensación en algo visual – se encuentra también en lo que Bacón pintara apoyándose en el retrato del Papa Inocencio X realizado por Velázquez.
En Tríptico, Bacón hurga sin cesar, compulsivamente, en las imágenes. Está intentando crear trampas formales que habrán de cerrarse súbitamente en el momento oportuno, registrando con tanta precisión como le es posible esa circunstancia del hombre, de él mismo y de su amante.
El momento oportuno de este impresionista psicológico es aquel en que se exponen las dos fuerzas – las figuras de la derecha y de la izquierda – permitiendo la dualidad y la tensión en virtud de lo contradictorio. La tensión alimenta la violencia y la existencia es siempre violenta, incluso la de una flor.
Tríptico (detalle)