Centenario de la Muerte de Wilde
Alexander Escobar
“Partiendo de la idea de que todas las cosas se encuentran en un continuo fluir, destacaba la significación del momento, de la impresión singular”. Oscar Wilde
El pasado 30 de noviembre se cumplieron 100 años de la muerte del llamado por Gómez de la Serna el 13º Apóstol. Y es eso lo que representa Wilde para muchos. El gran dandy esteta maravillado de la vida. De Wilde se llegó a decir: “El hombre más puro de palabra y obra he conocido” (Robert Sherard, amigo cercano).
Wilde pregonaba, sin pensar, la descomposición del mundo físico, el cual le producía impresiones singulares, lo que lo lleva a crear una forma de pensamiento y mostrar un estilo de vida para estetas: Forma en la que el cuerpo de las ideas se desarrollaba con el fluir de las impresiones sensoriales.
Walter Peter en el epílogo de Estudios sobre el Renacimiento -libro del que dijo Wilde que había ejercido una influencia particular en su vida- decía “Cada una de estas impresiones es una impresión del individuo aislado, cada uno vive como preso solitario de su propio mundo soñado”.
Para Peter, y posteriormente, para Wilde, el concepto de belleza es relativo y estudiaba los efectos que la obra de arte operaba en el observador; esta sería la función del crítico, creador y artista; ésta sería la idea legada por Wilde con su forma de vida.
“Sólo así, cada instante se hace verdad y lo que importa es captar en el instante la realidad de la vida. No el fruto de la vivencia, sino la vivencia misma es la meta. Dominar la vida significa mantener siempre el estado de tal éxtasis”. Mantener siempre la mirada infantil.
Ernest H. Gombrich, en la introducción de la Historia del Arte comienza: “No existe realmente, el Arte, tan sólo hay artista”. Y nada más valedero que esto. El mundo alrededor de los artistas sólo pide una cosa: disfrute de las sensaciones causadas por las obras. Sólo debemos dejarnos impresionar y recordar a Eurípides: “Solo es bello lo que nos es grato.
Oscar Wilde
